YASKBILL (Saga Yaskbill 1)

Capítulo 25: Pistas

Estamos ante una gran puerta de hierro, tras esa verja, se encuentra una enorme mansión.
-¿Dónde estamos? -pregunta Gin anonadada.
-A las a fueras de Lullaby -le contesta Arak.
-¿De quién es esta mansión? -pregunta Katherine una vez que hemos atravesado la enorme verja.
-Mía, bueno, de mi padre -le contesta Arak.
-¡Joder! Es enorme -le dice Ginebra.
-¿Quién es tú padre? -pregunto apoyado en una columna en el porche esperando a que Arak abra la puerta para entrar a la mansión.
-Victor, el director de Rinkston -me contesta una sonrisa.
-¡No puede ser! -exclama Katherine sorprendida.
-Tiene que ser una broma -susurra Ginebra.
-No, no es una broma -sonríe Arak. Mi padre me pidió que os vigilara e interviniera si necesitarais ayuda, lo que nunca pensamos que vosotros mismos me pidierais ayuda -sonríe y abre la puerta.
-Yo estoy flipando -musita Ginebra.
-Eso de muestra que a pesar de ser unos irresponsables, queréis hacer esta misión bien -nos sonríe.
Entramos a la enorme mansión. Tiene dos plantas y luego el sótano que bueno, casi que sería otra planta. Todo el diseño es de madera y el inmobiliario es de lujo pero simple. Las combinaciones de colores son geniales. Además, la madera le da a la casa un toque vintage.
-Me he enamorado de tu casa -le dice Ginebra entre risas.
Me siento en uno de los sofás blanco de cuero. Katherine se sienta a mi lado. Sabe que no estoy pasando por un buen momento y que con el regreso del Señor Oscuro esta misión no será nada fácil.
-Dylan -susurra. La miro serio, más bien decaído, con ojos vidriosos.
-Dime -digo con la voz rota.
-Breasen va a estar bien, todo va a ir bien, acabaremos con todos los hijos de puta que quieran matarnos.
-Me hubiera gustado quedarme con él -susurro triste.
-Pronto estarás con él de nuevo -me abraza.
-Exacto, además, nos tienes a nosotros y vamos a acabar con la Bestia -dice Gin y me abraza también.
-No lo olvides Dylan, unidos como uno -susurra Reift y me sonríe.

He subido a mi habitación a tumbarme un rato. La situación comienza a superarme. Además, no paro de pensar en Breasen y en que no debí de haberme ido así. Llaman a la puerta y entra Gin.
-La cena está lista -susurra y me sonríe.
-No tengo hambre -me giro en la cama y le doy la espalda a Gin. Por un momento creo que va a venir hacia mí pero entonces escucho cerrarse la puerta.
Cierro los ojos y me quedo dormido. Al despertarme, Katherine está delante de mí.
-¿Qué pasa? -pregunto cabizbajo.
-Tenemos visita -susurra y me sonríe.
Me pongo una sudadera negra encima de la camiseta que llevo. Me levanto de la cama y junto a Katherine bajo al salón. Allí en un sofá, se encuentra Molly. Los demás están sentados en frente de ella, Katherine y yo nos colocamos juntos al resto.
-¿Qué haces aquí? -pregunto cabizbajo.
-He venido a traeros unos regalos para que os ayuden en vuestra misión.
-¿Regalos? -pregunta Gin con una sonrisa.
-Para Katherine, le he traído esto de parte de Lidya que espera que te guste. Molly le entrega un pequeño huevo de color negro azabache y se lo entrega. -Es el hermano del dragón de Lydia, se llama Fury y espero que os ayude -susurra Molly con una sonrisa.
-Muchísimas gracias -contesta Kat con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Se la ve emocionada.
-¿Hay regalos para todos? -pregunta Piers con educación.
-Claro -sonríe Molly. Para Arak, tu padre te entrega esto, al parecer es una reliquia familiar. Molly coloca en la mesa una katana. Arak se queda boquiabierto y se acerca a verla.
-Es la katana de mi abuelo -susurra apenado.
-Tu padre espera que te sirva en tu viaje y que la lleves con honor por lo que tu abuelo hizo -le dice Molly.
-Lo haré, los dos se sentirán orgullosos de mí -contesta Arak con una sonrisa.
-Para Piers, le entrego mi colgante para conjurar runas, espero que te ayude -Molly se lo entrega y le sonríe.
-Muchas gracias, no te arrepentirás estará en buenas manos -sonríe.
-Para Reift le entrego las tres piedras mágicas de Rinkston. El mismísimo Victor confía en ti para portarlas -le explica Molly, Reift las coge y sonríe.
-Las cuidaré como si fuesen mías -susurra Reift.
-Para Ginebra, mi anillo mágico el cual te ayudará siempre y cuando estés en problemas. Úsalo bien -susurra Molly y lo pone en la mesa.
-Gracias -susurra Gin y se pone el anillo en el dedo corazón de la mano derecha. Del anillo comienzan a salir pequeñas cuerdas como si fueran hilo, tiene un color blanco brillante y se enrollan en su mano y siguen hacia bajo hasta la muñeca.
-El anillo te ha aceptado -susurra Molly.
-No se arrepentirá -contesta Gin con una sonrisa.
-Para Henry, unos guantes mágicos hecho por el mineral más duro en la región, minacurium. Estos guantes son peligrosos, úsalos con cuidado -le explica Molly.
-Lo haré, no se preocupe -sonríe Henry.
-Y por último para Dylan. Un kunai creado a partir de minacurium y magitita. Cortesía de Breasen. Espera que te sea útil -me sonríe.
Agarro el kunai y sonrío. Breasen siempre acaba sorprendiéndome.
-Me será muy útil -sonrío.
-Os deseo toda la suerte del mundo, ahora tengo que irme, tenemos que encargarnos de otro asuntos -dice Molly.