Cap. 02 - Bienvenida al Claro

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Nada más salir al exterior, muchas miradas se posan en mí, y para mi espanto todas pertenecen a chicos. ¿No seré la única...? Me abrazo a mí misma, intentando ocultarme del escrutinio tan intenso.

–Bienvenida al Claro, no hay billete de vuelta. – Escucho a alguien decir.

Para no ver las hambrientas miradas que algunos me dan, observo rápidamente a mi alrededor, a lo que parece que llaman el Claro.

Escucho susurros de los cerdos (¡por fin me acuerdo del animal!) similares a los anteriores. Justo en ese momento veo a lo lejos lo que parece ser un rastrillo, me servirá para defenderme. Disimulo mi interés en el rastrillo, volviendo a mirar al grupo. Sé que son muchos más que yo, además de mucho más fuertes, pero creo que soy más ágil que ellos. Tengo posibilidades de alcanzar el arma defensiva.

Salgo corriendo en dirección al rastrillo, como si mi vida dependiera de ello, aunque puede que así sea. Escucho sus gritos de asombro o diciéndome que me detenga, pero no pienso detenerme. También oigo como algunos corren tras de mí, haciéndome incrementar la velocidad al máximo. Tras saltar con gran habilidad algo que había en el suelo, logro llegar al rastrillo. Lo cojo y me doy media vuelta, en posición de defensa, enfrentándome a mis perseguidores.

Todos se detienen, algunos temerosos y otros sorprendidos. Ninguno da un paso más, los más rezagados en la carrera se unen al grupo que tengo delante. Aprieto con fuerza mi arma improvisada, dispuesta a defenderme, cuando uno de ellos da unos pasos hacia mí. Es un chico moreno, bastante musculoso, pero no es el más alto del grupo tan variopinto que tengo frente a mí. Un grupo de adolescentes de varias edades, diferentes tamaños y razas.

Ante mi acción, el chico de piel oscura levanta las palmas de las manos, intentando hacerme entender que no va a atacarme.

–Tranquila, nadie va a hacerte daño. – Me dice dando otro paso. – Baja eso.

Al escuchar su voz me doy cuenta de que es el chico que mandó callar a los demás. ¿Será el líder?

–Que dejen de mirarme así. – Digo entre dientes.

–¡Dejad de mirarla, mierteros, y volved al trabajo!

Ante la orden, el grupo empieza a reducirse, algunos se marchan reticentes, mirándome sobre sus hombros una última vez. Sí, parece que es el líder. Tras unos segundos, solo el chico de piel oscura y Newt están delante de mí.

–Bien, ahora dámelo. – Habla el moreno tendiéndome una mano para que le dé el rastrillo. – No queremos que nadie salga herido.

–No pienso quedarme indefensa. – Digo mientras niego con la cabeza.

El moreno respira hondo, parece que intenta no cabrearse.

–Tengo una idea, novata. – Me tenso al verle sacar un cuchillo del cinturón. – Hagamos un intercambio.

Observo al moreno entre asombrada y desconfiada, intentando saber si lo está diciendo de verdad. Son un montón de chicos en este lugar, supongo que si quisieran hacerme algo ya lo habrían intentado, después de todo la mayoría son más grandes que yo. Respiro hondo, espero no arrepentirme de lo que voy a hacer, y dejo el rastrillo donde estaba.

–No hará falta. – Digo cruzándome de brazos. – Supongo que debo fiarme de vosotros.

Ambos me miran sorprendidos, no se lo esperaban. El moreno guarda el cuchillo antes de hablar.

–Bien, seguro que estarás confusa por no recordar nada. – Asiento una vez para confirmarlo. – A todos nos pasó. Tu nombre lo recordarás en...

Laberinto (Minho y tú)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang