𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚍𝚘𝚌𝚎

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¿Entonces ustedes dos aún no han follado? —preguntó Yeji y Yoongi escupió su café. 

—¡Yeji! —me arrepentí de haber tenido el altavoz mientras hablaba con ella e intentaba limpiar la nevera al mismo tiempo. 

Yoongi estaba quedándose en casa por unos días mientras arreglaba algunos asuntos en Seúl. 

—¡Oh, tengo que irme! —se disculpó Yeji del otro lado de la bocina—. Tengo cita con el obstetra y se supone que veré a Jimin en veinte minutos. ¿Sabes si Tae ya está en el consultorio?

—Yo supongo que sí. Tiene un rato que salió de casa. 

Gracias, querida. Nos vemos pronto para ponernos al día. 

—Nos vemos, Yeji. Ve con cuidado.

Colgué la llamada e intenté no mirar a Yoongi a los ojos, me sentía apenada. 

—Vaya, sí que iba enserio —murmuró él mientras continuaba secando con una servilleta los restos del café—. Creí que ahora que vivían juntos las cosas cambiarían. . .

—La verdad es que nada ha cambiado —le dije al tiempo que tomaba su vaso y le servía más café con hielos—. Pero me gusta así —admití. 

Yoongi sonrió de lado.  —Gracias. 

No hablábamos demasiado, pero nos llevábamos bien. Mi relación con él era más fluida que con Yeonjun —quien me trataba como un cero a la izquierda—, pero no tan eufórica como con Nara. No era muy parlanchín —y al principio me intimidaba—, así que había aprendido a apreciar los pequeños momentos en los que Yoongi se expresaba abiertamente y bajaba la guardia. 

—Sabes. . . —volvió a tomar la palabra. Se había levantado del sofá y miraba por la ventana del comedor—. No te lo he dicho antes, pero me alegro mucho de que ustedes dos estén juntos. 

Sus palabras me conmovieron. En ese momento comprendí lo que Tae decía sobre él. "Yoongi-hyung no es un tipo que se exprese demasiado, pero cuando lo hace, lo valoras para siempre". 

—¿Gracias?—no sabía cómo reaccionar a los halagos, mucho menos a uno de Yoongi. Él se rio, supuse que podía entenderme. 

—No lo parece, pero me preocupaba Taehyung. Lo conoces. . . 

Asentí, un tanto confundida. No sabía a qué punto quería llegar.  

—Tiene un corazón enorme y su naturaleza noble no siempre atrae a la gente correcta —siguió hablando—. Me preocupaba mucho que las personas lo lastimaran. Taehyung siempre suele ver la mejor parte del mundo, y eso le ha llevado a un par de decepciones. 

"¿Decepciones? ¿Amorosas?" me pregunté, no pude evitarlo. 

Yoongi sonrió. —Amistades. Me refiero a "amistades" —aclaró, quizá no me había leído la mente, pero sí que había interpretado mi gesto—. Gente que no merece el título de amigo. A lo largo de su vida, muchos de ellos han terminado aprovechándose de su bondad. Ya sabes. . ., Taehyung siempre quiere dar todo por todos. 

Volví a asentir. Lo sabía muy bien, aquello era el motivo principal de mis contadas discusiones con él. Daba todo sin importar quedar en segundo plano. 

—Pero supongo que eso es parte de lo que es Taehyung. No veo las cosas siendo de otra manera —continuó—. A veces me parecía absurdo, y tonto, muy tonto de su parte. Yo quería enseñarle a defenderse, no quería que nadie jamás lo viera como una persona débil, como un blanco fácil para aprovecharse. Sentía que debía protegerlo  —sonrió de lado en una mueca y ahogó una risita mientras parecía recordar—. Estaba muy equivocado. Él ha sido quien ha cuidado de mí todo este tiempo. 

YOUR SIDE OF THE BED |KTH✔️Where stories live. Discover now