Capitulo 16: El tiempo es incierto.

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Shikamaru: Konohagakure No Sato. 09:38 a.m

Entré a la torre Hokage, extrañado de no encontrar al resto del equipo esperando afuera como normalmente solíamos hacerlo.
Recorrí los caminos hacia la oficina, pensando que quizás se habían adelantado este día por algo en particular.

Toque la puerta dos veces y el permiso me fue concedido. Efectivamente, mi equipo estaba dentro de la habitación hablando animadamente con Sarutobi. Desvíe mi vista hacia la otra persona en la sala, Jiraiya-sama.

Caminé hasta reunirme con ellos, saludando con la mano a todos y haciendo una reverencia a los dos adultos de la sala.

- Shikamaru, que oportuno. Justo estábamos apunto de dar una noticia importante para todo su equipo.- comentó Jiraiya y pude sentir un mal presentimiento en mi estómago.- Bueno, ahora que están todos podré decirles de una sola vez.- comenzó, sentándose en el marco de la ventana con desinterés.- Como saben, Naruto tiene a Kyubi en su interior pero aún no puede controlar su poder del todo. Por ello, vamos a ir en un viaje de entrenamiento para poder perfeccionar eso, entre otras muchas cosas claro.- y allí estaba.

Miré al rubio, que se encontraba sonriente a un lado de Asuma. Miraba feliz al anciano peliblanco, con una admiración en sus ojos casi inexplicable. La determinación tan característica de Naruto brillaba enormemente y entonces supe que era lo correcto. Que él debía pasar por aquello solo, o más bien con el Sannin, y que yo no formaba parte de aquel plan de crecimiento personal esta vez.
Al mismo tiempo una enorme felicidad me envolvió, mi pequeño iba a poder superarse como siempre lo hacía y sería aún mejor shinobi de lo que ya era.

Me sentía triste, no porque él iba a avanzar sin mí, si no porque iba a extrañarlo muchísimo.
Abrí los ojos levemente, dándome cuenta de que aún no habían dicho un tiempo estimado de lo que duraría ese entrenamiento.

- Jiraiya-sama...- llamé al hombre, quien inmediatamente me miró con una leve sonrisa y asintió.- ¿Cuánto tiempo se irán?- pude sentir el miedo recorrer mi cuerpo en los breves segundos que la respuesta se hizo esperar.

- Saqué un estimado de 2 o 3 años.- contestó con simpleza y pude jurar que iba a desmayarme. Era mucho tiempo.
Necesitaba procesar todo esto, más por mi que por Naruto.
Si bien no iba a hacerle una escena por su viaje, en absoluto, necesitaba mentalizarme de que no lo vería por ese periodo de tiempo y que debía continuar.

Muchas cosas podían pasar en tres años, era sin duda alguna algo incierto.
Suspiré, frustrado y decidí mi siguiente movimiento: pensar.

- Watashi wa sarimasu, Hokage-sama.- aclaré formalmente antes de dar media vuelta y salir de la torre con paso tranquilo con una sola dirección en mente: el mirador.

[...]

- Sabía que estarías aquí, Shika-kun.- la dulce voz de Naruto envolvió mis oídos, haciéndome abrir los ojos sin mirarlo directamente. Una pequeña sonrisa adornó mi rostro, él podía hacerme feliz con su sola presencia.

- Quería pensar un poco.- dije simplemente, sintiendo como el rubio se acostaba a mi lado, admirando las nubes.- Felicidades, tienes que dar lo mejor de tí para poder superarte. Tres años parece mucho tiempo, pero no debes desperdiciar ni un solo día.- animé sonriendo, escuchando la risita feliz de Naruto.

- Arigato gozaimasu, Shika. Sé que es mucho tiempo, pero... Pasara rápido, lo juro. Además, lo aprovecharé al máximo-ttebayo.- me sonrió con dulzura, pero lo sentí como una disculpa silenciosa. Negué levemente, haciendo que nuestras miradas se conecten.

- No es necesario que pase rápido, tres años es mucho tiempo. Solo vive y... Cuando vuelvas a Konoha, volveremos a comenzar. Soy lo que menos debe preocuparte en este momento.- lo había estado pensado mucho, demasiado. No podía pedirle que no se acerque a nadie durante su entrenamiento ni nada por el estilo, eso sería inapropiado.

Y yo tampoco podía prometerle que no estaría con nadie, es un periodo muy largo y la vida es una locura. No quería prometer algo que no sabía si podría cumplir.

Él me miró, extrañado por mis palabras y algo triste.
Me senté y me acerqué a él, acuné su cara en mis manos y besé su frente.

- Supe que saldrán mañana, buena suerte.- susurré antes de levantarme y comenzar a caminar con las manos en mis bolsillos. No era bueno en las despedidas y tampoco me gustaban, pero debía decirle algo e irme antes de que todo se pusiera sentimental.

- Arigato...- lo escuché susurrar levemente pero no me volví. Ese era el final de una etapa, ahora solo debía esperar la siguiente temporada.

Limpie suavemente la lágrima traicionera que bajo por mi mejilla y me resigné, serían unos años largos.

Pero la vida es caprichosa y no siempre tenemos lo que queremos.

𝕊𝕖𝕥𝕫𝕦𝕤𝕠𝕜𝕦•ShikaNaru• 🍂Where stories live. Discover now