La McCall Menor [2]

28

Brooke

Bonnie está muerta. Mi mejor amiga murió por mí, para salvarme.

Siento culpa, mucha culpa por lo que le dije a Katherine, jamás quise decirle eso. La furia y el enojo me hicieron decirle todo eso, jamás quise decírselo pero solo salió de mi boca.

Stefan me sacó de la preparatoria y me llevó a su mansión para alejarme de su cuerpo. Estaba sentada en el sofá frente a la chimenea, Stefan trataba de que dejara de temblar y de llorar, por lo que me había puesto una cobija en mis hombros y me trajo un poco de café tibio.

Stefan- Oye... bébelo

Brooke- No quiero...

Stefan- Si... por favor, bébelo.

Brooke- Todo es mi culpa- había empezado a llorar otra vez.

Stefan- No no no no, oye. Lo hizo Klaus, escúchame. Klaus lo hizo.

El ruido de la puerta nos hizo voltear para ver quien era, mostrando al mayor de los Salvatore.

Brooke- ¿Qué le hiciste?

Damon- ¿Puedes calmarla?- dijo a Stefan.

Brooke- No hables como si yo no estuviera enfrente de ti.

Damon- Te calmas, Brooke.

Brooke- Lo sabían, Katherine y tú lo sabían. Sabían que si usaba todo ese poder moriría. Lo sabían.

Damon- Si, Kat y yo lo sabíamos.

Le solté una cachetada a Damon por el enojo.

Damon- Tienes que escucharme, y prepárate para lo que voy a decir. Bonnie tenía que morir. ¿Klaus usando el cuerpo de Alaric? Fue una sorpresa, no estaba lista para eso. Y él no se detendría jamás y no íbamos a poder detenerlo hasta que ella muriera. Tenía que convencerse. Hizo un hechizo, Bonnie está bien.

Damon comenzó a alejarse pero lo detuve.

Brooke- ¿Y Katherine?

Damon volteo con el rostro sorprendido.

Damon- ¿No está aquí?

Brooke- Creí que estaba contigo, ella jamás llegó.

Damon- Dijo que nos veríamos en el auto pero cuando llegué a este ella no estaba. Maldición- tomó su teléfono y marcó un número y pulso el altavoz haciendo que la voz de Katherine se escuchara en su buzón de voz.

Kat- Por el momento no puedo responderte, deja un mensaje y te llamaré cuando pueda.

Damon- ¿Donde podría estar?

Stefan- Tenemos que buscarla.

En cuanto Stefan terminó de hablar se escuchó la puerta abrirse y Katherine entró con una bolsa en la mano.