Capítulo 01: Bienvenidos

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Me llamo Lucke Sherpard, tengo diecisiete años y siempre he querido entrar a la academia Yaskbill. Desde que me cogieron no pude creérmelo y aún sigo sin creérmelo. Además, también han cogido a mis mejores amigas, Rebeca y Claire. Mis dos amigas de la infancia. Antes de empezar a contaros todo lo que vivimos en Yaskbill, quiero contaros que es lo que pasó.
El mundo tal y como lo conocíamos se fue al garete. Comenzó a desarrollarse la magia y poco a poco se intenta reconstruir el mundo. La naturaleza creó animales y bestias nunca antes vistas y muy peligrosas, hemos tenido que adaptarnos como hemos podido. Así nació Yaskbill, un instituto para los jóvenes donde nos formamos para lo que nos espera allí fuera. En Yaskbill solo puede entrar aquellos que son escogidos, además no es el único instituto que prepara a los jóvenes. También existe Illinion y Marst, otros dos grandes y conocidos institutos entre otros. Ahora, creo que ya estáis puestos en situación.

Estación de tren, 7.30 de la mañana.
Estoy en un banco esperando a que lleguen Beca y Claire. Quedamos en la estación después de haber comprado todos los materiales necesarios para Yaksbill. No me puedo creer que me hayan cogido, estoy realmente emocionado y a la vez aterrado. Pero supongo que es lo más normal. La estación comienza a llenarse de gente, familias acompañando a sus hijos que ingresan en algún instituto de gran categoría como lo es Yaskbill. Mientras observo a todas esas familias tan felices o al menos aparentando serlo, no puedo evitar en pensar en mis padres, estarían tan orgullosos de que vaya a Yaksbill, noto como las lágrimas están a punto de salir.
-¿Está ocupado? -me pregunto un chico que hay delante de mí. Es alto, rubio y con gafas. Por la ropa que lleva pertenece a una gran familia, ya sabéis tiene pinta de tener dinero.
-No, puedes sentarte -le contesto con una sonrisa.
-¿Vas a Yaksbill? -me pregunta con cierto tono curioso.
-Si, exacto.
-Yo voy a Rinkston.
-¿Rinkston? -digo muy sorprendido y de hecho creo que se percata de mi tono de sorpresa. Para que me entendáis, Rinkston es la mejor de la mejor academias que existen, cualquier joven desearía poder ir pero son demasiados estrictos con todo hasta con la forma de andar. Y su gran competencia, es la academia Prilom. Ambas fueron fundadas a la misma vez y desde entonces siempre ha habido cierta competencia entra ambas.
-Nunca falla el tono de sorpresa -dice el chico y se le ve desilusionado.
-Perdona, no todos los días se habla con alguien de Rinkston.
El joven esboza una pequeña sonrisa.
-No se te ve especialmente ilusionado-susurro.
-La verdad es que no, yo quería ir a Yaskbill, la mayoría de mis amigos han sido escogidos allí pero claro mi padre es profesor de Rinkston...
¿Veis? Como dije antes tenía pinta de tener dinero y así es, su padre trabaja en Rinkston. Prácticamente tiene su vida solucionada y en estos tiempos decir eso es casi imposible.
-No sé por que te cuento todo esto. Siento molestarte -se disculpa el joven.
-No molestas. Además hasta las ocho no sale el tren. Podemos pasar el rato hablando.
-Me encantaría pero por ahí vienen mis padres y si me ven hablando con un alumno de Yaskbill montarán un numerito.
El chico se levanta, hace el amago de irse pero vuelve.
-Soy Nate Johnson.
-Lucke, Lucke Sherpard -sonrío y estrecho su mano.

