Extra 3

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Boda. Parte I.

Ver juegos deportivos con Emmett siempre me dio una sensación de dejá vu. Fue hace menos de un año cuando vimos nuestro primer juego, Florida vs Iowa, sí mis bochornosos recuerdos humanos eran correctos. Ahora, en marzo, debemos de haber visto más de 100 juegos deportivos juntos, pero el fútbol tenía un lugar especial en mi corazón.

Estábamos acostados en nuestra cama King size, frente a la televisión. El juego de hoy era de hockey, pingüinos de Pittsburg vs tiburones de San José.

Mi cabeza descansaba sobre el pecho de Emmett, subiendo y bajando suavemente con cada una de sus respiraciones innecesarias. Estaba distraidamente girando un mechón de mi cabello entre sus dedos. Sus brazos musculosos descansaban alrededor de mis caderas. Me volví para mirarle a la cara. Había varias almohadas apuntando la parte superior de su cuerpo. Llevaba jeans y una camisa de manga corta, me encantó la forma en que la tela de aferraba a su pecho.

Cuando los comerciales empezaron a reproducirse, los ojos de Emmett encontraron los míos. Me abrazó con fuerza, enterrando su nariz en mi cabello.

— ¿Ya te he dicho que eres hermosa? — murmuró en mi oído.

— Sólo unas 50 veces al día.

— ¿Sólo 50? Debería intensificar mi juego — me reí. Sin embargo, Emmett hizo más que decirlo, me hizo sentirlo, especialmente cuando no lo hacia. Todas las cosas sobre las que soy insegura: mi naturaleza de superación, incluso cuando no importaba y la competitividad hacía cada cosa insignificante, eran las cosas que él más amaba de mí. Se aseguró de que lo supiera.

— ¿Estas emocionada por mañana? — su voz era tan suave como mantequilla.

— ¿Qué pasa mañana? — dije, copiando su sonrisa de comercial.

Puso los ojos en blanco.

— Nuestra boda. Ese evento por el que la vida de Alice ha girado durante los últimos meses.

— ¡Escuché eso! — su voz sonó desde arriba. Los dos nos reímos.

En retrospectiva, dejar que Alice planificará la boda fue una mala decisión. Sus ideas generalmente eran un poco exageradas para mí, y pude verlo cuando la boda tomaba forma: la tendencia a llevar las cosas demasiado lejos para ponerlas en acción. Personalmente, preferiría algo pequeño, solo familiares y amigos en casa. Bueno, Alice tomó esa idea y la soplo fuera de su vista.

Primero fue el vestido. Probablemente habría sido igual de feliz con un vestido "run of the mill", pero Alice tenía otras ideas. Pasó meses diseñando el vestido perfecto, con innumerables accesorios y modificaciones, así. Imi coordinando con varios diseñadores en Milán. Alice claramente había dejado que su sentido artístico dominará los aspectos prácticos sobre eso.

En segundo lugar, estaba la decoración. Alice me había prohibido ver la mayoría, pero a juzgar por la gran cantidad de flores, me di cuenta de que se fue por la borda. El olor a delfinios, viburnums, lilas blancas, ranúnculos y guisantes dulces llenaban la casa. Era casi intoxicante, pero no del todo abrumador, el equilibrio de las diferentes fragancias era sutil e impecable.

Finalmente, estaba la lista de invitados. Una parte de mí estaba triste porque mis padres nunca sabrán lo feliz que era con Emmett, ya que obviamente no podrían asistir. Venían nuestros primos, los Denalis que vivían en Alaska. Era emocionante conocerlos. Según la descripción de Emmett, eran como nosotros; piel pálida, ojos dorados y, por supuesto, eran hermosos. Según Emmett, Tanya tenía una gran familia, casi tan grande como los Cullen.

— ¿Puedo preguntarte algo? — dije.

— Cualquier cosa. Lo sabes — su voz melódica era relajante.

— ¿Sabes cómo Alice me vio llegar?.

— Sí, por eso me hizo elegir química. ¡No había tocado ese tema en décadas!.

— ¿Sabías a qué conduciría?.

Emmett se rió entre dientes, sus dedos entrelazados con la míos.

