don't leave me(Ezreal x Lux)

XXV

La lluvia mojaba sus cuerpos, y el frío no ayudaba a que pudieran continuar su camino. Corrían tan rápido como podían, pero pronto el cansancio las invadió, y tuvieron que refugiarse abajo de un gigante árbol.

—Ten —dijo la peli-roja, entregando a la chica una cantimplora llena de agua.

—Gracias.

Lux bebió rápidamente, pues estaba sedienta. Luego, devolvió el objeto a su compañera, y procedió a sentarse.

—¿De dónde es que conoces a mi hermano? —preguntó.

—No intimaré contigo.

—¿Entonces por qué me buscaste?

—Porque sé que eres una maga, y eres la única capaz de ayudarme. Sylas le hizo algo a mis hermanos, los petrificó, y creía que solo él podía revertir lo que les hizo... pero Garen me dijo que eres mucho más poderosa que él, y que puedes ayudarme.

—Pero yo jamás...

Lux dejó de hablar, pues se percató de un pensamiento que llegó de la nada a su cabeza.

Recordó aquella vez que despertó a la estatua del gran gigante, Galio. Aunque no estaba segura de si su luz tendría efecto en humanos, sabía en su interior que sí podía hacer algo.

—Haré lo que pueda, lo prometo. Pero debo pedirte algo cambio.

—Te escucho.

—Debo acabar con Sylas, no podré sola. Así que cuando logre despertar a tus hermanos, deberán ayudarme.

—Dalo por hecho. Tenía pensado rescatar a tu hermano.

—¿Qué es lo que hay entre ustedes?

—Dije que no intimidaré contigo, solo abstente a seguirme la corriente.

—Está bien —dijo sonriente, sospechando el motivo—. Cambiando el tema, ¿cuál es el plan?

—Iremos a Noxus y salvaremos a mis hermanos. No te preocupes por los guardias, todos están convertidos en piedra —dijo con tristeza—. Te pediría que los salvaras también, pero no estoy segura de que te dejarían libre después, eres muy famosa ahí, desde que se enteraron de tus poderes.

—Seguro habrá algo que podamos hacer.

—Eso espero... luego de Noxus, seguiré tus órdenes. ¿Cuál es tu plan para vencer a Sylas?

—De hecho no tengo uno...

—¿Qué? ¿Y qué pretendes? ¿Razonar con él?

—No, solo... no lo he pensado.

—No te pareces en nada a tu hermano. Atacar a Sylas sin un plan es condenarse a muerte. ¿Por qué crees que has fallado en todos tus intentos de acabar con él?

—¿Cómo sabes eso? No me conoces, pero aparentemente sí a Garen. Si vamos a trabajar juntas, debes confiar en mí.

La peli-roja dudó. Luego, tomó una de sus dagas y se hizo un pequeño corte en la palma de la mano que comenzó a sangrar.

—Extiende tu mano— dijo a la chica.

—¿Qué piensas hacer? —respondió un tanto asustada.

—¿Quieres que confíe en ti? Entonces confía en mí.

Algo temblorosa, Lux extendió su brazo. Katarina tomó su mano, y procedió a hacerle un corte igual al de ella. La demaciana soltó un pequeño quejido.

—Todo lo que se diga aquí, se queda aquí. ¿Entendido?

Entonces lo entendió. Se trataba de un pacto de sangre, algo que solo una persona muy deshonrada podría romper.