41-Despedida

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-¿Por qué te estaba abrazando mi papá? -Tonks sacaba unas cosas de un cajón mientras Remus sacaba unas maletas.

-Me he disculpado, no hice las cosas como debería y al parecer todo quedó en el pasado, creí que no tenías nada en ese cajón.

-No son cosas mías -Tonks llevaba una pequeña montañita de ropa diminuta-. Molly y mi madre no han parado de hacer ropa para él bebé

Remus vio la ropa y la tomó con cuidado, su cara se iluminó, sus ideas habían cambiado tanto después de la pelea con Harry.

-Vamos a ser papás -dijo extendiendo la ropa en la cama-. Vamos a tener un hijo o una hija...

-Remus, amor, ¿te encuentras bien? -Tonks sonaba más preocupada que alegre.

-Pues cómo no lo voy a estar, vamos a tener una hija o hijo, no importa -Remus sonreía como hace mucho tiempo y se pasaba la mano por la barba mientras caminaba hacía Tonks.

-Va a ser un niño -Tonks se abrazaba a Remus-. No he ido al medimago, pero estoy convencida de que será un niño.

-Será el niño más amado de todo el mundo, vamos a enseñarle a hacer tantas cosas y será hermoso y extremadamente inteligente y ... -Remus continuaba pero Tonks comenzó a llorar-. ¿Dije algo malo? Perdón cariño, no era mi intención.

-No tonto. Estás haciendo lo que esperé que hicieras desde hace tanto tiempo. Odio estás estúpidas hormonas que me hacen llorar y no te rías que soy capaz de cualquier cosa en este momento -Tonks se limpiaba las lágrimas y apuntaba a Remus con el dedo índice.

-Nada malo nos pasará. Ahora vamos a darnos prisa, tus padres no tardaran tanto en estar listos.

Andrómeda tuvo la idea de usar una caja con un hechizo indetectable que ayudará a transportar todo, por medio de aparición Tedd y Remus llevaron las maletas y pertenencias más personales a la casa de la madre de Remus.

-Ya están todas las cosas, ahora creo que lo mejor sería que nos fuéramos en tu coche Tedd -Remus se quitaba el saco y se doblaba las mangas de la camisa.

-Podemos irnos en escobas, sería más fácil y rápido.

-De eso nada, Dora. Estás embarazada y tanto las escobas como las apariciones quedan descartadas -dijo Remus buscando el apoyo de Andrómeda.

-Remus tiene razón y ya que en la casa de su mamá no hay chimenea, la red flu no es opción.

-Aunque tuviera -dijo Tedd dejándose caer en un sillon-. La red está altamente controlada y eso echaría todo nuestro esfuerzo a la basura.

-Está bien -dijo Tonks abrazando a Remus.

-Vamos, suban al coche mientras terminamos de hechizar algunas cosas y dejamos listo todo -dijo Tedd levantándose del sillón en dirección a la cocina.

Remus le dió un beso en la frente a Tonks y ella y su madre salieron de la casa. Justo cuando el licántropo comenzaba a hacer los hechizos de protección, la voy de Tedd lo llamaba a la cocina.

-¿Todo bien, se nos ha olvidado empacar algo? -decia Remus entrando a la cocina.

En la mesa estaba sentado Tedd con unos puros y dos vasos medio llenos de whiskey de fuego.

-En mi familia, cuando un bebé venía en camino siempre se festejaba, nosotros no seremos la excepción.

Remus nunca había fumado un puro, pero no sé atrevia a decirle que no a Tedd. Imitandolo lo prendió y tomo una bocanada que lo hizo toser y marearse un poco.

-Yo... nunca -Tedd le pegaba en la espalda mientras reía-. Creí que sería como un cigarrillo.

-¡Por un gran mago o una excelente bruja! -dijo Tedd levantando su vaso.

-¡Por un gran mago o una excelente bruja! -repitió Remus tomando de un trago toda la bebida-. Gracias por esto.

-Serás un gran padre, solo haz feliz a mi hija y a mí futuro nieto. Te aprecio mucho Remus, eras el que mejor me caía de todos.

-¿Incluso que Sirius?

-Bueno, él era familia, así como tú ahora lo eres. Ven acá.

Ambos se abrazaron y palmearon sus espaldas. Terminaron lo que estaban haciendo y salieron, Andrómeda sollozaba por tener que dejar su casa.

-¿Estuvieron fumando? -preguntó Tonks.

-Tedd, yo estaba muy ocupado ahogándome.

Viajaron hasta llegar a Yorkshire, la casa estaba en un vecindario muggle muy pacífico, las casas estaban separadas por varios metros y habían unos cuantos vecinos afuera, para fortuna de los recién llegados, parecían ser poco curiosos ya que ninguno de ellos se quedó mirándolos tanto tiempo. Era una casa de un solo nivel, de tres recamaras, una cocina compartida con comedor y un gran patio trasero, todo se encontraba bien ordenado.

-Vamos a ver el cuarto del bebé -Tonks se veía igual de contenta que Remus.

-¿Quieren acompañarnos? -dijo Remus con cortesía.

-Esto es un momento solo de ustedes, ya tendrán tiempos de mostrarnosla -dijo Andrómeda-. Nosotros comenzaremos a desempacar nuestras cosas.

El primer cuarto era de los Tonks, y el de enmedio era el del bebé y al final del pasillo se encontraba el de ellos.

-¡AY! -gritó Dora cuando puso un pie en el cuarto,

Remus brinco y volteo alarmado a verla-. ¡ME ENCANTA! -siguió gritando.

-Merlín, pensé que habías visto algo. ¿De verdad te gusta?

-¡LO AMO! ¡LO AMO! ¡LO AMOO!

Las paredes eran completamente blancas, la cuna era café y los demás muebles también, él techo tenía hechizo que hacía ver un cielo obscuro con las estrellas brillando en su punto máximo.

-Creo que las paredes están muy vacías, pero me imaginé que te gustaría encargarte de eso -Remus abraza a Tonks.

-No puedo creer que hicieras todo esto tú solo, me encanta. Gracias lobito hermoso.

-¡Amor!

A Andrómeda y Tedd, el cuarto también les encantó, Tonks había decidido pintar animales bebés, como un elefante, un león, un tejón, y hasta un perro, luego con hechizo bastante complicado logró que se moviera a lo largo de las cuatro paredes de la habitación.

De pronto como si la vida hubiera visto que se encontraban demasiado felices, mandó malas noticias... había comenzado la cacería de los nacidos muggle.

Después de muchas platicas y peleas que se escuchaban en cada cuarto de la casa, Tedd y Andrómeda les habían dicho que habían tomado una decisión, Tedd se iría de la casa.

-Ahora comprendo cuando te alejaste de mi hija para protegerla, ahora es mi turno de protejer a Andrómeda, a Tonks, a ti y por supuesto a mi nieto.

-Papá, no... por favor -Tonks lloraba a un lado de su padre y de su madre.

-Así como Remus regresó, yo también lo haré. Mis chicas no podrán deshacerse de mí tan fácil. Remus, cuídalas mucho.

-No tienes que pedirlo, así como tampoco tienes que irte...

-Se lo he dicho, estará más seguro aquí con su familia, pero no lo entiende -Andrómeda estaba destrozada.

-Es una decisión que estoy tomando por el bienestar de mi familia. Los amo, pero es hora de irme.

Luna de coloresWhere stories live. Discover now