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Malcolm me había dejado frente a mi edificio. Gracias a Dios los alrededores estaban vacíos, lo que menos necesitaba ahora eran rumores.

Me había duchado y hecho mi rutina de cremas. Me vestí con un pantalón negro junto con una sudadera celeste y me había echado en mi cama.

Podía sentir el ardor en mi sexo y leves molestias en mis caderas y mi pobre trasero.

Magnus Dankworth era mucho más que un semental. Había algo en el que con solo pensarlo me excitaba a niveles que jamás pensé que alcanzaría.

Cómo me había poseído en aquel sofá y como me había dado un orgasmo tan fuerte. El me follo como un animal. Y de tan solo pensarlo hacia que mi sexo se derritiera.

Lo que aún no superaba era en que los hermanos Dankworth ¡Se habían besado! Frente a mí. Y no fue un beso pequeño, fue un gran beso que aunque esta situación me perturbe un poco, admito que aquello fue morboso y excitante. Me hacía preguntar en si compartían más que besos.

Siento como mis bragas se mojan y muerdo mi labio. Jamás pensé que esto me excitaria, y mucho.

A pesar de que Malcolm se había comportado un poco dominante conmigo él al lado de su hermano no era más que un simple robot que acataba sus órdenes sin rechistar y al parecer a el le gustaba y disfrutaba.

¿Y quien no disfrutaría ser el juguete de Magnus Dankworth?

Joder, hace pocas horas los tuve y ahora los quiero nuevamente ¡Todavía me dolía mi parte de princesa! Pero quería más, quería mucho más de ellos.

Pensé en que le diría a Ava y Aiden, en si los hermano querrían que alguien supiera nuestra situación. No quería hablar sobre esto hasta aclararlo con ellos pero ignorar el tema con Ava y Aiden era imposible. Ellos han demostrado en ser de confianza pero aún así, siento que este tema va más allá de que yo sienta confianza con ellos. Ya que esto no me involucra a mí sola y a Malcolm, quien se ve flexible en este tipo de cosas. Involucra al gran Rey Magnus. El hombre con témpanos de hielo en sus ojos.

Tomo mi teléfono y le envío a Aiden y Ava que estaba en la habitación.

Ellos no tardarían en llegar, y no me equivoque por que cinco minutos después los mellizos entraron a la habitación jadeantes en busca de aire.

- ¡Hija de tu madre! ¡Desconsiderada con mis nervios! ¡Eso es lo que eres! - Grita Aiden mientras se mueve por la habitación.

- Perra suertuda, estaba asustada hasta la mierda de que te haya pasado algo. - Ava me tira una almohada que esquivo.- ¡Cuéntanos qué carajos paso!

- Sientense - Les pido y ellos lo hacen - Lo siento de verdad, no era mi intención preocuarlos

- Si, si, si. - Aiden mueve su mano- ¡Queremos el chisme mujer! ¿Que hicieron?

Decido contarles una verdad a medias, no miento si omito algo ¿Cierto?

- Fuimos al edificio principal y tuvimos sexo en su oficina - Les digo mientras me sonrojo recordando como su cabeza estuvo entre mis piernas y como me hizo suya después.

- ¡Oh. Por. Dios! - Grita Ava- ¿Que más?

Me encojo de hombros.

- Lo hicimos varias veces y me dejó noqueada, literalmente. Desperté está mañana en su habitación y me había comprado una caja de rosquillas para desayunar.

- ¿Y ya? - Preguntan los dos al mismo tiempo. Dudo en si contarles la verdadera historia pero decido no hacerlo. Primero tengo que preguntarles si nadie puede enterarse de esto.

Dankworth [+18]Where stories live. Discover now