12

196K 12.2K 8.5K
                                    

Me remuevo en una cama extremadamente cómoda y suave.

El contacto de mi piel desnuda contra una cobija y la cama hizo que abriera de inmediato mis ojos y encontrándome solo con oscuridad.

Me siento sobre aquella cama gigante y cómoda y puedo sentir el dolor en mis extremidades. La molestia en mi sexo hace que las imágenes de hace unas horas pasen en mi mente como una película. Siento como mi rostro se sonroja con furia.

Yo de verdad me había acostado con dos hermanos.

Mi yo de hace unos meses tal vez ni creyera que yo haría algo tan extremo como esto.

A pesar de que al principio no había aceptado, admito que todo lo que pasó fue increíble y excitante.

Suspiro y trato de levantarme pero cuando lo hago el dolor entre mis piernas me saca un gemido.

Magnus Dankworth me había machacado.

Envuelvo una sábana en mi cuerpo y doy unos pasos sintiendo dolor en cada parte de mi cuerpo. Llegó a una puerta y la abro lentamente encontrandome con un baño. Entro y cierro la puerta con seguro detrás de mí.

Cuando me veo en el espejo mi boca cae.

Mis labios estaban hinchados y rojos. Mi cabello rojo revuelto. Me quitó la sábana y jadeo al ver las grandes marcas en mi cadera. Volteó y veo aquel golpe que el señor Dankworth había dejado en mi trasero.

Sin palabras.

Trato de arreglar mi cabello pasando mis dedos por el y logro domarlo hasta quedar decente. Voy al excusado y con el dolor de mi alma descargo mi vejiga para después lavar mi rostro y boca con un enjuague bucal que había encontrado al lado del lavamanos. La ducha me llamaba con fuerza pero no veía ninguna toalla a la vista y tampoco tenía ropa.

Salgo del baño encontrándome con la habitación todavía oscuras y me dirijo a una ranura de luz con lo que imagino debe ser una ventana. Muevo la cortina y me encuentro con la parte delantera del edificio principal. Ya era de día, debía de ser alrededor de las nueve de la mañana y agradezco no tener clases hasta la tarde. Dejo que la luz alumbre la habitación y observo aquella habitación.

Era grande y espaciosa. Sus colores blanco, gris y negro hacia que la habitación se vea elegante, aburrida, sobria e impersonal. Todo esto grita Magnus Dankworth. Habían tres puertas y se que una es del baño y las otras imagino que son la salida y el armario. En uno de los sillones encuentro que mi ropa está perfectamente doblada y mis zapatos están en el suelo a un lado. Rápidamente las tomo y me las coloco rápidamente. Necesitaba salir de aquí y pensar sin abrumarme con el olor persistente a hombre que rodeaba la habitación que solo hacia recordarme como tuve un semental encima de mi penetrandome sin contemplaciones. Sin dejar de lado que era el director de la universidad.

Mi sostén había quedado destrozado ayer, por mi sudadera no se notaría que no cargaba uno. Por lo que solo me había colocodo mis bragas al revés.

Al terminar de ponerme mis zapatos voy hacia la que creo que es la salida y no me equivoco. Salgo hacia un pasillo de paredes grises sin ningún adorno donde habían cuatro puertas con grandes cantidades de separación y al final del pasillo veo una pequeña cocina. No sabía a donde dirigirme o por que puerta salir. Estaba parada en el pasillo sin saber a dónde ir. Escucho  movimientos en la cocina y mi corazón empieza a palpitar rápidamente. Suspiro y con mis nervios camino lentamente por aquel pasillo encontrando con una muy linda, moderna y pequeña cocina.

Un Malcolm enfundado en un traje elegante estaba comiendo unas rosquillas con lo que supongo era café, mientras estaba concentrado viendo su celular. Un celular que ya no se veía roto para nada.

Dankworth [+18]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu