Capítulo 30 | Destino.

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Destiny makes me cry
Destiny makes me smile

                             MAMAMOO - Destiny.

                             MAMAMOO - Destiny

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PIERO

La verdadera doctora termina de revisar la picadura y dice que la acción de mi compañera —no sé si el término correcto para referirse a Gia sea ese, pero no voy a corregirlo— fue muy adecuada. Me receta un medicamento en crema para las ronchas de mi rostro, brazos y cuello.

Es horrible ser alérgico a las picaduras de abejas. Sé que hay gente que lo sufre más, a algunos les cuesta respirar, por ejemplo, pero de igual forma el dolor que causa una de esas picaduras podría ser considerado un método de tortura.

El pequeño y pulcro lugar que la médica usó como sala para atenderme queda en silencio cuando ella sale, pero rápidamente hay sonido cuando alguien más entra.

—Qué bueno que te encuentras bien —dice Axel, el amigo de Gianna.

—Gracias —le sonrío—. ¿Qué haces aquí? —pregunto porque me da mucha curiosidad.

—Quería ver cómo estabas. Pasó todo muy rápido, en un momento estabas hablándome de una rara mariposa a la que seguimos y en el otro estabas detrás de un árbol con una gran picadura de abeja —señala con una mueca de confusión.

Lo miro fijamente, sus ojos transmiten alegría todo el tiempo. Sin duda este rubio es muy divertido.

—Estoy mejor —respondo alegremente.

—Me alegro por eso —dice—. Otra cosa que noto que está mejor es tu relación con Gia —comenta Axel mientras camina "distraídamente" por el lugar.

No puedo evitar sonreír. ¿Tan obvios somos? La respuesta es completamente afirmativa.

—¿De verdad? No lo sabía —bromeo en tono desentendido.

—¡Vamos! Si se te nota en el rostro que estás mejor desde que comenzaron a llevarse bien otra vez —señala.

No hago más que mirarlo, mientras veo cómo me mira profundamente, quizá intentando develar la verdad a través de mis ojos.

—Sé toda la historia. —Cambia el rumbo de la conversación—. Por eso entiendo tu felicidad al ver cómo todo mejora, y también la veo en Gianna, y eso no hace más que alegrarme —se sincera.

—¿Por las dudas a ti también te picó una abeja? ¿Desde cuándo existe este Ax sentimental? —Una voz lejana al rubio y a mí habla.

Los dos volteamos al mismo tiempo y vemos a Gia apoyada en el marco de la puerta.

—Escuchar conversaciones ajenas está mal —la regaña Axel.

—¿Y ahora te comportas como chico bueno? ¡¿Te sientes bien?! —La castaña continúa con su broma hacia su amigo tomándose el pecho como si estuviera asustada.

Olvidándome de ti ©Where stories live. Discover now