Cinco

752 54 91
                                    


Capítulo Cinco



El clima frío de afuera se sentía en los huesos, la lluvia se escuchaba fuerte repicando los cristales de las ventanas, pero el sonido en vez de molestarle le daba una sensación de paz entre tanta... mierda.



Harry sentía que así como el clima era tan cambiante, su estado de ánimo era igual o peor. Pero es que no podía entender cómo había pasado de estar completamente feliz hace unos días, a estar como ahora, completamente... drenado de cualquier sensación. Ya ni sabía qué debía sentir.



¿Debería estar enojado?



¿Asustado?



¿Confundido?




Cansado. Absolutamente cansado. Así se sentía. Desde su horrible reunión con su "esposo" hace un par de días, su cerebro no había dado tregua alguna. Parecía que quería torturarle minuto a minuto con todo lo que había descubierto desde esa tarde. Y las náuseas, Dios, nunca en su vida se había sentido tan mal del estómago, es decir, siempre había sido un poco frágil y parecía que cualquier cambio le indisponía, pero ahora era todo eso multiplicado por diez, se la había pasado en el baño con la cabeza metida en el escusado más de lo que lo había hecho en toda su vida.


Del dolor de cabeza ni hablar.



Harry se levantó lentamente de la cama, donde se había pasado las tres últimas horas en la misma posición, sentado con las piernas cruzadas observando una y otra vez los papeles esparcidos por todo el cubrecama.




Se miró en el espejo con desgana, no parecía él mismo. Sus ojos estaban hundidos, quizás por la falta de hidratación en su cuerpo, pero qué podía hacer si se la pasaba vomitando, ojeras bajo los ojos por la falta de descanso, sus rizos totalmente despeinados y apuntando en todas direcciones.




Levantó el suéter grande que llevaba, para observar su cuerpo, se veía más delgado también. No recordaba la última vez que había comido adecuadamente. ¿Realmente podía uno cambiar tanto en sólo dos o tres días?



Liam tenía razón. Harry soltó un pequeño gruñido de frustración. Odiaba admitirlo, pero Liam tenia razón. No tenía idea en donde se había ido a meter. No sabía nada de la vida de la persona de la que se había enamorado.


No conocía a Zayn.



Al menos no hasta antes de ver todo lo que contenía ese jodido sobre. Tuvo suerte de que Zayn estuviera muy ocupado esos últimos días. Y no tenía ni idea por qué, pero no se puso a analizar mucho el asunto. Desde que había tenido el sobre en sus manos, parecía que este picaba y sus manos escocían por abrirlo. Había faltado a clases sólo por quedarse a solas en el departamento y revisar lo que contenía.



Obviamente no le había dicho nada a Zayn. Harry trató de actuar lo más normal posible, y el moreno anduvo tan ocupado que ni siquiera se dio cuenta que Harry estaba actuando raro. Tampoco se vieron mucho, el máximo intercambio de palabras que tuvieron fue al día siguiente de verse con Liam, en el desayuno, cuando Zayn le preguntó cómo le había ido, para luego salir apresurado diciéndole que tenía una reunión muy importante. Harry sólo le había contestado que todo había salido bien y que buscaría un abogado. Nada más. Y bueno, el pelinegro no había vuelto ese día hasta muy entrada la noche, mientras Harry fingía que ya estaba durmiendo.



Harry, aunque intentara, no lograba describir lo que estaba sintiendo. Y es que nada le habría preparado para lo que encontró al abrir el sobre. Al sacar los papeles que éste contenía, vio que estaban en orden cronológico. Lo primero que sacó fue una especie de informe o un resumen. No tenía firma así que no tenía idea de quien lo había redactado, probablemente la persona que realizó toda una investigación acerca de su novio.

Mío o de nadie. >> ZARRY LIRRY << M-PregWhere stories live. Discover now