𝚌𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚜𝚎𝚒𝚜

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Las caminatas a casa son de lo más interesantes. Taehyung puede explicarme apasionadamente sobre cómo el jazz nació como denuncia social, y con la misma pasión intentar convencerme de que se puede entender el sonido de la naturaleza, para terminar imitando de la nada los agudos de una gallina. Todo en la misma conversación. 

Disfruto tanto de su compañía, que los días en que nos es imposible coincidir se sienten extraños. 

Tae sigue acompañándome a casa cada que puede, y sentándose conmigo al menos una hora más en la banqueta fuera del edificio. Solemos ponernos al día con las  desventuras de la adultez y a veces ideamos tramas —no para de decir que algún día publicaré un best seller—, está convencido de que aquello ayuda para seguir alimentando la imaginación. Así que solemos inventarles una vida a los transeúntes solitarios que pasan frente a nosotros, mientras sentados esperamos a que Jimin pase a recogerlo en el coche. Me ha hecho prometer que al menos publicaré un libro infantil —porque sabe que lo mío son las novelas—, dice que puede renunciar a su Licenciatura en Cuenta Cuentos si al menos un día puede leer uno con mi nombre en la portada. En grande y en color amarillo. . . , porque insiste que yo soy de color amarillo. No entiendo qué significa eso ni cómo interpretarlo, así que no puedo evitar reírme. . ., y contemplarlo. Si Tae fuera un color, seguro sería morado. Quizá porque el morado es mi color favorito. 

Me pregunto cada que le despido y echo un vistazo al reloj, cómo es que el tiempo puede ir tan rápido en compañía de ciertas personas y lo dichosa que soy por haber coincidido con ellas. 

Repito el ritual de siempre. Me quito los zapatos, la chaqueta y tiro las llaves en la cajita de mimbre, que ya no necesitaré más  porque han renovado las cerraduras de las puertas en mi edificio y ahora todas son digitales.  No puedo negar que se ven lindas y futuristas, pero siguen gustándome más las antiguas. Mientras me lavo la cara y me debato si comer ese ramen antes de saltar a la cama aunque ya es tardísimo, escucho mi celular sonar a lo lejos. Supongo que es un mensaje de Tae avisándome que Jimin y él han llegado a salvo a su departamento.  En efecto lo es, pero hay algo más. Tae comienza a darme largas recordándome su promesa de llevarme a probar el mejor jjangjjangmyeon de mi vida, y termina contándome que aquello es en el restaurante de sus padres. Ha surgido algo y necesita ir a Daegu. . ., y además quiere que lo acompañe.

NAT_11:30

DAEGU? No es eso muy lejos?


El trabajo ha marchado sin contratiempos en la oficina, así que estoy segura de que podré tomarme el día libre sin problemas. Además es sábado, los sábados no están incluidos en mi contrato. Pero me planteo jugar un poco antes de decirle que iré.  

TAE_11:31

que va! no está tan lejos.

NAT_11:31

No sé, tengo que pensar y organizarme 

TAE_11:32

Anda, Tashi!

hay muchos lugares que quiero mostrarte.

NAT_11:32

mmm. . .

TAE_11:33

mmm?


YOUR SIDE OF THE BED |KTH✔️Where stories live. Discover now