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Contenido adulto🔞

Me remuevo e intento cerrar mis piernas. El pánico estaba entrando en cada poro de mi piel y lo único que pude pensar en que estos hombres me iban a violar.

Mi respiración era agitada mientras que la desesperación estaba nublando mi mente. Mis ojos se empañaron.

- Tranquila, Abi - Susurró en mi oído Malcolm mientras me inmovilizaba, cosa que se le hacía fácil al tener mis manos esposadas.

- Su-sueltame - Le ruego con voz entre cortada.

- No te vas arrepentir, Abi - Fue lo único que dijo.

Miro al frente y veo como el señor Dankworth colocaba el vaso de vidrio vacío en un estante que se encontraba detrás de él. Se levantó de su asiento quedando en su altura imponente y su gélida mirada que solo hizo que mi miedo incrementara y volver a tratar de liberarme.

Veo como su mano se extiende hacia mi pie y lo toma haciendo que me paralizara. Su mano era gigante y para nada suave, dura. Con su mano y su mirada neutra empieza a recorrer mi pierna, muy lentamente.

Trago saliva. Esos toques no me estaban molestando y eso me preocupaba.

Su mano llegó a mi a mi muslo interno justo debajo de la mano de Malcolm y ejerció fuerza en esa área. Aprete mis labios para que ningún sonido saliera de ella.

- Hermoso - Su voz ronca y fuerte hace acto de presencia. Miro a donde el tiene sus ojos y puedo ver las marcas de su mano en mi piel.

Ay Dios mío ¿Quién en su sano juicio le parece hermoso una marca en la piel? Me tenso al pensar en que a él le excite dejar las marcas de sus golpes.

El sigue su camino hasta llegar a mi cadera. Acerca su otra mano y la coloca al otro lado. Cuando menos me lo espere, jaló mis bragas.
Grito y me remuevo intentado que las dejé en su lugar y solo veo como en su rostro empieza a mostrar una ligera molestia, empiezo a preocuparme. Malcolm me vuelve a inmovilizar y entre los dos consiguen quitarme las bragas. Volvemos a la posición inicial pero esta vez yo sin nada cubriendo mi sexo y solo puedo dejar que en mis ojos vuelvan a empañarse. Siento como mi rostro arde de la vergüenza mientras lagrimas empiezan a deslizar sobre mis mejillas.

Malcolm empieza a dejar besos en mi hombro y cuello, mientras que el señor Dankworth miraba mi sexo fijamente.

- Tenías razón. Su pequeño coño es rosado y perfecto - El habla con su usual voz.

- Y no tienes idea de lo delicioso que se siente. Mojado y caliente. - Malcolm responde desde mi cuello.

Mis lágrimas siguen cayendo, mi vista fija en el escritorio. Me sentía sucia, como un juguete con el que planeaban divertirse y... Jugar.

¿Me dejas jugar contigo?

¿Nos dejaras jugar contigo?

¿Estás lista para jugar hoy, muñequita?

Las palabras de Malcolm me destruyen.

Yo había aceptado esto, de verdad lo había hecho. Había aceptado entrar a este juego sin saber sus reglas. Sin saber en qué me estaba metiendo. Nunca pedí explicaciones a sus palabras, simplemente me deje llevar. Sabía el estilo de vida que llevaba Malcolm. Aiden me lo había advertido y yo todavía seguí adelante. Me siento tonta e ingenua y supe que por segunda vez la vida me había dado otra lección

Siento como alguien seca mis lágrimas y ni siquiera me moví. Mi cuerpo simplemente había entrado en trance. Cerré mis ojos y desee que Connor nunca se hubiera ido de la habitación de Aiden.

Dankworth [+18]Where stories live. Discover now