5-La disculpa

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Remus despertó sintiéndose la peor persona del mundo, la luna llena se acercaba y eso siempre le quitaba el sueño, y ahora que tenía el remordimiento de su comportamiento, el pobre licántropo lucia fatal. Todo apuntaba a que era el primero en despertar porque no escucho ruido alguno. Agarró ropa normal y entró a bañarse, justo cuando iba a terminar Sirius empezó a tratar de abrir la puerta.
-Lunático, date prisa.
-No seas un tonto, deja de tratar de abrir. Ya te dije que enseguida salgo.
Remus salió abotonando su camisa-. ¿Por que tienes que ser imbécil tan temprano?- y con un portazo entró a su habitación.
-¿Seguro que el imbécil soy yo?- fue lo primero que pensó Sirius mientras entraba al baño.
Remus no aguantaba y fue al cuarto de Tonks, tocó 3 veces y nadie contestó.
-Ella no durmió aquí- Contestó Sirius que salía del baño- ¿Tienes alguna idea de por qué?
-Porque soy un cretino. Ayer me enojé con ella y durante toda la guardia no hablamos, yo estaba... - Remus miraba a Sirius encontrando las palabras correctas, sacudida la cabeza mientras entraba a su habitación y se sentaba con la cabeza escondida en las manos.
-Tú estabas celoso, y no trates de ocultarlo, lo noté desde que mencionó a Charlie.
-No sé por qué me puse así, Canuto, en verdad, no sé qué me pasa. Me debo de ver ridículo.
-Sí, vaya que te ves así, mira que negar lo que sientes, eso sí es ridículo- Sirius se sentó a un lado de su amigo y le dio unas suaves palmadas en la espalda-. Esto es difícil para ti.
-¿Cómo te diste cuenta?
- ¿De qué es difícil?
-No, ¿cómo te diste cuenta de que me siento raro con Tonks?
-Lunático, llevas sintiendote raro con Tonks desde que la conoces... sólo que ahora es más notorio, y lo digo por parte de ambos no sólo tuya. Mira no te estoy diciendo que vayas y te cases con ella, sólo no te portes como un cretino, sé su amigo primero y ya lo demás lo improvisas sobre la marcha.
-¿No me veo como un viejo verde?
-Si hablas de esa forma me haces sentir viejo a mi también, pero para que te quedes calmado, no, no te ves así -dijo Sirius levantándose -Ahora, vamos a desayunar.
-Gracias, Canuto- dijo Remus siguiendo a su amigo escaleras abajo -¿Crees que sea bueno que vaya a verla?
-Absolutamente sí, pero primero desayuna- dijo mientras se sentaban en la mesa ya repleta de cabezas rojas.
Durante el desayuno Remus fue sometido a un exhaustivo interrogatorio, mientras el relataba con lujo de detalles la guardia de anoche, en otra parte de Londres una metamorfomaga de cabello color chocolate se despertaba con una terrible sensación de vacío.

-Voy a ir a verla- dijo Remus media hora después.
-Éxito, Lunático- le dijo un sonriente Sirius.
Y con paso decidido se encaminó a un callejón, para después aparecer en un callejón cerca de la casa esperada. Era una casa pintada de café, era de sólo un piso, la rodeaba una cerca de madera muy bonita y alta, Remus se detuvo a unos metros de esta.

-Bravo, ya estás aquí, ¿qué sigue?... bueno tienes que disculparte y no ser un cretino, no es como que llegues y le digas "Hola, me siento raro por ti, pero te dobló la edad, soy más pobre que un vagabundo y te puedo comer cada luna llena, aún así ¿me aceptarían como tú amigo? Esto es más difícil -pensaba Remus, mientras mecánicamente caminaba hasta la casa y llamaba.

Pensamos más rápido de lo que hablamos, y eso le quedó claro a Remus.

-¿Remus?, ¿qué haces aquí?- dijo Tonks abriendo la reja para que el pasará- ¿Quién te dio mi dirección?
-Se la he pedido a tu tío, necesitaba disculparme por mi comportamiento de ayer.
-¿De qué hablas?- decía Tonks mientras guiaba a Remus a la casa-. Ponte cómodo por favor.
Para sorpresa de Remus el lugar estaba impecable, pero su inquilina no. Tonks tenía la misma ropa que ayer, tenía ojeras, ella de seguro se había desvelado pensando en lo que había hecho para que él se comportara de tal manera.

