XVIII

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Tomaba su mano helada tratando de darle calor, pero no resultaba. Todo él se veía muy pálido, hasta sus labios habían perdido brillo y sus ojos permanecían cerrados.
Lux no quería apartarse de él, y a un día del casamiento, lo único en que pensaba era en que Ezreal se recuperara, pero los sanadores habían dado bajas expectativas de que eso ocurriera, puesto que el chico estaba gravemente dañado y había perdido mucha sangre. 

—No te perdonaré que me hagas esto. Tú no. Si te mueres... jamás podré perdonarte. 

La joven se acercó, y con su mano acarició la cabeza del chico. Su frente estaba ardiendo.

Se movió hacia la mesa que encima contenía un paño sumergido en agua fría. Lo estrujó y procedió a ponerle el paño, añadiendo una caricia a su mejilla. Sintió, por un segundo, como si Ezreal le hubiese agradecido, pues su cara parecía en calma. Lux sonrió, y luego se retiró de la habitación. Al salir encontró a su hermano, y ambos se miraron un par de segundos. Luego siguió avanzando, pero una voz la detuvo.

—Lux...

Hubo un silencio, después procedió a hablar.

—La verdad no tengo nada que decirte, solo... no quiero que estemos nunca más distanciados.

—Seré la reina de Demacia, y tu el gran General de las tropas. Jamás volveremos a estar lejos, Garen.

—Pero estarás contra tu voluntad.

—Te hice una promesa, y trajiste a Ezreal. Yo cumpliré con mi parte pase lo que pase, aunque él... aunque él se muera.

—Tengo que saberlo, Lux. ¿Qué viste en él?

La chica sonrió, pero aun así no se dio la vuelta para mirar a su hermano.

—Libertad... paz, deseos de ser algo distinto a mi destino. Yo lo amo, Garen. Y eso nunca va a cambiar, y sé que eso lo entiendes. No te preocupes por mí, estaré bien, y daré honor a nuestra familia.

La conversación de los hermanos fue interrumpida por grandes gritos de dolor, los cuales venían de la habitación de Ezreal. Ambos corrieron hacia donde este estaba, y parecía sufrir mientras su cuerpo tenía pequeñas convulsiones.

—¡Ezreal! —gritó la chica, quien tomó su mano fuertemente— quédate conmigo, porfavor...

Enseguida llegaron los equipos médicos, los cuales desalojaron la habitación, haciendo salir a Lux, quien se quedó atrás de la puerta, parecía aturdida y se mantenía inmóvil mientras las lágrimas salían de sus ojos.

Garen intentó abrazarla, pero apenas la tocó, la joven corrió rápidamente del lugar, mientras lloraba.

Corrió sin rumbo alguno, mientras sollozaba y las personas a su alrededor le miraban, preguntando ocasionalmente qué le pasaba, pero ella sólo corría.
Terminó por dirigirse hacia el bosque, en donde se detuvo atrás de un árbol y se dejó caer.

Mantenía una respiración agitada, abrazándose así misma mientras lloraba.

—¡Por qué! ¡Qué me pasa! —gritaba.

Lux de pronto se paró, y con fuerza comenzó a golpear el árbol en el que se había recostado, con una fuerza que ni ella sabía que tenía. Todo aquello en una señal de desquite, y aunque su mano sangraba ella seguía golpeando, hasta que por fin el árbol cayó al suelo cuando lo partió en dos. Ella volvió a dejarse caer en el pasto, y pronto sintió un gran dolor que no había sentido mientras le pegaba al gran tronco.
La piel de su mano estaba rota, y sentía un gran ardor. De pronto, de su mano comenzó a surgir un destello que lentamente pasaba por encima de la herida.

don't leave me(Ezreal x Lux)Where stories live. Discover now