Capitulo 11: Tu

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-¿No iba Ted a traer las manzanas? -Coira frunció el ceño mirando el cuenco donde estaba batiendo la crema y después la mesa donde esperaba la masa.

-Iré a ver porque está tardando tanto - Tahita salió por la puerta trasera de la cocina.

Alec se paró en el arco, apoyando un brazo en él y observándola tararear mientras removía la crema y su cuerpo se balanceaba. Un suave balanceo que lo atraía, sus ojos fijos en sus estrechas caderas moviéndose en un lento movimiento.

Se desplazó silencioso hasta quedar tras ella y se inclinó hacia su cuerpo, susurrando a su oído.

-¿Puedo probar un poco? -sintió como ella jadeo, inclinando su cuerpo hacia delante, alejándose de él, o por lo menos intentándolo ya que la mesa se lo impedía. Retorció el cuenco en sus manos girando el rostro para mirarle y Alec sonrió-¿No me das un poco?

La mano de ella se extendió, temblorosa, tomando una de las cucharas que había sobre la mesa y se giró lentamente, moviéndose hacia un lado para intentar apartarse de él.

Alec extendió un brazo apoyando la mano en la mesa e interponiéndolo en su camino y rápidamente extendió el otro, encerrándola entre su cuerpo y la mesa.

Coira alzó el rostro mirandola nerviosa, observó los labios de él y se mordió el suyo.

El deseado se inclinó mas contra ella, logrando que sus cuerpos se tocaran, entonces su mano derecha se alzó y le arrebato la cucharilla, la introdujo en el bol y la alzó, mirandola unos segundos. Entonces la movió y rozó los labios de ella con la crema, haciendo que ella los abriera sorprendida. Y antes de saber lo que estaba pasando, Alec había acercado su rostro al de ella y su lengua estaba acariciando los labios de Coira, deslizándose por ellos, lamiendo la crema para después introducirse en su boca mientras sus labios se amoldaban a los de ella.

Un pequeño gemido sonó en la garganta de Coira, mientras su mano estrechaba el bol contra su estomago y su otra mano se movía hacia atrás, apretándose en el filo de la mesa.

-O mejor -Alec se apartó unos centímetros de ella, alzó la cucharilla aun manchada con algo de crema y mirandola a los ojos, la movió, bajándola hasta el escote de ella.

Coira contuvo el aliento viendo como deslizaba la cucharilla sobre su pecho, dejando un rastro de crema. Y entonces sin dejar de mirarla, él se inclinó y su lengua recorrió el camino que había trazado, haciendo que el cuerpo de ella respondiera, arqueándose hacia él. Alec recogió la crema con su lengua y volvió a recorrer el camino hacia arriba, para después besar su cuello. Volvió a alzarse, mirandola a los ojos, sus ojos abiertos, llenos de un brillo pecaminoso, su rostro sonrojado. Todo llamándolo a levantarla sobre la mesa de la cocina y saborear esa crema en todo su cuerpo. Fue rápido en tomar el bol cuando ella lo soltó y sonriendo se inclinó mas sobre ella, llevando la mano alrededor de ella y dejando el bol sobre la mesa, agradeciendo deshacerse de ese impedimento para conseguir sentir su cuerpo moldeado al de él.

-Deliciosa -la voz de él sonó ronca, mientras acercaba su rostro a la oreja de ella. Inconscientemente las manos de Coira se movieron, alzándose y apoyándose en sus hombros, como si supiera que de esa forma, no podría caerse. Los labios de él rozaron el lóbulo de su oreja y lo mordisqueó, haciendo que los dedos de ella se retorcieran agarrando su camisa. -Tengo que ir a la corte, necesito hablar algunas cosas con Robert. -movió su boca sobre su oreja, dejando el rastro de su aliento, bajando por su mandíbula -Pero regresare esta misma noche.

-Las manzanas -Tahita entró a la cocina y se quedó parada junto a la puerta, con la cesta repleta de manzanas.

Coira giró el rostro sonrojándose aun mas al ver como la mujer les miraba, con una leve sonrisa. Quiso apartarse de él, pero Alec no parecía dispuesto a permitírselo.

Los Hijos de las Highlands 2Where stories live. Discover now