Capitulo 4: Amorcito

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Estaba dormido plácidamente cuando la puerta se abrió bruscamente sobresaltándolo. Pero antes de terminar de incorporarse, sintió el choque de un cuerpo contra el suyo, tumbándolo de nuevo.

-¡¡Gracias!!¡¡Gracias!! -Elsepth escaló sobre su cuerpo abrazándole.

-Augh -hizo una mueva cuando el codo se clavo en su estomago y sus manos apresaron los brazos de ella intentando apartarla -¡Elsepth! ¡Que estoy desnudo!

-Gracias Kirk, gracias -ella beso su mejilla repetidas veces, agarrándose a su cuello.

-¡Elsepth! -se retorció estirando el brazo para sujetar la sabana que empezaba a deslizarse por su cintura -¡Esta bien! ¡Suelta! ¡No más agradecimiento!

Y ella se dejó caer a su lado, sentándose en la cama y mirandolo con una radiante sonrisa. La miró con el ceño fruncido, observando como había desaparecido la preocupación y tensión que había vislumbrado estos días en su rostro. Como si el lio en el que se habían metido no fuera nada. Entonces sus ojos se fijaron en el cuello de ella, viendo las leves marcas rojas y se tensó.

-Estoy bien -ella respondió alzando la mano para que sus dedos acariciaran la piel magullada, después se inclinó hacia él tomando su mano y tirando de ella, para mirar los nudillos, obligándole a mover su otra mano rápidamente para sujetar la sabana -Kirk -acarició los nudillos de él despacio, mirando las marcas en sus manos. Y entonces, alzó el rostro sonriendo feliz -¿Le diste duro? ¿Le desfiguraste la cara? Todos dicen que le tiraste del caballo y después te lanzaste sobre él como una fiera.

El se quedó callado unos segundos, mirandola con el ceño fruncido y después sonrió.

-Lo agarre de la pierna y lo tiré de su montura, ni siquiera le di tiempo a reaccionar, golpee su cara todo lo que pude hasta que los hombres me apartaron -alzó ambas cejas -Estoy seguro de que le rompí la nariz y el labio. Y algún que otro diente.

-¡Ah! -y ella volvió a lanzarse sobre él abrazándole.

-Ya -él rodo los ojos sonriendo, pasando el brazo por su espalda. Suspiró -No dejare que vuelva a hacerte daño.

-Kirk -y ella se apartó para mirarle a la cara -Gracias por hacer esto por mí.

-Elsepth -suspiró -¿En qué lio nos ha metido? ¿Que haremos ahora?

-Casarnos -y ella respondió encogiéndose de hombros.

-Por todos los santos -y Kirk se dejó caer sobre el colchón, alzando el brazo para cubrir su rostro -¿Como vamos a casarnos? Tu y yo. Elsepth. Somos tu y yo.

-Si, tu y yo -y ella le observó divertida -¿Por que no? Piensalo. Somos iguales, nos reímos juntos, confiamos el uno en el otro, nos queremos, nos respetamos. Nos conocemos mejor que cualquier otra persona. Podría funcionar -y se dejó caer sobre el pecho de él, ignorando cuando hizo una mueca soltando el aire. Apoyó ambos brazos sobre su pecho, dejando su barbilla sobre ellos mirándole. -Estoy segura de que funcionara.

-¿Y que se supone que diremos a todos? -apartó el brazo de su cara, alzando levemente la cabeza para mirarla -Uno no decide casarse de la noche a la mañana -frunció el ceño viendo que técnicamente era lo que el había hecho.

-Pues diremos que lo ocultamos, simplemente queríamos tiempo y vivir nuestro amor -y ella le sonrió cuando el frunció aun más el ceño -Vamos, siempre estamos juntos, somos cómplices en la mayoría de los desastres que han ocurrido en las Highlands, el Condado o el Ducado. No creo que sea difícil convencer a todos.

-¿Ah no? -alzó una ceja -¿Y qué pasa con el rey? Porque le dije que no eras mi prometida.

-Estabas enfadado. Muy molesto porque yo había permitido que ese hombre se me acercara -se encogió de hombros -Estabas tan celoso. Solo una riña de enamorados.

Los Hijos de las Highlands 2Where stories live. Discover now