Mío o de nadie. >> ZARRY LIRRY << M-Preg

Doce

Advertencia: Smut.

Capítulo Doce

Hace dos semanas que Harry se había enterado que un pequeño bebé crecía en su vientre. Al principio no sabía cómo asimilar todo lo que le estaba pasando, sentía mucho miedo, y sentía que tal vez no podría con todo él solo. Con el pasar de los días, ya se había acostumbrado a lidiar mejor con las horribles náuseas y vómitos, y definitivamente ya comía mucho mejor, navegando en la red, había encontrado tantas alternativas y opciones sobre una alimentación saludable durante el embarazo, sin sentir ganas de vomitar todo el tiempo.

Así que físicamente, había mejorado bastante, pero emocionalmente seguía luchando con sus inseguridades y miedos. A ratos, recordaba las palabras de Liam y se sentía débil y pequeño. ¿Realmente podría cuidar a un pequeño e indefenso bebé, él solo, si no podía cuidar de sí mismo?

Pero no debía pensar así, ya no podía ser tan pesimista. Necesitaba un cambio de actitud por completo. Si tendría que hacerlo sólo, pues lo haría. Harry se miraba en el espejo mientras pensaba cómo había cambiado su vida en tan poco tiempo. Especialmente, en éstas últimas dos semanas, se había dado cuenta que, a pesar del inmenso temor que sentía, también sentía inmenso amor hacia esa pequeña criaturita que ni siquiera conocía aún, le daba fuerzas y le daba ganas de salir adelante. Y aunque ya no estaba con el otro papá de su bebé, le consolaba la idea de saber que siempre tendría un pedacito de Zayn, correteando y recordándole que alguna vez, sintieron un amor tan grande que hicieron juntos ese maravilloso ser.

Desde hace casi media hora, que el muchacho ojiverde observaba fascinado su reflejo, veía su vientre desde todos los ángulos posibles, tratando de ver algún cambio, pero aún era muy pequeño y no se notaba nada. El doctor le había dicho que eso era completamente normal, que en algunas personas no se notaba incluso hasta la vigésima semana, que debía ser paciente y que esté tranquilo, porque todo marchaba con normalidad hasta ahora.

El rizado pasó suavemente sus manos sobre su vientre aparentemente plano, se sentía un poco hinchado y estaba más duro al tacto, pero si no supieras que estaba esperando jamás lo notarías. Con una sonrisa soñadora en su rostro, se preguntaba cuando empezaría a notarse de verdad, pero el doctor le dijo que no se preocupara, así que no lo haría.

Desde que salió del hospital había vuelto con Liam a su casa, y estaban en buenos términos al parecer, aunque después de esa conversación que tuvieron, no volvieron a hablar del asunto. Harry había vuelto a esa casa más que todo porque no tenía otro lugar a donde ir, y aunque Liam se estuviera comportando muy bien con él, era atento a todas sus necesidades y le trataba más cariñoso, el rizado no había cambiado de parecer y estaba más que decidido a seguir con sus planes de pedir el divorcio, pero no pensaba decirle nada al castaño hasta estar un poco más seguro de los pasos que debía seguir para lograrlo.

El día de hoy, por suerte, no tenía clases, así que aprovechó para hacer una cita con un abogado que encontró en línea, y después iría a ver varios departamentos que también encontró en Internet, esperaba que alguno le gustara lo suficiente para mudarse lo más pronto posible.

También había pensado mucho en Zayn, aún se sentía muy triste cuando se acordaba de él, pero ya no podía permitirse seguir deprimiéndose, ni estresándose, por el bien de su bebé. Ahora pensaba de manera objetiva, sabía que el moreno tenía derecho a saber que iba a ser papá, y estaba dispuesto a decírselo, pero iba a esperar unas semanas más, no quería decírselo cuando aún estuviere viviendo con Liam.

Y respecto a Liam, tendría que hablar seriamente con él, estaba haciéndose ideas locas en su mente, que le incluían a él y a su bebé, y eso no estaba nada bien. Harry preferiría cuidarlo solo, sin ayuda de nadie, antes que vivir una mentira por el resto de su vida. Liam no era el papá de su bebé, y éste tenía que aceptarlo si o si.