IV

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El joven entrenaba para distraerse. No podía pensar bien, no con tantos temores dentro de su cabeza. Su hermana, Sylas, el extraño chico que había llegado ahora...
Presentía que algo malo se acercaba. Pero las cosas ya estaban mal, entonces ahora solo esperaba lo peor.
Dio un giro y golpeó fuertemente el muñeco de madera, quebrando también la espada del mismo material.
Suspiró cansado, y se percató de una gran herida que tenía en la mano, la cual sangraba en gran cantidad, mas no le importó. Pronto, su tía se presentó en el lugar en donde Garen estaba, y sin palabra alguna se dirigió hacia él. Tomó su mano herida y puso una especie de líquido que producía ardor, por lo cual el castaño soltó quejas de dolor.

—Sylas está prófugo en algún lugar planeando vengarse, las tropas noxianas se dirigen a Demacia, y tu hermana pasea con ese criminal... yo lo hubiese condenando a muerte —dijo en un tono duro, envolviendo en gasas la herida, apretando la mano del soldado.

—No eres quien toma esas decisiones —dijo algo enojado.

—No me hables en ese tono, jovencito. Vaya par de hermanos... tan desagradecidos. A veces me pregunto por qué pertenecen a esta familia.

La ira de Garen crecía en su interior, mas prefirió no responder nada. Él tenía claro que regirse por las emociones era una muy mala costumbre de la gente. Esperó a que su tía se fuera, y siguió entrenando, pero de pronto otra voz le interrumpió.

—¿Otra vez enojado? —preguntó el príncipe, quien conocía muy bien a su amigo.

—Da igual. Solo quería distraerme.

—Lo sé; entrenas cuando estás enfadado.

El castaño dejó a un lado la otra espada que había sacado, y le puso atención a Jarvan.

—¿Qué te trae por acá?

—Debo ser honesto contigo, por nuestra amistad.

—Ja, ¿qué significa eso?

—Quiero a tu hermana, desde que la conozco. Pero no en esa forma, no como debería ser el matrimonio real. Supongo que debía decírtelo, no podría mentirte.

—Entonces por qué aceptaste su propuesta...

—Porque también quiero protegerla, y porque de todas formas debo casarme. Ella es la única opción que tengo.

—¿Y que hay de Quinn?

—El amor no es lo suyo, me lo dejó bien claro —dijo, mostrando una marca en su mejilla—. Es una lástima, pero ambos sabíamos que no duraría mucho.

—Te entiendo —respondió Garen.

—¿Enserio? No sabía que estabas saliendo con alguien. ¿La conozco?

—Eh... puede ser. Pero en realidad nunca estuvimos juntos.

—¿No la lograste conquistar?

—Más bien era yo el que no quería ser conquistado. Era linda, no he conocido a una chica como ella. Pero el deber está antes que el corazón...

—Los que pueden, pueden, amigo. No olvides eso.

—Como sea... no hablemos de esto. Debo ver a mi hermana.

Jarvan asintió y se retiró de la casa de su fiel amigo. Por su parte, Garen se dirigió hacia el dormitorio de Lux. Esperaba no tener que discutir con ella otra vez, sin embargo las circunstancias no se lo permitieron. Tocó la puerta del dormitorio de la joven, y al no oír respuesta entró, encontrándose con que no había nadie en la habitación, y la ventana estaba abierta.

don't leave me(Ezreal x Lux)Where stories live. Discover now