-Perdóname, Dora. Anoche me comporte como un pedante -decía Remus tomando sus manos entre las de él-, no era mi intención, por favor discúlpame.
Que Remus le hablara, siempre lograba disipar los problemas, su calor, su olor a chocolate y su tacto se sentían tan familiares que por primera vez en mucho tiempo sintió que nada podría hacerle daño.
-Remus, realmente esto no es necesario.
-En serio lamento mi comportamiento.
-Ya- dijo con una sonrisa Tonks-. Mira, no quise que te sintieras mal ayer, perdón si dije algo que te incómodo.
-¿Estás hablando en serio? -Remus la miraba atentamente -yo me porte como un cretino ¿y tú lo sientes? -Remus soltó una risa-. Yo vine a pedirte una disculpa y me sales con esto.
-Mira tú te quieres disculpar, yo me quiero disculpar, que aquí acabe todo- Dijo Tonks soltando las manos de Remus-. Empezamos de cero.
-Excelente idea, señorita- dijo Remus con una sonrisa.
La mañana y unas horas de la tarde se fueron volando. Remus y Tonks se habían pasado todo ese tiempo hablando de cualquier tipo de cosas. Remus cada vez que hablaba Tonks se jugaba su pequeña cicatriz, y Tonks no paso por alto este pequeño tic. Era la hora de la merienda y juntos prepararon la comida que Tonks devoró y Remus a regañadientes se acabo. Habían comido carne asada, pero Remus no comía carne cocida, le sabía repugnante, sin embargo, no dijo nada y se terminó la comida.
-¿Qué tienes en la ceja? - pregunto Tonks cuando se sentaban en la mesa de la cocina para retomar su platica.
-La más pequeña de mis cicatrices, ¿por qué?
-Por nada, es sólo que la juegas mucho.
-¿No te acuerdas de ella?
-No, ¿por qué tendría que hacerlo?
-Tu me la provocaste -el reloj de la cocina sonó, eran las 5 en punto-. Ya me tengo que ir -Remus se levantó muy a su pesar.
-¿Qué? -Tonks lo siguió hasta la puerta -¿No me dirás cómo te provoque esa cicatriz?
-No, tienes que recordarlo tú -Remus se acercó y le dio un beso en la mejilla -Nos vemos mañana Dora.
-Eres el único aparte de mi Papa que me dice así -sonrió con los ojos cerrados mientras Remus se apartaba.
-Lo sé, en un principio yo era el único -Remus salió de la casa y volteó-Prometo que la próxima guardia te contaré.
Y perdiéndose en un callejón regresó a Grimmauld Place donde no perdió tiempo y subió a la biblioteca, aunque no pudo concentrarse mucho en la lectura. El había prometido que sólo la trataría como una amiga pero algo que Remus no podía quitar era eso que ocurría cada vez que estaba cerca de Tonks, esas ganas de quedarse con ella todo el tiempo.

Tonks entró a la casa y se sentó en el sofá, estrujándose los sesos para recordar, levantó la mirada y ahí estaba ella llorando con un juguete en la mano... y recordó todo como si hubiera sido ayer.

INICIO DEL FLASHBACK
Estaba jugando con mis bloques de colores cuando Sirius y sus amigos llegaron, pero no iban solos, los acompañaban dos chicas una de cabello rojo que el otro día le dio un beso en la boca a James y una rubia que iba muy pegada a Remus.
-Nymphadora- dijo Sirius mientras me cargaba.
Inmediatamente puse mi cabello rojo.
-No la molestes- dijo Remus mientras me arrebataba de los brazos de Sirius -Hola, Dora, ¿cómo estás?
Yo respondí que bien mientras lo abrazaba, me gustaba como olía Remus, y me gustaba que él siempre me levantaba cuando me caía y nunca se burlaba.
-Mira, te quiero presentar a Sofía, ella es mi novia.
La chica rubia beso a Remus y eso me enojo. Recuerdo que puse mi cabello rojo y comencé a llorar para que me bajará.
-¿Pero qué pasa?- pregunto la rubia- no te hemos hecho nada.
Remus me bajo y corrí pero me tropecé con un juguete, cosa que provocó que llorara aún más.
Sofía comenzó a reír y Remus puso cara de enojado.
-Tienes que fijarte más niñita- dijo Sofía aún riéndose.
-Cállate, Sofía.- dijo la pelirroja.
Remus ya estaba a mi lado revisando que todo estuviera en orden pero yo seguía enojada así que tomé un juguete y lo lance con mucha fuerza, pero sin querer lo solté a destiempo y fue directo a la ceja de Remus, esta comenzó a sangrar mientras el trataba de taparla.
-Niña tonta, ves lo que provocas. ¿Remus estás bien? -dijo la rubia poniéndose frente a Remus.
-Será mejor que regreses al Castillo, Sofía. - dijo Remus sangrando, aunque no molesto.
Mi cabello se había puesto amarillo, porque tenía mucha pena, yo no quería lastimar a Remus, yo lo quiero mucho.
-¿Qué?, pero si esa niña te abrió la ceja, mira nada más como estas- gritaba Sofía, atrayendo a mi madre.
-Sólo marchate- dijo Remus que ya estaba siendo atendido por Sirius.
-¿Qué? No puedo creer que hables en serio, yo me largo. Ah y sabes que Lupin, TERMINAMOS, no puedo creer que defiendas más a una niña que a tu novia- dijo mientras salía de mi casa.
-Da igual, ya esta cerca la luna así que esto ya estaba apunto de pasar-bromeó Remus.
Yo no entendí la broma, pero los demás comenzaron a reír.
-¿Estás bien? -dijo mi mamá revisando la herida.
Yo me había acercado a Remus y le estaba apunto de pedirle perdón cuando es me interrumpió.
-Claro que estoy bien, ahora tendré siempre un recuerdo de Dora- dijo sonriendo mientras me abrazaba.
Yo puse mi cabello rosa chicle mientras le daba un beso a Remus en su herida, provocando que el hiciera una mueca de dolor.
FIN DEL FLASHBACK

-¿Qué habrá pasado con Sofia?- se preguntó Tonks mientras iba a bañarse- da igual, ahora yo soy la que abraza a Lupin -dijo mientras salía del baño y se tiraba sobre su cama.
En Grimmauld Place, Remus se preparaba para irse a la cama.
-Sólo hay que tener cuidado- Se repetía a sí mismo, Remus Sólo eso.
Y con una sonrisa en la boca, la metamorfomaga y el licantropo calleron en un sueño profundo.

Luna de coloresWhere stories live. Discover now