Capítulo 07: Un viaje inesperado

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Una semana lleva Breasen en coma. Me da miedo pensar que cualquier momento pueda ser el último. No me he separado de él en toda la semana. Anoche, Nate me comunicó que su amigo estaba llegando con una posible cura, estoy deseando de que me avise de que está aquí. Pero no solo ha pasado eso, seguimos sin tener información del paradero de Megan, Lily y los demás, empiezo a preocuparme. Por cierto, el director por fin está haciendo cosas para que la escuela esté bien protegida, se ve que mi charla sirvió para algo.
Me acabo de duchar. Salgo y me encuentro a Breasen sentado en la cama. Me quedo sorprendido. Breasen me mira.
-No sabes cuanto te he echado de menos -susurra.
Me acerco despacio, no me creo que esto sea real.
-Ven aquí -me tira del pantalón hacia él.
Se deja caer en la cama. Mi cuerpo poco a poco empieza a tocar el suyo, le miro y lo veo sonreír. Se muerde el labio. No me contengo, simplemente le beso. Se apoya en el cabecero de la cama, me siento encima de él sin dejar de besarle. A veces le beso el cuello, le muerdo el labio o él me lo hace a mí. Paso mis dedos finos por su pelo suave, los enredo y tiro. Suelta un gemido, sonrío y él también. Nos quedamos mirando por unos segundos, no puedo evitar reírme. Me besa el cuello. Me quito la camiseta, y se la quito a él también. Me paso la lengua por el labio superior de una forma sensual. Breasen jadea. Me inclino y comienzo a besar su torso, Breasen me observa mientras sonríe.
-Tenía muchas ganas de esto -susurra mientras recupera el aliento.
-Yo tenía muchas ganas de tenerte de vuelta -susurro y muerdo su oreja con delicadeza.
Noto los brazos de Breasen alrededor de mi espalda. Noto sus manos y noto cada dedo suyo tocándome erizándome la piel, aprieta los dedos contra mi espalda, suelto un gemido. Le beso, llaman a la puerta.
-Mierda -susurra Breasen y deja caer la cabeza contra la pared.
Me río.
-No tiene gracia -se muerde el labio.
-Shh -coloco mi dedo índice en sus labios. Breasen me mira y luego hace el amago de morderme el dedo. Me quito de encima suya, cojo su camiseta y me la pongo. Abro la puerta, es Rebeca.
-¿Ocurre algo? -pregunto con miedo pues no la he visto desde que Claire recuperó la consciencia.
-Sí, tenemos que hablar.
Trago salivo. Cierro la puerta y comenzamos andar por el pasillo. Bajamos al pequeño salón de nuestros dormitorios, por suerte no hay nadie. Me dejo caer en el sofá. Rebeca me mira, la noto rara.
-¿De qué tenemos que hablar?
-Claire.
-¿Qué ha pasado? -digo incorporándome.
-Nada grave. No tienes por que preocuparte.
-¿Entonces? -la miro sin entender que está pasando.
-Lucke... verás...
-Beca, puedes contarme lo que sea.
-Lo sé -me sonríe aunque en un segundo se pone triste.
-¿Qué ocurre Bec?
-Claire y yo nos vamos.
No digo nada, solo intento asimilar lo que acaba de decir.
-¿Como que os vais? -digo mientras me pongo de pie.
-Nos vamos de Yaskbill, lo hemos decidido -una lágrima se desliza por su mejilla derecha.
-¿Por qué? -me aguanto las lágrimas.
-Lucke no queremos irnos pero tenemos que hacerlo. Nos duele mucho.
-¿Me vais a dejar solo?
-No estás solo, está Breasen y los demás.
-¿Y qué? Pero no estáis vosotras, mis amigas de la infancia, las de toda la vida. Nos hemos visto crecer Beca.
-Lo sé... por eso duele Lucke. Pero tenemos que hacerlo.
-No quiero que os vayáis -rompo a llorar.
-Tenemos que irnos. Tenemos que averiguar qué ocurre con Claire, tú mismo lo dijiste.
Me paso las manos por el pelo.
-No quiero deciros adiós -digo con la voz más rota que nunca.
-Los tres sabíamos que algún día pasaría -me agarra las manos.
-Pero no en Yaskbill, lo íbamos a vivir juntos. Lo teníamos planeado todo.
-Los planes que teníamos dejaron de existir el mismo día que entramos, lo sabes. Mira lo que está pasando.
-Me da igual. Sois mis amigas, es más somos como hermanos, sois familia.
-Lucke no nos vamos para siempre. Nos volveremos a ver.
-No sabemos cuando.
-No nos hace falta, lo que tenemos, jamás se perderá. Permanecerá siempre ahí, dentro de nosotros -nos dice Claire desde las escaleras.
Los tres estamos llorando. Nos acercamos poco a poco y nos fundimos en un abrazo.
-Os voy a echar de menos -susurro mientras lloro.
-Nosotras también -ambas me lo dicen y lloran sin dejar de abrazarme.
Nos separamos y nos miramos, no dejamos de llorar. Jamás pensé en despedirme de ellas.
-Hagamos una locura -susurra Beca mientras se seca las lágrimas.
-¿El qué? -pregunto.
-Tatuarnos -sonríe Claire.
Los tres lo aceptamos, aunque a Beca le cuesta más pero al final acabamos convenciéndola. Bajamos al patio, detrás de una estatua hay un pasadizo al que se accede dando tres golpecitos suaves con la varita. Llegamos a un pequeño estudio, con muchísimas luces de neón de muchísimos colores. Hay gente bebiendo aunque la mayoría se está tatuando. Nos acercamos a las paredes, donde hay varios diseños de tatuajes. Son todos increíbles. Miramos por mirar, nosotros tenemos decidido el nuestros desde que teníamos quince años. Es sencillo y a lo mejor os parece una estupidez. Pero nuestro tatuaje era tres flechas blancas cruzadas entre si y al final de cada flecha una pluma cada una de un color. Una negra por mí, una azul por Rebeca y la que estaría en el centro sería rosa por Clarie. El tatuaje nos lo hacemos en la muñeca. Me quedo alucinando con la forma de hacer los tatuajes en Yaskbill. Te colocan como un plastiquito con el diseño del tatuaje, sacan su varita susurran dos o tres conjuros y el tatuaje está hecho.
-Me encanta -nos dice Claire con una sonrisa de oreja a oreja.
Volvemos a Yaskbill. Al salón, antes de irnos cada uno a nuestra habitación, nos quedamos serios. Esta es la última vez que nos veremos, mañana cuando me despierte ya no estarán aquí. Nos volvemos abrazar fuertemente entre los tres. Me limpio las lágrimas y subo las escaleras al dormitorio.

Rebeca
Voy a echarle de menos. Le voy a echar mucho de menos. Claire me mira, está tan destrozada como yo.
-En dos horas nos vamos. Vayamos a preparar las cosas.
Subimos a nuestro dormitorio. Empacamos las cosas en una mochila mágica. Es decir, puedes meter todos lo que quieras que no hay límite y además no pesa casi nada. Miramos el reloj, son casi las cinco. Tenemos que irnos.
Bajamos todas las escaleras, salimos al patio principal, miramos por todas partes para asegurarnos que no nos ve nadie. Estamos fuera del recinto de Yaskbill si nos pillan ahora estaríamos expulsadas para siempre. Seguimos avanzando sin miedo. Escuchamos el tren cerca está llegando, estamos esperándolo asustadas y mirando para todos lados.
-¿Estás segura de esto Bec? -me pregunta Claire preocupada.
-Por supuesto. Es por ti Claire y eres mi hermana pequeña, por ti daría mi vida si hiciese falta -la abrazo.
El tren llega y nos montamos. Nos vamos al último vagón, queremos estar tranquilas y que nadie nos moleste. Colocamos las mochilas y nos sentamos.
-¿Cuál es nuestra primera parada? -me pregunta Claire con una sonrisa.
-A casa Claire, volvemos a casa.
Claire esta durmiendo mientras yo leo "Una noche mágica perdida en el olvido" me encanta este libro, me lo habré podido leer ya como unas cincuenta veces. Trata sobre una historia de amor llena de magia y sentimientos. Cuando dejo de leer y me pongo a mirar por la ventana, algo ocurre. El reflejo de una luz detrás de mí. Me quedo congelada en el sitio, estoy asustada. Me giro despacio, es Claire. Su collar en forma de gota, está luciendo. Una luz sale del collar. La luz da vueltas por la habitación, alrededor de Claire hasta por alrededor mía. Luego, se queda quieta entre nosotras dos. Cambia de forma y ahora es un perro. Me acerco al perro y al acercarme cambia otra vez y ahora es un gato. Voy a tocarlo pero entonces desaparece. Me quedo mirando a Claire, lo que acaba de pasar, ¿será el intento fallido de una invocación? No tengo ni idea, creo que el sueño me empieza afectar. Me siento en mi sitio, me abrigo con la manta y me quedo dormida en cuestión de segundos.
