Olvidándome de ti ©

Capítulo 35 | Experimentos.

GIANNA

—¡Cuidado, va a explotar! —Axel se encoje detrás de la gran mesa, tapándose la cara con las manos sin darse cuenta que lleva puesto las gafas protectoras.

Giro mi cabeza y lo miro con reproche, ocultando la diversión en mis ojos.

—Oh, no pasó nada —dice al no escuchar ningún sonido de explosión o algo así que seguramente estaba esperando, levantándose lenta y cautelosamente.

—Claro que no pasó nada, Axel, es sólo un experimento de secundaria —respondo con obviedad.

—Ni siquiera le agregaste el último elemento a la mezcla —agrega Ash, que se encuentra sentada a mi izquierda.

Ax bufa, molesto con nuestros comentarios y comienza a preparar los elementos para hacer el experimento de nuevo.

Toma otro tubo de ensayo, lo coloca en un soporte y comienza a echarle los líquidos correspondientes.

—¿Alguien puede explicarme por qué todos los alumnos de cuarto año estamos juntos en la misma clase? —pregunta Aisha levantando la vista de la libreta que tiene enfrente, en la que debe anotar cada paso del experimento científico—. Aún no lo entiendo. —Me mira sin entender y yo sólo me encojo de hombros.

—Es la forma que los profesores de Química eligieron para obtener la nota trimestral —responde una voz que pasa detrás de nuestras espaldas. Es Lukas, el chico de la fiesta de hace quién sabe cuánto tiempo.

Ash asiente, conforme con la respuesta, y vuelve a fijar su vista en la libreta sobre la mesa.

—¡Ahora sí, llegó el momento! —chilla Axel. Giro mi cabeza hacia él y veo como echa el último líquido de color llamativo en el tubo de ensayo—. ¡Todos cubránse!

—¡Axel, no va a explotar! —grito, intentando que entre en razón.

—¡Va a explotar, lo presiento!

—No lo hará, es imposible —replico.

—No soy bueno con la Química asi que nunca se sabe qué podría pasar —responde.

—¿Qué tiene que ver que no seas bueno en Química com que explote un experimento básico?

Empezamos a escuchar un ruido extraño antes de que mi amigo pueda responderme. Dejamos de mirarnos para buscar de dónde proviene. No es muy difícil, al mirar al frente vemos como del tubo pequeño comienza a salir una espuma blanca constante y se derrama por toda la mesa.

—¡Mi libreta! —brama Aisha. Intenta levantar rápido sus cosas antes de que se mojen más.

—¡Les dije que explotaría! —dice el rubio.

Suspiro, intentando contener las ganas de estirar sus gafas y soltarlas rápidamente. Me duele de sólo imaginarlo, pero no puedo evitar que en mi mente se vea chistoso.