señor Smith

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Sus manos recorrían mi cuerpo con tanta delicadeza que no era común, su aliento era el mejor olor y sus labios, que labios tan suaves y divinos. Era como el perfume más embriagador que podía existir, mis caderas se movían de un lado a otro en busca de eso que necesitaba, su roce sobre mi braga negra agitaba mi respiración. Su boca posada en mi cuello me llevaba hasta el punto de explosión. Pero un sonido, un sonido muy cercano retumbaba dentro de mi cabeza, pero quería, necesita el placer de sentirlo dentro de mí. Pero ese sonido estaba más cerca, más fuerte.

Abrí mis ojos de golpe y me encontré en la oscuridad de mi habitación, llena de sudor y con la maldita braga mojada, ¿porque soñaba con él? ¿Por qué estaba soñando con el héroe que ayer salvo mi pellejo? Solo lo había visto una vez y ya me mojaba la braga, me levanté de mi cama un poco desorientada, me di una larga ducha, necesitaba despejar mi mente era mi primer día de trabajo. Me coloque una falda negra de tubo hasta las rodillas, unas medias pantis negras, camisa blanca de mangas tres cuartas y unos tacones negro de aguja. Nada de lo que en realidad era. Salí de casa, tomé un bus. Llegue a la oficina justo a las siete, ni un minuto más ni un minuto menos. Beccania me estaba esperando en su antigua oficina.

– hola Bella, llegaste temprano, ya que estas aquí y solo tengo esta semana antes que mi jefe vuelva para entrenarte, empezaremos con los archivos.

– vale, ¿crees que tu jefe esté contento por lo que yo pueda hacer?

– el Señor Smith nunca está contento, su cara es inexpresiva.

– todos los viejos son así – dije mientras ella me llevaba al cuarto de archivos

– el solo tiene 28 años Bel, es un bombón.

- ¿de verdad?

– si – abrió una gaveta – aquí va todo lo de tu nuevo jefe, el viene aquí a inspeccionar todo - la cerró – tienes dos horas para comer y en las reuniones que el haga tienes que estar o date por despedida.

– de acuerdo.

La mañana continúo así, de aquí para allá y así sucesivamente. Aquí se trabajaba muchísimo, a la hora del almuerzo Becca bajo conmigo para presentarme al grupo con el que ella estaba y con el cual me dejaría. Que suerte tenía mi amiga. Todos era buena onda y estaba Jt. Al terminar la hora todos volvimos a nuestros sitios, aprendía rápido, aunque mi amiga decía que el verdadero trabajo era cuando estaba el jefazo. Termino la jornada laboral y Jt se ofreció acompañarme pues vivíamos muy cerca.

– Bella aprendes rápido.

– trato, ¿cuánto tiempo llevas trabajando allí?

– unos seis años, Smith me contrato cuando supo que yo era un cráneo en computadora y me pago la universidad.

– ¿Así que no están ogro?

– lo es Bella, es una bestia, solo que sabes ayudar a las personas según las malas lenguas él no es rico de cuna. A decir verdad, es muy misterioso.

– todos tenemos secretos y no es necesario ser rico para llegar lejos.

- es verdad, pero ese hombre tiene mil demonios escondidos

– todos los tenemos, con tal no se meta con nosotros él puede tener el infierno dentro de él.

- tienes razón – caminamos hasta la parada del bus – casi nunca está en la empresa con eso de que anda acomodando su vida aquí, pero de vez en cuando manda a su novia o lo que sea de él.

- suerte que tienen.

– es una creída de mierda y no sabe que el jefazo que nos gastamos sale con todas las secretarias - el bus paso y nos subimos.

#PGP2022 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora