“Ella se puso enferma tan pronto como llegó al gran ducado. Parece más débil que un insecto ".
El gran duque finalmente bajó y soltó a Aria de vuelta al suelo.
Él la miró fijamente, curioso por saber cómo seguía viva después de tanto tiempo.
Lloyd nunca la había mirado así.
Diana y Betty tampoco …
"Entonces, ¿están todos mejor ahora?"
Aria asintió sin dudarlo.
[Quiero jugar con los lobos aquí.]
"Si solo estás aquí para jugar con los lobos, ¿por qué estás aquí? ¡Tch—! Los niños son bastante erráticos en estos días ”, murmuró descontento, chasqueando la lengua con una expresión desagradable.
' Bueno, duh. No vine a verte en primer lugar '.
Los ojos de Aria recorrieron la habitación mientras trataba de encontrar la respuesta perfecta. Luego, comenzó a escribir en la tarjeta.
[Me gustaría quedarme al lado de mi padre].
En ese momento, rápidamente se cubrió la boca con su pequeña mano.
El aire estaba lleno de humo de cigarrillo y casi la hizo toser. Afortunadamente, ella estaba lo suficientemente consciente como para no toser frente al gran duque.
'Ah, me olvidé del humo porque siempre había sido parte de mi rutina diaria en mi vida anterior'.
Su garganta ardía.
Mientras contenía la tos, las lágrimas comenzaron a acumularse alrededor de sus ojos; Dwayne, quien notó la condición de Aria, le susurró al oído del gran duque.
"Su excelencia, no creo que inhalar humo de segunda mano sea bueno para la dama. Además, ella ya está débil. También hay muchos documentos que deben entregarse hoy ".
"¿Entonces?"
"¿Por qué no le dices que vuelva en otro momento?"
“Olvídalo”, dijo, apagando su humo en el cenicero provisto.
Luego se apoyó en la silla y dijo: "Ventila el aire".
"¡Entendido!"
Dwayne rápidamente abrió las ventanas para ventilar la habitación.
El humo escapó rápidamente, pero la brisa hizo que las cortinas se agitaran. Aria envolvió inconscientemente sus brazos alrededor de sus hombros temblorosos debido al viento frío.
El gran duque la miró fijamente.
"Seguro que tienes muchas necesidades", dijo mientras se levantaba, se quitaba el abrigo y lo dejaba caer sobre la cabeza de Aria.
Por reflejo, inconscientemente dejó caer la tarjeta que sostenía al suelo.
Aria quedó enterrada dentro del abrigo y luchó por un tiempo antes de poder sacar la cara de la tela gruesa.
Luego, miró al gran duque.
Había tomado la tarjeta que decía: [Me gustaría quedarme al lado de mi padre] y, extrañamente, se la guardó en el bolsillo.
'¿Por qué está tomando eso?'
El abrigo era tan grande que tuvo que seguir tirando solo para evitar que se cayera y obstruyera su rostro.
“Entonces, respira bien a mi lado”, dijo el gran duque.
