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Viernes, veintitrés de julio.

¿Sabes cuándo te levantas y sientes que te irá mal en el día?

¿Cuándo tienes esa sensación de un mal presentimiento?

¿Cuándo sientes que todo irá mal a pesar de que piensas positivo?

Así me sentía ahora mismo.

Estaba en camino al edificio principal y un sentimiento de angustia no se había quitado de mi pecho desde anoche. No pude dormir. Mis ojeras a pesar de maquillarlas se veían a horrores. Ava y Aiden trataron de calmarme pero era imposible. Estaba segura de que perdí la beca.

Llego al edificio y pregunto dónde sería mi reunión con Frank Berry. Su respuesta fue en el último piso. Genial. Lo único que quería era que por favor ellos no estuvieran aquí y menos en esa reunión.

Subo en el ascensor y marco el piso nueve. Para mi mala suerte llega rápido. Salgo del ascensor y veo a mi alrededor. Meses sin venir aquí y ya me sentía ajena a este lugar. Rasco mi cabeza sin saber a dónde dirigirme. Sabía que obviamente a ninguna de las dos grandes puertas que estaban frente a mí. Me dirijo a otra puerta de las que están aquí y ¡Bingo!

Oficina del director académico Frank Berry.

Eso fue muy fácil.

Iba a tocar y escucho risas. Me paralizo. Esa risa. Esa risa era de mi Malcolm. Mis ojos se cristalizan al escucharlo reír después de tanto tiempo. Mi Malcolm. Mis ojos pican al escucharlo, seguía siendo uno de mis sonidos favoritos.

Muevo mi cabeza hacia los lados y trato de enfocarme a lo que vine. Mi beca. No hay nada más importante que mi beca ahora mismo.

Alzo mi mano hecha puño y con mis nudillos doy tres golpes. Escucho como las risas cesan de inmediato. Tomo aire para lo que viene.

— ¡Pase! — Escucho la voz de un desconocido y se que debe de tratarse del señor Berry.

Con la mano temblorosa tomo el pomo de la puerta y la abro. Dios me salve y me acompañe.

Lo primero que veo es una espaciosa oficina muy cálida y de colores gris, blanco, negro y vinotinto, hermosa.

Frente a mí un espacioso escritorio con tres personas en el.

Estaba preparada para ver a Malcolm, pero no estaba preparada para ver a Magnus.

Tragó saliva y siento como mis manos empiezan a sudar.

—Señorita Russell. — Veo como un hombre treintañero que no estaba para nada mal se levanta de un asiento. — La estaba esperando. Pase y tome asiento por favor.

Cierro la puerta suavemente y con un suspiro me volteo y camino a una silla frente al escritorio.... Justo al lado de Magnus.

Si hubiera sabido que los vería me hubiera arreglado. No quería que vieran el desastre en el que me he convertido.

Puedo sentir el ambiente asfixiante que solo podría darle Magnus. Su maldita presencia era como cuando lo conocí, intimidante. Todo era incómodo y quería salir corriendo de aquí lo más pronto posible.

—Permitame presentarme. — Miro al hombre pelinegro de ojos verdes impresionante. — Yo soy Frank Berry director académico y jefe de control de estudios. Por nuestra carta ya sabrá el por qué esta aquí ahora mismo ¿Cierto?

Asiento en respuesta y el saca unos papeles.

— En las últimas dos reuniones que hemos tenido respecto a los estudiantes becados, usted ha sido un tema del cual muchos profesores han hablado. — El empieza a hablar seriamente mirándome. Haciéndome sentir intimidada. Mis ojos se encontraban en el escritorio frente a mí. No podía mirarlo, era demasiado para mí. — Primero fue sobre su desinterés hacia las clases y luego por su promedio. Usted fue el mejor promedio del semestre pasado con un perfecto diez. Yo personalmente recibí tus notas en la petición de intercambio y debo decir que nunca en tus años de estudios haz bajado de un ocho. ¿Sabes cuál es tu promedio de ahora?

Dankworth [+18]Kde žijí příběhy. Začni objevovat