— No, Alice ni siquiera estaba segura de a qué nos llevaría nuestra relación, solo que cambiarias mi vida. Con Alice, solo haces lo que dice y las cosas normalmente encajan. Pero ella sabía que yo había estado durante un largo tiempo solo — me acurruqué más cerca de él y vimos el resto del juego.

Una hora más tarde, después de que los pingüinos obtuvieran la victoria, llamaron a la puerta.

Emmett sonrió.

— Es mi despedida de soltero — Jasper y Edward entraron, también sonriendo. Se puso de pie en un movimiento fluido y los zapatos con otro.

— ¿Qué hacen los vampiros para las despedidas de soltero? — pregunté, sentándome en la cama.

— Cazar. Esperemos que podamos engañar a un par de osos grizzly. Prácticamente una noche común entre hermanos — respondió Jasper. Emmett le dio un golpe amistoso a Edward que lo esquivo fácilmente, sus pensamientos siempre lo delataban.

Me acerqué a Emmett, tirando de él hacia mi. Lo agarre más cerca por un segundo y luego lo solté.

— Diviértete. Ten cuidado — le dije. Aunque era virtualmente indestructible, sentí una ola de protección fluir a través de mi y supe que el sentía lo mismo.

Se inclinó y beso mi frente.

— Te amo — y luego los 3 salieron corriendo por la puerta del jardín.

Subí las escaleras para encontrar a Esme y Alice. Alice estaba felizmente juntando algunos tramos de malla nupcial y satén en su máquina de coser en el comedor. Esme estaba en su computador portátil mirando planos. No podía decir exactamente en qué estaba trabajando.

— Hola — las saludé — ¿Cómo van los preparativos?.

— Oh, Eleanor, será una boda hermosa. ¡Estoy tan emocionada por tu y Emmett! — exclamó Esme. Le devolví la sonrisa, aunque esta ni era mi idea de una boda perfecta, no estaba muy lejos. Todo lo que quería era a Emmett.

— ¿Deberíamos hacer algo juntas? Los chicos están cazando y Carlisle está en el hospital — comentó Alice mientras apagaba la máquina de coser y examinaba su creación.

— ¿Podemos hablar? Siento que nunca las veo — sugerí. Al estar en Hannover entre semana y pasar la mayor parte del tiempo con Emmett los fines de semana, sentí que ya no hablaba con Esme como antes. En el último año, Esme se había convertido más en una figura materna para mí. Fue agridulce. Todo sobre ella me recordaba a mi madre; su compasión, su naturaleza amable, su voluntad de poner a los demás por encima de sí misma. Fue solo la semana pasada cuando finalmente sucumbi a la tentación de saber de mis padres. Gracias a las habilidades de pirateo que había aprendido en los últimos meses, así como el recorrer su Facebook, descubrí que ya no vivían en Oakridge. Se mudaron a Boulder, Colorado, donde papá día ascendido a cirujano jefe en el Hospital de la Universidad de Colorado. Mamá tenía un libro en la lista de los más vendidos. Me alegró ver qué siguieron adelante, tanto física como emocionalmente. Secretamente tenía el día en que tendría que seguir adelante, pero intenté desesperadamente sacar ese pensamiento de mi mente.

— Quiero agradecerte — dijo Esme, su dulce voz llenó la habitación.

— ¿Por qué? — casi tartamudeo.

— Emmett siempre ha sido alegre, brindándonos luz y risas cuando lo necesitamos. Y tú lo llenas de felicidad, puedo sentirlo irradiando alrededor de ustedes dos. Estoy feliz de que finalmente esté verdaderamente feliz — si pudiera llorar, lo haría. Los brazos de Esme se extendieron y me abrazaron con fuerza, sus brazos como escudos de amor, un abrazo tan cálido que solo podía ser un abrazo maternal. Puede que ni haya sido mi madre biológica, pero definitivamente era mi madre.

Nuestra conversación de dirigió a muchos temas durante toda la noche. Alice y Esme eran verdaderamente mi familia. Estaba extremadamente agradecida de tenerlas en mi vida. No podía haber pedido dos mujeres mejores para guiarme en mi nueva vida.

Renewal [Emmett Cullen] (1) ✓Where stories live. Discover now