Al despertarme ya estamos a kilómetros de Yaskbill. Creo que hemos tomado un desvío, hemos cogido otro recorrido para evitar los caminos de las universidades atacadas. Cada vez que pienso en esas sombras me pongo mala. Están destruyendo absolutamente todo.
-Buenos días -me dice Claire mientras se despereza.
-Aquí tienes tu capuchino -se lo entrego.
-Gracias -me sonríe.
Pasamos varias horas e incluso días de tren en tren hasta llegar a nuestro pequeño pueblo escondido del mundo. Cuando llegamos todo está igual. La gente nos saluda y nos mira sorprendidas. Claire va sonriendo y pegando pequeños saltitos está emocionada de estar de vuelta.
-Te echo una carrera -me dice riendo y comienza a correr y correr.
Escucho un sonido agudo como un gruñido. No puede ser. Me doy la vuelta y lo veo, son dos aves enormes están poseídas por sombras. Vienen hacia nosotras, hacia nuestro pueblo.
-¡Todo el mundo al suelo! -grito.
Toda la gente entra en pánico, algunos me hacen caso y otros comienzan a gritar y correr de un lado para otro. La primera ave se lanza sobre nosotras y ataca a una mujer y a su niño de cuatros años.
-¡Ipungo! -grito.
De mi varita sale chispas moradas, impactan en el ave. Esta me mira y viene hacia mí lanzando graznidos.
-¡Expirius! -grito.
El hechizo impacta en el ala, la cual esta se parte automáticamente y el pajarraco se lanza sobre mí. No me da tiempo a reaccionar y enseguida lo tengo encima. Con sus patas me araña y caigo al suelo. Con su pico largo, rojo y afilado se lanza contra mí, me aparto con agilidad y su pico da en el suelo. Intento llegar a coger la varita pero el otro pajarraco se lanza también a por mí. Estoy tan pendiente del pájaro que baja en picado que se me olvida que tengo uno al lado con el pico clavado en el suelo. Estoy a punto de rozar la varita con la yema de los dedos, el pico atraviesa la palma de mi mano y grito de dolor. El pájaro había conseguido sacar el pico del suelo. En ese momento llega el otro pájaro también. La varita ya casi ni la veo.
-¡Eh! -grita Claire.
-Claire, no. ¡Corre! -grito desde el suelo.
-No voy a dejarte. Somos hermanas.
Claire coge una piedra y se la lanza a uno de los pajarracos. La piedra le da en la cabeza. Ambos pájaros la miran, alzan el vuelo y se lanzan a por ella. Sin levantarme comienzo a buscar mi varita a gatas por el suelo. La encuentro.
-¡Ipungo! -grito.
Los pájaros esquivan mi hechizo. Veo a Claire quieta, de pie y con los ojos cerrados. Está relajada y tranquila. Abre los ojos, los pajarracos están justo al lado. Lanzo otro hechizo pero también fallo. Claire acaricia su collar, el collar empieza a emitir una luz blanca cegadora. Un tigre enorme y blanco aparece delante de ella. Los pájaros intentan frenar pero no lo consiguen. De una zarpada le rompe el cuello a uno y desaparece hecho añicos. El otro casi llega a marcharse pero el tigre salta, abre su enorme boca y le clava sus enormes colmillos en la ala. El pajarraco cae al suelo y acto seguido desaparece como el otro. Claire susurra algo al tigre y desaparece.
-¿Estás bien? -me acerco preocupada.
-Sí, perfectamente -sonríe. ¿Qué eran esos pájaros?
-Eran craniks -susurra una voz grave delante de nosotros. Alzamos la mirada para ver quién es.
-¡No puede ser! -ríe Clarie y comienza a correr.
-¿Papá? -susurro.

YASKBILL (Saga Yaskbill 1)Where stories live. Discover now