20

189K 11.2K 6K
                                    

Un dolor agudo y punzante en mi cabeza es lo primero que siento cuando despierto. Tercera vez en mi vida que sufro este dolor. Me quejo y me remuevo sobre aquella mullida cama que acaricia mi piel junto a una colcha que me calentaba y mantenía a gusto.

Abro mis ojos y me encuentro en una habitación de colores negro, gris y blanco. Lo único que pienso es en Magnus.

¿Qué pasó ayer?

Miro a mí alrededor y todo es tan caro y elegante que me confirma que esto tiene que ser propiedad de Magnus, a parte de que su embriagante perfume inunda la habitación.

Quito la colcha de mi cuerpo y noto que estoy en ropa interior y una camiseta de hombre que me quedaba un poco más arriba de las rodillas. Me bajo de la cama sintiendo el martilleo en mi cabeza. La habitación se encontraba un poco iluminada gracias a las ventanas que no estaban totalmente cubiertas. Me dirijo a una de las puertas buscando un baño y cuando abro me encuentro con una enorme habitación que hacía de armario. Trajes y más trajes perfectamente colocados, zapatos de vestir relucientes veía más allá y una sección de ropa informal. Magnus tenía muy buen gusto. Salí del armario y me dirigí a otra puerta la cual si era el baño. Un maldito baño más grande que mi habitación en mi casa en Miami. Todo era moderno y de mármol negro.

Que obsesión de este hombre con los colores oscuros.

Entro y voy al excusado donde descargo mi vejiga. Me dirijo al gran espejo y me sorprendo de mi aspecto. Ojerosa, pálida, con labios resecos. Mi cabello estaba como si me lo hubiera mojado y acostado después. Me veía más decente que la última vez. Encuentro en el lavamanos un cepillo de dientes nuevo, que imagino es para mí. Me cepillo mis dientes y lavo mi rostro.

Suspiro. Era hora de enfrentarlos.

Salgo del baño y miro alrededor para ver si había un indicio de mi ropa pero nada. Salgo de la habitación y me encuentro un pasillo largo de paredes y techos altos. El piso era de mármol blanco y las paredes de un beige claro. Tomo el único camino con salida y este da a una inmensas escaleras dobles. Mi boca se abre de la impresión. Los barandales eran dorados que no me sorprendería si fuera oro. Una gran araña de cristales se situaba entre las dos escaleras. Bajo por la que tenia mas cerca y observo sorprendida a mí alrededor. Todo era hermoso y elegante. Cuadros, jarrones y adornos que se notaban caros. Una gran alfombra color vino cubría las escaleras y la gran sala de estar con la que me encontré. Muebles negros y mesa de vidrio de base negra. Una chimenea majestuosa y puedo ver fotos familiares sobre ella. Me acerco y veo en una de las fotos dos mujeres rubias y de piel blanca junto a un señor de cabello castaño y piel tostada muy guapo, y en medio dos adolescentes que reconocí como mis novios. Eran sus padres. Escuché un ruido y mire la dirección de donde provenía. Agarre valentía y me dirigí ahí.

Escuché murmullos de hombres que reconocí como los míos. Me acerco más y empiezo a escuchar claramente.

- Magnus, hay que tener paciencia. No seas tan duro. - Ese era Malcolm.

- Si no lo soy nos agarrara de idiotas. - Mi frío Magnus.

- Pero si te vas a el extremo como se que piensas, ella no lo soportará. Ella es pequeña y frágil. No voy a perderla por que estás perdiendo tus estribos. - Malcolm suena enojado con su hermano y eso me sorprende.

¿Ella? ¿Hablarán de mi?

- No haré nada que haga que se vaya. Además sobre mi cadáver ella nos deja. - Si, hablan de mí.

- Solo... No seas tan duro con ella. Es joven y tiene derecho a divertirse.

- Pero no a ese extremo ¿Qué hubiera pasado si se aprovechan de ella?

Dankworth [+18]Where stories live. Discover now