El tren llega por fin, mis amigas Rebeca y Claire llegaron hace como cinco minutos. Como en el tren vamos por orden de lista, mi apellido es Sherpard así que iré en los pequeños compartimentos del final. Cuando llego a mi compartimento, solo hay un sitio ocupado. Me siento al lado de la ventana y observo como va desapareciendo la estación a lo lejos. El tren es negro y dorado y enorme tanto por fuera y por dentro. El chico que se encuentra en mi compartimento, está justo en el asiento de la esquina pegado a la puerta, parece que va dormido. Miro la maleta que hay encima de las barras de su asiento, en la pequeña chapa pone Breasen S. Supongo que el muchacho se llamará Breasen, un nombre bastante raro.
Me levanto y salgo fuera del compartimento, entro a los servicios, me lavo la cara y me observo en el espejo. Llevo unos pantalones pitillo negros y rotos, una sudadera gris oscura y una chaqueta de cuero más una zapatillas blancas. Me vuelvo a lavar la cara. Me paso la mano por el pelo para despeinarlo, me da un toque sexy.
Cuando vuelvo al compartimento el chico está mirando por la ventana. Al entrar me mira y sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
-He ido a por café -me ofrece una taza de café con leche caliente. Soy Breasen Smith -me vuelve a sonreír.
-Lucke Sherpard -sonrío- y gracias por el café-añado.
Me siento en mi sitio y él en frente. No sé por qué pero este chico me transmite buenas vibraciones. Es alto, con el pelo corto y negro. Tienes unos ojos verdes oscuros que llaman realmente la atención, y viste ropa negra y ancha excepto los pantalones que son estrechos.
-¿A qué instituto vas?
-Yaksbill -contesto.
-¿Primer año verdad?
-Sip -sonrío.
-Lo sabía, nunca había coincidido contigo. Yo también soy de Yaskbill, segundo año.
-¿Qué tal es? -pregunto curioso.
-Sin duda es la mejor.
-Tengo muchas ganas de llegar -susurro.
-Te espera mucho por vivir en Yaskbill.
-Ocho años -susurro.
-Exacto. Y conforme avanzas de curso, cada vez cuesta más y más o al menos eso dicen.
-Bueno, no me asustes, que yo tampoco es que sea muy buen estudiante -le susurro.
-¿Tienes ya tu varita? -me mira curioso.
-Si, la he comprado hoy -se la entrego para que la vea.
Mi varita es fina y delgada, de un color negro azabache y algunos detalles de color dorado.
-Es preciosa -susurra.
-¿Puedo ver la tuya? -pregunto.
-¿Quieres vérmela?
-Sí -ambos nos quedamos mirando, ha sonado realmente mal- la varita -añado con vergüenza.
Brasen sonríe y se muerde el labio, después me entrega su varita.
Su varita es de mayor grosor, más esbelta, es completamente blanca y sin ningún detalle.
-Es mucho mejor que la mía.
-Que va, la tuya es mucho más estética que la mía -sonríe y se le marcan los hoyuelos en las mejillas.
-¿Es cierto que en el segundo curso necesitáis otra arma? -pregunto.
-Es cierto. Yo he cogido el arco.
-¿Un arco?
-Mi padre me enseñó a usarlo desde pequeño, es una tradición en mi familia. Así que en cuanto vi que podía coger un arco pensé en mi padre y supe que tenía que elegir el arco.
-Tú padre debe estar orgulloso de ti.
-Eso espero, que esté orgulloso de mí -mira por la ventana, su rostro se ve decaído y triste.
Me acerco a él y coloco mi mano en su hombro, me mira raro.
-Seguro que está orgulloso.
Breasen se queda mirándome fijamente, yo me fijo en sus labios, los tiene finos, pero a la vez un poco carnosos. Por un momento se me pasa por la mente como se sentiría notar sus labios contra los míos.
-Tengo que irme -dice mientras se muerde el labio.
Me vuelvo a mi sitio y Breasen sale del compartimento. Seguro que le he incomodado.
Me apoyo en el asiento y en unos segundos me quedo dormido. Cuando me despierto, Breasen está en frente de mi, cuando se da cuenta de que me he despertado, suelta el libro que lee y me sonríe.
-¿Que lees? -pregunto con voz de sueño.
-Tonterías -dice como para evitar hablar de lo que está leyendo. Por cierto, quiero disculparme.
-¿Disculparte? -digo sorprendido.
-Sí, antes cuando me he ido he sido un idiota. No estoy acostumbrado a interactuar con la gente, soy un chico bastante raro que me gusta ir a mi bola. Siento si te ha molestado mi reacción.
-No, ha sido mi culpa. La he cagado con lo del arco, luego con lo del hombro y lo siento. Seguro que te he hecho sentir incómodo.
-La verdad es que no me he sentido tan cómodo como contigo desde hace años -sonríe y se vuelve a morder el labio.
-Me alegra oír eso -sonrío.
-Hemos llegado a Illinion. Esperamos que hayan disfrutado del viaje y gracias -dice la voz de una joven a través de los altavoces repartidos a lo largo del tren.
-Esa es la primera parada, nos quedan otras cuantas -susurra Breasen.
-¿Cuánto queda? -pregunto.
-Dos horas -susurra.
Resoplo y me dejo caer en mi asiento.
Queda una hora para llegar a Yaskbill. Cojo el libro que Breasen estaba leyendo. Tengo demasiada curiosidad.
-"Sombras en la oscuridad" -susurro.
-Es un libro de misterio, terror con toques románticos y erótica.
-¿Erótica?
-Sí, los protagonistas no dejan de tener acercamientos bastantes subidos de tono.
-No tiene mala pinta -le contesto.
-Es genial, a veces tiene frases como muy típicas de filosofía que te hacen reflexionar.
-Vaya, no aparentes ser uno de esos chicos, que lee y reflexiona.
-Ya te he dicho que soy un poco raro.
-Me gusta -sonrío.
Breasen me sonríe.
-Quiero llegar ya a Yaskbill -digo mientras me dejo caer por el asiento.
-Eres como un niño pequeño -susurra y pone los ojos en blanco.
-Tengo diecisiete años -protesto.
-Tingui diecisti añis -se burla de mí.
Le hecho una mirada asesina y Breasen rompe a reír.
-No me hace gracia -le contesto.
-Venga, era una broma. Aunque yo a tú edad era más maduro.
-Aunqui yi a ti edid eri mas maduri -lo imito.
Breasen ríe aunque se tapa la sonrisa con su mano.
-¿A que molesta?
-Solo a un niño le molestaría.
-Og, me empiezas a caer mal.
Breasen se levanta y se acerca a mí, está en cuclillas y me mira fijamente, me pongo nervioso, no sé por qué.
-Jamás, te voy a caer mal. Entre nosotros hay algo -me susurra con una voz sexy que me pone aún más nervioso.
Me levanto y lo aparto. Me mira y me quedo de pie mirándolo.
-Eres idiota -le hago burla.
-Anda, voy a por algo de beber y comer, en seguida vuelvo.
-¿Me puedes traer un refresco y algo para comer?
-Claro, lo que el señor mande -Breasen hace un reverencia, me sonríe y luego sale del compartimento haciéndose el chulo.
Cuando Breasen vuelve, ha comprado dos refrescos y dos hamburguesas.
-Eres un chulo -susurro.
-¿Por qué? -se aguanta las ganas de reír.
-Lo eres o al menos pretendes serlo.
-Lo soy -me guiño el ojo. ¿Algún problema?
-No ninguno.
-Si en el fondo te encanta.
-Eres de lo peor.
-Sisi lo que tú digas -me sonríe y le da un sorbo a su refresco de limón.
Pongo los ojos en blanco y él se muerde el labio.
Después de comer, Breasen se echa un rato en el asiento y se queda dormido. Tengo que confesar que me siento muy raro con él, no sé que es lo que es. Le observo mientras duerme un poco, luego cojo su libro y empiezo a leerlo.

