– luego hablaremos, pórtate bien.

– no soy una niña.

– no, pero ya es costumbre decirlo.

– gracias.

– no hay que – la llamada finalizo y dejé el teléfono en la mesa y me senté en nuevamente.

– señora Luz, ¿la hermana de Damon viene seguido?

– sí, llegara dentro de poco.

- ¿Qué edad tiene?

- 16. Es muy linda y está un poco loca, como tú.

– solo soy extraña – ambas reímos.

– Bella, tienes una luz propia y eso le ha gustado a Damon - ¿gustado? Me propuso que fuera su puta, no creo que eso sirva - hemos terminado – dijo levantándose.

– que hay en la última habitación de arriba – la señora luz se tensó y me miro seria.

– por tu bien Bella, nunca entres allí. Nunca. El señor Smith puede ser condescendiente muy pocas veces y otras trata de sobre llevar las cosas. Pero es una bestia cuando se enfurece y no hablemos de su mal genio que ya lo notaste. No entres.

– no pensaba hacerlo.

– muy bien.

Si eso no era una advertencia se parecía mucho. Llame a mi madre la cual me conto que la abuela seguía igual y que se quedaría una semana más. Hablamos de mi empleo y ella estaba contenta. No le dije que me estaba quedando en casa de mi jefe o de seguro me manda a la iglesia por mil años a pedir perdón y se arma en grande. El día paso tranquilo, ayude un poco en todo a la señora Luz, era una mujer muy amable y cariñosa. Mi querido Jefe llamo casi en la tarde para decirme que llegaría dentro de poco. La cena ya estaba terminada y yo subí a bañarme. Me coloque un conjunto negro que dejo mi jefe también en la habitación. Baje y ya la ama de llaves no estaba, la casa estaba en silencio. Busque el control del iPod y coloque un poco de música, al rato escuche la puerta cerrarse de golpe y supe que estaba entrando mi bestia, su cara reflejaba molestia. Al mirarme soltó los papeles que llevaba en la mano y camino hasta mi. Me beso salvajemente sacándome un gemido, con sus manos rompió la camisa del conjunto y luego el pantalón de lino. ¿O era muy mala la tela o él tenía mucha fuerza? Y era una lástima me gustaba esa ropa.

Beso mi cuello y luego quito mi brassier bajo hasta mis senos y los mordió. Solté un gran gemido y este halo de mi cola de caballo, beso mi cuello nuevamente y metió una de sus manos por mi braga y toco mi vagina, sin pensarlo abrí un poco las piernas y este metió sus dedos moviéndolos en círculos. Me llevo hasta la encimera de la cocina, quite su camisa como pude y luego bese su cuello, ese olor a Armani me dejaba sin respiración. Mi jefe me acostó en la encimera y bajo mi braga y luego se dispuso a realizarme un sexo oral de mil maravillas, termine con un orgasmo perfecto y este me ayudo a levantarme, vi como bajo su pantalón junto a su bóxer y su erección quedo a la vista, quería llevármelo a la boca, pero no sabía si hacerlo. Este se colocó un condón y me hizo deslizarme en él. Que sensación tan divina era tenerlo dentro de mi. Se movía rápido y fuerte, halaba mi cabello y mordía mis labios. Varios grititos salieron de mi boca y este solo gruñía hasta que termino dando la última estocada dentro de mi.

– hola – dijo agitado.

– hola.

- ¿Cómo estuvo tu día? – salió de mi con suavidad, quitó su condón y se colocó su bóxer.

– bien, he recorrido toda la casa, y ayude un poco a la señora Luz.

– tendremos que hablar de eso.

– no será hoy – me baje de la encimera y un dolorcito recorrió mi vagina - ¿Qué tal tu día?

– molesto, un día espantoso.

- ¿comiste?

– no, vengo a comer contigo – hice una mueca de molestia al caminar - ¿te lastimé?

– un poco - levante su camisa y me la coloque, este me miro y sonrió

– cuando estoy enfadado esto me ayuda – no dije nada sobre eso – vamos a comer.

– dañaste un conjunto hermoso.

– ya se compraras otro.

– quiero cambiarme, no quiero que algún empleado pase por aquí y me vea así

– nadie pasara, la señora Luz tiene estricta orden de no entrar y ninguno de los demás. Cando esté contigo al menos que se le ordene.

– necesito resolver lo de la cerradura.

– ya lo hice, mañana arreglaran eso. Si quieres puedes quedarte aquí.

– gracias, lo pensare. Mañana tengo mucho trabajo.

– sí, pero ahora vamos a comer – este sirvió la comida y nos sentamos en la mesa - ¿pensaste la propuesta?

– sí, acepto.

– gracias – este sonrió – ahora Bella, no te quejes por los regalos que pueda darte.

– tampoco abuse señor Smith.

– hago lo que me plazca – este comenzó a comer y no quiso hablar más del tema.

Al terminar la cena, recogí la ropa del piso y subí junto a él. Entramos a su habitación pues no quería que durmiera sola, ambos nos bañamos luego me hizo dormir desnuda en su cama. El dormía con un pantalón deportivo y de un solo lado de la cama. No había abrazos ni nada que se le pareciera.

#PGP2022 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora