19-Navidad p1

2.2K 133 8
                                    

La Navidad había llegado y no venía sola, con ella trajo a los chicos de vuelta, un Sirius mucho más animado, a Tonks de vuelta de la misión, pero también trajo cosas agrias, el señor Weasley había sufrido un ataque pero lo encontraron a tiempo y el incidente no paso a mayores.
Era la mañana de Navidad, y la puerta del baño era azotada por la mano de Sirius.
-¡Demonios, canuto! - gritaba Remus mientras se vestía-. Es Navidad, y ni así me dejas bañarme en paz.
-Es que tardas mucho... aparte te quiero dar tu regalo... - dijo Sirius maliciosamente.
-¿Qué me vas a dar que? - dijo Remus riendo mientras abría la puerta - Canuto, yo no te he comprado nada...
-Sabes que no es necesario, estas aquí conmigo y eso es lo que importa -dijo solemne, Sirius-. Aparte todavía no te lo doy así que silencio.
-Gracias, por lo que sea que hayas hecho- Remus salía del baño y Sirius entraba a este-. Hey Canuto...
-¿Que pasa Lunático? -dijo Sirius con una gran sonrisa.
-Feliz Navidad - dijo Remus mientras abrazaba a su mejor amigo.
-Feliz Navidad, Lupin - dijo Sirius separándose-. Ahora ve y arréglate que tal vez Tonks venga.

Remus, ya tenía aproximadamente un mes sin verla. Al principio no se le hizo difícil, se mantenía ocupado leyendo los libros de la biblioteca de Sirius, ayudaba a Molly y Arthur con cosas que necesitaran, hacía lo que los miembros de la orden le pedían, etcétera. Un día se quedó sin libros, la orden ya no se veía tan seguido, pero los Weasley siempre lo recibían en su casa, cuando esto ocurrió, Remus no podía creer lo mucho que la extrañaba, ella era lo primero y lo último que pensaba. Claro que la extrañaba, y la extrañaba horriblemente. Los días se le hacían eternos, más de una vez se encontró a sí mismo recordando alguna de sus pláticas o los días que pasaron siendo pareja... los mejores días en la vida de Remus, ante esto sólo trataba de alejarlos de su mente pero era en vano.
-Bravo- decía Remus mirándose al espejo y recorría con un dedo la cicatriz de dos días atrás- Una más a la colección...

El día paso con la voz de Sirius cantando villancicos a todo pulmón, los chicos ayudando en lo que se ofreciera, y todos abriendo sus regalos. Al principio Remus se extrañaba de que le dieran las gracias por regalos que el nunca compro, hasta que Sirius le confesó que había mandado presentes a su nombre, a lo que Remus muy apenado sólo agradecía.

Llegó la tarde y Tonks entró a la casa antes de la comida de Navidad.
Se veía cambiada y todos lo notaron, no hizo mucho tiempo ya que ni siquiera pudo toparse con Remus, sólo entró a la casa repartió sus regalos, cruzó unas (muchas) palabras con la señora Weasley y se retiró sin más.
Durante la comida Harry tenía la bonita miniatura de una escoba voladora a su lado.
-Harry, ¿quién te lo a dado? -pregunto Remus-. Creo que te conoce bien.
-Me lo a dado Tonks -dijo Harry pasandole a Remus la escobita.
-¿Cuándo vino?, ¿por qué no la invitaron a comer? -Remus se dirigía a Molly.
-Remus -dijo Sirius con una media sonrisa-. Ella vino y se fue, no tardó nada ... sólo me dijo que la pasaría sola.
Remus se dio cuenta que todos lo veían, y notaban la manera en la que alzó la voz.
-Iré arriba, cuando estén listos para ir al hospital me avisan. Gracias Molly, todo muy rico- dijo Remus levantándose con una sonrisa.

Cuando llegaron al hospital el señor Weasley compartía cuarto con una hombre lobo. Después de asegurarse que todo estuviera en orden, Remus se alejó de la cama de Arthur y se acercó a la del licántropo.
-Hola - dijo Remus tranquilamente.
El joven no respondió y rodó sobre si mismo dándole la espalda a Remus.
-Yo soy Remus Lupin, también soy licántropo- dijo Remus rodeando la cama para ver al joven de frente.
-¿Hablas en serio?- dijo con un susurro el desconocido.
-Si, me mordieron cuando tenía menos edad que tú... de hecho era un niño- dijo Remus señalando una silla-. ¿Puedo?
El joven asintió levemente y Remus tomó asiento. Remus se sentía incómodo cuando hablaba de su condición, y pocas veces se tocaba con un semejante así que esto era nuevo.
Remus sabía la rabia y la impotencia que debía sentir el joven, su vida ya no sería igual. El joven tendría que vivir todo el tiempo con miradas de rencor o desprecio. Remus no sabía lo que estaba haciendo pero tenía que intentarlo pues era Navidad y el joven se veía sólo.
-Nadie debe pasar sólo Navidad -dijo el joven cuando Remus se acomodo-, pero no tengo porque pedirles que estén a mi lado, al final yo soy un monstruo.
-No somos monstruos - dijo Remus firmemente.
Luego de platicar un tiempo y de que Remus le contará una gran parte de su vida, noto que los chicos ya se habían ido y Arthur estaba dormido.
-Es mejor que te vayas, tu tienes una familia muy hermosa. No te quedes aquí conmigo, por favor- dijo
-Mi familia no cenara hoy, es decir, si pero puedo quedarme, recuerda que nadie debe pasar sólo Navidad - dijo Remus sonriendo-. Nadie...-la sonrisa se le borro cuando recordó las palabras de Sirius.
-¿Que te pasa, Remus?- pregunto el joven al notar el cambio.
-Alguien está sola esta noche... y es mi culpa- dijo Remus
-Sólo ve con ella... - dijo el joven-. Sólo ve.
-¿Como sabes ...?
El joven sonrió y Remus supuso que no lo había hecho desde hace mucho tiempo.
-Yo sólo lo sé, en verdad no te quedes aquí, me has ayudado mucho, Remus - el joven lo decía sinceramente.
-Muchas gracias, en verdad fue un placer conocerte, David - dijo Remus estrechando su mano-. Espero que te vaya bien.
-Gracias, pero ahora no pierdas tiempo y ve.
Remus sonrió y salió de la habitación.

-¿Ahora qué?-se pregunto a sí mismo cuando salió del hospital- ¡Vamos, si se puede!
Y sin más giro sobre si mismo y apareció en la casa de Tonks.
Remus tocó la puerta con las manos temblorosas, un sudor frío le recorría la espalada y si se quedaba lo suficientemente callado podía escuchar que rápido bombeaba su corazón, corazón que se detuvo cuando Tonks abrió la puerta.
-¿Remus?- pregunto atónita la metamorfomaga.

Luna de coloresWhere stories live. Discover now