[06- First Encounter]

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Miré hacia arriba, frente a mí había un chico, musculoso como un levantador de pesas serio. Sentí que su constitución era similar a la de los chicos que me sentaron en la silla. Pero los hoyuelos en su rostro lo hicieron instantáneamente más accesible, menos aterrador. Sus ojos eran negros, como el carbón, enmarcados por el pelo corto y rizado, tan oscuro que parecía negro. Había sombras violáceas bajo sus ojos. Era como si sufriera una noche de insomnio o se recuperara de una pelea de boxeo, lo que parecía más comprensible dada su altura y complexión. La enorme sonrisa en su rostro me recordó a un oso de peluche. Pero lo que más llamaba la atención de él es que parecía salido de la portada de cualquier revista.

Recordaba vagamente haberlo visto en el fondo de la sala, pero como la mayoría de las personas de la clase, no le presté atención. Con suerte, harían lo mismo por mí.

–Gracias– murmuré rápidamente mientras me lo pasaba.

–Soy Emmett– dijo, su voz suave como terciopelo.

–Eleanor– respondí.

–Te veo luego, Eleanor– dijo, con una suave sonrisa en su rostro, antes de salir por la puerta.

Era la hora del almuerzo, entré en la cafetería y agarré el almuerzo, una ensalada de Caesar de pollo. Eché un vistazo a la habitación y vi una mesa vacía hacia la esquina. La vieja yo habría pensado que sentarse sola era el colmo de la vergüenza. Pero ahora, estar sola era casi terapéutico. No tenía que cumplir las expectativas de nadie.

–Disculpa, ¿te importa si me siento? –Preguntó una voz suave. Inmediatamente la reconocí de la clase de historia.

–Sí, claro– Acercó la silla a mi lado y se sentó con su bandeja, apartando los rizos de su cara.

–Por cierto, soy Jasmine– dijo con una sonrisa.

–Eleanor– respondí. Jasmine fue diferente de lo que esperaba. Ni una sola vez preguntó sobre mi discapacidad, sino que nuestra conversación pasó a través de nuestros libros, programas de televisión y películas favoritos. Me sorprendió gratamente cuando teníamos intereses comunes en la literatura.

–¿Quiénes son?– Pregunté.

Mientras Jasmine levantaba la vista para ver a quién me refería aunque ya lo sabía, probablemente por mi tono Emmett, desde el otro lado de la cafetería, de repente me miró por una fracción de segundo y sus ojos se alejaron .

–Los Cullen, el grande es Emmett, y el chico a su lado es Jasper. El de cabello castaño es Edward y Alice es la chica; todos ellos viven juntos con el Dr. Cullen y su esposa– dijo.

–No se ven familiares –comenté.

–Oh, no lo son. El Dr. Cullen es realmente joven, en sus veinte o comienzos de los treinta. Todos fueron adoptados, la Sra. Cullen los recibió cuando eran jóvenes.

Miré de reojo a Emmett, que estaba mirando su bandeja ahora, cortando un bogel en pedazos con sus dedos musculosos y pálidos. Su boca se movía muy rápido, sus labios de perfección apenas se abrían. Los otros miraron hacia otro lado, pero sentí que les estaba hablando en voz baja.

Empujé a los Cullen al fondo de mi mente, seguro que se veían raros, sin parentesco pero compartiendo las mismas características angulosas. Sonó la campana y me dirigí a mi última clase del día, química, probablemente mi favorita. Rodé hacia la clase y Emmett estaba allí. Sus ojos se fijaron en mí cuando me acerqué a la maestra, la Sra. Waters.

–Hoy estamos haciendo un trabajo de pareja para que te puedas sentar al lado de Emmett en el frente– dijo.

Asentí y tomé mi lugar.

La Sra. Waters explicó el experimento antes de que comenzáramos, la combustión de los combustibles, ya había completado la mayor parte del curso en mis clases avanzadas en San Francisco.

–Wow segunda clase hoy– comentó– ¿De dónde eres?.

–San Francisco. Nos acabamos de mudar.

–¿Por qué?– cuestionó.

Suspiré, la historia aún era difícil de contar.

–Tuve un accidente deportivo y ahora estoy atrapada en esta silla. Mis padres y yo nos mudamos para comenzar de nuevo– notó que me salia una mueca y me hizo una pregunta diferente.

–¿Qué hacen tus padres?.

–Mi papá es cirujano y mi mamá. Tiene una editorial.

–Ah, de verdad, mi padre también trabaja en el hospital. Creo que mencionó algo sobre alguien que comenzó. ¿Tiene un color favorito?– Preguntó, otra pregunta aparentemente arbitraria.

–Amarillo pálido. No amarillo o amarillo anaranjado. No solo amarillo oscuro tampoco. Los pálidos amarillos brillantes me hacen feliz –levantó las cejas, con una sonrisa en los labios.

–Sé que es súper específico, pero es mi favorito– volví a hablar en defensa.

Él sonrió maliciosamente

–La mayoría de la gente simplemente dice amarillo.– Me reí entre dientes.

–No soy exactamente como la mayoría– No podía recordar la última vez que lo hice. hablaba mucho. La mayoría de las veces, me sentía cohibida, seguro de que debía estar aburriéndolo. Pero la absorción absoluta de su rostro y su interminable cantidad de preguntas me obligaron a continuar.

Créditos a EmmettC

Renewal [Emmett Cullen] (1) ✓Where stories live. Discover now