el cuento de Alic

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Había pasado un mes desde el nacimiento de Rosse y nuestra casa era un caos, no había días que no hubiese gente, mi familia o la de Damon. La bestia trabajando desde casa era aún peor. Si oficina siempre estaba llena de personas, o mi sala minada de planos por doquier, hombres entrando y saliendo. Está mañana estaba en colapso posparto. La bebé dormía plácidamente en la cama, cuando Alic entro a mi habitación, su cara era de pocos amigos.

- hola cariño - dije cuando la vi- ¿Que sucede?

- papá prometió ayudarme con la casa del árbol - unió sus cejas y los brazos en su pecho - pero no deja el teléfono - mire por la ventana al patio trasero y si, allí estaba el material en el piso.

- ven - dije sentándome en la silla que ahora formaba parte de mi habitación - nena, papá tiene trabajo acumulado, luego que termine el hará tu casa en el árbol - Alic camino hasta mí y se sentó en mis piernas.

- ¿Será que papá no me quiere? - la preocupación en sus ojitos era tan evidente.

- desde luego que te ama, porque mejor no vas y le preguntas que necesita.

- dice que nada - se volvió a quejar mi hija mayor.

- tengo una idea, puedes llevarle este dulce que tengo aquí - estire la mano para tomar una barra de cereal que había dejado la noche anterior - llevársela, de seguro tiene hambre.

- si.

La Vi irse tan feliz, Alic era la niña más dulce del mundo, amaba tanto a Damon. Sus ojos brillaban al verlo y le afectaba cualquier cambio que él tuviese, para la bestia era un poco difícil llevar tantas cosas, me ayudaba tanto con Rosse de noche. Decía que necesitaba recuperar mis fuerzas para la mañana. Aproveche la niña dormía y baje las escaleras quería saber cómo le fue a Alic dándole la barra energética a Damon.

En silencio me quedé en el marco de las escaleras, mi bestia estaba sentado en el piso con Alic y hojas, ambos hacían dibujos y Damon le contaba una historia.

- había una vez una bestia muy triste y sola, no era capaz de amar ni de sentir. Era tan cruel que ni siquiera comía dulces, todo su mundo era negro, odiaba los colores y las sonrisas. La música no le parecía divertida, no tenía musa ni una gran inspiración - Alic acomodaba los cojines en el piso, me senté en el primer escalón sin que me vieran - un día una princesa se cruzó en su camino, era tan dulce y radiante de luz, tan única. La vida le regaló a la bestia una oportunidad de vida. Solo si llegaba amar a la princesa y ella lo amaba también, el hechizo se rompería. No sabía cómo hacerla sentir bien, cómo enamorarla y su forma de ser siempre fue cruel con ella, sin saber cómo decirle que la amaba dejo con otras personas la quisiera enamorar, pensó que los lujos la sorprendían, pero no era así. Ella era capaz de volverlo loco, lo llenaba de sonrisas, aunque no se diera cuenta, su corazón tomó colores, su vida estaba llena de maravillas.

- papi ¿Cómo se llamaba la princesa? - Alic estaba acostada en el piso mientras Damon la miraba con Adoración.

- Se llamaba Bell - eso me hizo sonreír le quitó una letra a mi nombre para despistar a nuestra hija - es una princesa de cabello oscuro, ojos claros y una sonrisa tan linda y luminaria cualquier lugar con luz. Después de un tiempo donde la bestia pensaba que la perdía, que ya no podía conseguirla ella volvió, comenzaron su historia nuevamente pero un dragón malvado quería destruir su vida, trato de quemar su reino, destruir su felicidad robándose todo lo que estaba a su alcance, la bestia peleó, pero en su intento cayó y no pudo salvar a su princesa fue ella quien lo salvó a él y a su reino.

- era una princesa valiente, quiero ser así como ella - Damon se acercó a ella y beso su cabeza.

- lo será Alic, serás como esa princesa.

#PGP2022 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora