IX

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El tacto de sus labios provocaba un calor intenso en las mejillas de ambos.
Ninguno de los dos quería terminar ese momento, ya fuese porque se sentirían muy nerviosos o porque en realidad lo disfrutaban.
Por suerte estaba todo oscuro en ese momento, y mirarse ya no era tan vergonzoso, aunque no dejaba de serlo por completo.
La rubia no dijo una palabra, ya que estaba anonadada por lo que acababa de ocurrir entre ellos.
Esto ya no era solo una búsqueda de poder, tal vez también era una de amor. De buscar un complemento, de poder tener a alguien que le comprendiera.

Lux estaba muy confundida, nada se aclaraba en su mente. Los pensamientos iban y venían, y ella no sabía qué decir ni qué hacer.

—Creo que debo ir a mi tienda —dijo Ezreal, quien estaba muy sonrojado. 

—N-no... espera. No quiero que te vayas, te necesito —respondió, algo nerviosa.

—No me iré a ninguna parte, Lux. No sin ti. Lo prometo...

—No es eso, es que necesito estar contigo. Eres el único que me comprende, y eso fue... fue mágico.

El joven soltó una risa nerviosa y se rascó la nuca. Por suerte Lux no podía ver lo rojo que se había puesto.
Pero la oscuridad no era tanta para no divisarse el uno del otro, por lo que Ezreal trató de repetir el acto, acarició la mejilla de la chica y se acercó.
Mas algo los interrumpió, como muchas otras veces.

Sonaron bombardeos, catapultas, gritos, fuego... no entendían nada.
Los dos se miraron, y luego corrieron hacia la zona de los ruidos. Todo indicaba que los avarosanos estaban siendo invadidos por otros freljordianos; había sangre, peleas y grandes gritos de guerra.

La matriarca disparaba rápidamente con su arco de hielo, pero eran demasiados... las flechas no bastarían con todos.
Ashe miró a los dos chicos, y les hizo una señal para que escaparan.

—¡Huyan!

Pero ninguno de los dos hizo caso, y se acercaron a pelear.
Claro que Lux no tenía sus poderes, por lo que ni siquiera pensó cuando ya estaba en batalla.
Agarró una especie de espada, y puso en práctica lo que su hermano le había enseñado cuando era más joven.
Su familia la subestima, pues pensaban que ella no sabía pelear, sin embargo si hubiesen estado ahí, se habrían  enorgullecido de sus habilidades.

Ezreal por su parte disparaba hechizos de su guante, y atacaba hábilmente.
Había salvado a muchos avarosanos en tan solo dos minutos. Mas no se percató de un guerrero que estaba atrás de él, el cual le dio un golpe con su arma, provocándole un corte en el abdomen, y empujándolo lejos, haciendo que cayera un poco lastimado, lo suficiente para no poder levantarse en el momento.
La chica, quien se percató de ello, corrió a asistirlo, y cuando parecía que era el final del joven explorador, Lux enterró la espada en el torso de su atacante, matándolo casi al instante.

Ella quedó petrificada; jamás había matado a alguien. Cualquiera se hubiese sentido orgulloso, pero ella no. Solo ayudaba en capturas, defendía, pero jamás atacaba con la intención de matar.
Empezó a alterarse, y no se movía del lugar, aún cuando toda la batalla estaba alrededor de ella.
Ezreal la tomó por la cintura, y se teletransportó en una corta distancia hacia un lugar más seguro.
Luego dejó a la chica ahí, ella seguía impactada.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado.

—Y-yo... yo lo maté —respondió con lágrimas en sus ojos.

—Quédate aquí, estarás bien.

El chico volvió a la batalla, lanzando un gran arco de magia arcana, el cual lastimó y asesinó a unos cuantos de los invasores. Aquello dio ventaja a los avarosanos para defenderse bien de la invasión, y causar la retirada de los otros freljordianos.

don't leave me(Ezreal x Lux)Where stories live. Discover now