Capítulo 11 | Poemas.

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GIANNA

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GIANNA

Doy vueltas en la cama sin poder dormirme. Mañana tengo que levantarme temprano para ir al colegio, pero me es imposible conciliar el sueño.

El corto encuentro que tuvimos con Piero, hace dos días, en el centro comercial se repite constantemente en mi cabeza como si de una película se tratase. Estaría mintiendo si digo que no sentí un cosquilleo interno cuando lo vi. Sí, estaría mintiendo, porque la verdad es que conectar con su mirada hizo que florezcan sentimientos y emociones que se encontraban guardadas bajo llave. Sus atrapantes ojos azules están atados al pasado y me llevan a recordarlo a él y a su rostro, acompañados de una brillante sonrisa. Estos pensamientos son los que no me dejan dormir.

Mi mente está repleta de estos recuerdos y sé que no debería ser así, porque sólo me produce más sufrimiento, pero es inevitable. También estaría mintiendo si dijera que esos recuerdos no me hacen sonreír de vez en cuando. Estoy jodida.

Me concentro en que debo dormirme, no sé que hora será y ya es más que obvio que mañana amaneceré de mal humor, asi que con mucho empeño cierro los ojos para poder llevarme al mundo de los sueños de una vez por todas.

                              [...]

Cuarta hora, eso significa sólo una cosa: Taller de redacción. Y, a su vez, eso significa otra cosa: ver a Piero.

Camino por las escaleras para subir al tercer piso y dirigirme al aula del taller. Ahora que me pongo a pensar, recién es la segunda clase que compartiré con el castaño, es decir, su llegada fue hace una semana. Juraría que fue hace casi un mes, pero la realidad no es así.

Entro al nombrado curso que se encuentra ya ocupado por algunos alumnos que reconozco y saludo al instante. Encuentro un asiento libre en una buena ubicación y, sentándome en este, aprovecho para guardarle el otro banco a Axel.

La profesora Ross entra al cabo de unos minutos y se acerca a su escritorio, apoyando su maletín en la resistente madera. También veo a Ax ingresar y llega hasta mi lado.

—Buen día, señorita Gia. —Hace una reverencia, simulando ser un caballero de una época antigua.

—Buen día, señor Ax. —Copio su acción y finalmente nos reímos.

El resto de los alumnos llegan al salón; entre ellos, Piero. La profesora espera que se ubiquen, y luego comienza con la clase.

—Buen día, alumnos —saluda como corresponde—. El tema de hoy será «La poesía» —anuncia.

Todos los presentes nos miramos, esto va a ser un desafío.

—Yo le daré a cada uno el tema con el que deberá hacer su poema, aplicando el uso de adjetivos que vimos la clase pasada si es necesario. Tienen toda la hora para hacerlo y pueden consultarme si tienen alguna duda —termina, pero antes de voltearse e ir a su lugar, añade—: al finalizar la clase cada uno leerá su obra, saben que esa es mi forma de evaluarlos. —Ross sonríe e informa que pasará lista de los alumnos y que debemos acercarnos a su escritorio, de a uno, a buscar el que nos toca.

Olvidándome de ti ©Where stories live. Discover now