Dejo de leer el libro y lo de dejo al lado de su asiento. Me pongo a mirar por la ventana, queda media hora para llegar. Breasen sigue dormido. Me estiro para despejarme, y entonces Breasen comienza a despertarse.
-¿Me echabas de menos? -me pregunta con esa sonrisa sexy en la cara.
-Para nada -pongo los ojos en blanco.
Breasen se muerde el labio.
El tren por fin llega a Yaskbill. La mayoría de los que vamos en el tren nos bajamos en Yaskbill, es debido a que es el único instituto que tiene más plazas para ocupar, gracias a que no son tan estrictos como los demás.
Bajo del tren, me doy la vuelta y me doy cuenta de que Breasen no está. Rebeca y Claire llegan justo en ese momento. Los tres comenzamos andar por el camino hacia la enorme puerta circular de Yaskbill. Las chicas y yo estamos alucinando, no podemos creer que estemos aquí. En las puertas nos encontramos con Harrison, es el guardián de llaves y terrenos de Yaskbill a la vez que profesor en los dos primeros cursos.
-Buenas noches nuevos alumnos de Yaskbill. Es un placer recibiros en las puertas de lo que durante ocho años va a ser vuestra segunda casa. Soy Harrison Grin y os llevaré hasta el comedor, donde os esperan los demás alumnos juntos a los profesores para daros la bienvenida. Seguidme.
Después de una caminata, llegamos al gran comedor, donde todos los alumnos de los demás cursos no esperan ya sentados. No puedo evitar buscar a Breasen, no sé por qué se fue sin despedirse.
-¡Silencio! -grita la subdirectora para que los alumnos se callen, un gran silencio inunda el comedor y da paso al director.
-Soy William Skirles y soy el director de Yaskbill. A partir de este momento formáis parte de esta enorme familia, Yaskbill será como vuestra segunda casa. Así que sin más dilación... Bienvenidos a Yaskbill.

YASKBILL (Saga Yaskbill 1)Where stories live. Discover now