La Ex-Novia de mi Novio

20.La noche anterior.

Estaba consternada, caminaba alrededor de su habitación dando pasos apresurados mientras se empinaba una y otra vez la botella de champagne. 

-¿Quieres?- Me ofreció, recordando que me hallaba en la habitación.

La acepté con cautela y di un sorbo, pero estaba casi vacía. 

-Pediré otra, o mejor la buscaré yo- Acto seguido salió de la habitación, y luego de unos cinco minutos apareció con la botella burbujeante. 

-¿Estas bien?- Alcancé a decir en tono preocupado.

-Solo bebe, tenemos que estar en sintonía.

Fruncí el ceño.

No es que no me agradara la idea, me venía bien un trago. Así que procedi a beber y a cuidar que no se ahogara con su propio vomito. 

Luego de un tiempo nos hallabamos recostadas sobre la cama, ella mirando hacia el infinito y yo con los ojos perdidos en su rostro, tratando en vano de descifrarlo.

-¿Quieres decirme que sucedió?- Susurré.- No se te vio muy feliz por la noticia de tu padre.

-Lily, no quiero hablar de eso... no quiero pensar, solo quiero estar contigo- Me miraba a los ojos con tristeza.

-Brooke...

-Solo... bésame ¿si?

La miré un instante tratando de decodificarla, algo malo había ocurrido y tenia ese presentimiento. 

-Lily...- Posó su mano sobre mi rostro, seguidamente sentí como una descarga eléctrica recorrió mi cuerpo.

No podía negarlo, quería besarla de nuevo. Su olor a duraznos me había embriagado por completo, era como un sueño. Era tan dulce.

Me acerqué lentamente e inicié el beso con timidez, no era como besar a Teddy, esto era totalmente diferente. Sabía a cerezas y champagne. 

Sus piernas rodeaban mi cadera y su cabello, echado a un lado, rosaba parte de mi rostro. Mis manos viajaban por la suavidad de su piel, queriendo entonces deshacerme del vestido que impedia que pudiera seguir sintiendola. 

-Brooke...- Solté en un jadeo, con los labios hinchados. Comenzaba a dudar, a pensar...

Ella hizo caso omiso y continuó ahora besando mi cuello. 

De un momento a otro nuestros vestidos habían desaparecido, como también nuestra ropa interior. El calor que irradiaban nuestros cuerpos, juntos, era cosa de otro mundo.

Estaba sorprendida y deleitada de como sus manos podían ser tan... hábiles.

-Te mostraré que las chicas como yo sabemos mucho más que los hombres sobre la materia...- Soltó con una sonrisa maliciosa y la respiración entrecortada, bajó con lentitud por la curvatura de mi abdomen.

-No lo pongo en duda...- Gemí dejándome llevar. 

***

La luz tenue de los rayos del sol que apenas entraban por las cortinas de la habitación de Brooke, habían sido más que suficiente para devolverme a la realidad. Me revolví en mi lugar y ahi estaba ella, profundamente dormida, boca abajo, con el cabello cayendo sobre su rostro. 

Había sucedido.

No podía explicar la sensanción que rondaba en mí, era incredulidad con algo más. En pocas palabras, la noche anterior había sido increíble. Era cuestión de segundos a que la culpabilidad me golpeara, ¡pero es que había sido maravilloso, irreal, de otro mundo!