24-Vacío

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-¡Merlín!- gritó Remus llevándose una mano al pecho.
-Me han dicho que me parezco pero creo que me falta la barba y unos cuantos años- contestó Sirius.
Sirius había entrado a su cuarto y abierto las cortinas de un tirón, provocando que Remus se espantara.
-¿Llevas mucho tiempo aquí?- dijo Remus tapándose la cara con una almohada.
-"El tiempo es una ilusión"- dijo Sirius haciendo las comillas con los dedos.
-¿Quién fue el tonto que te lo dijo?-contestó Remus irritado.
-Tú.
-Te dije... un tonto.
-Lunático, no me gusta verte así... no eres tú- Sirius se acostó en la cama -llevas días aquí, estás más flaco que lo normal.
-¿Quieres contar mis costillas?- dijo Remus mientras reía amargamente-. No me siento bien, perdona.
-La Orden esta preocupada y Quejicus no ha parado de hacer conjeturas.
-¿La viste en la junta?
-No, no vino y eso me preocupa. Dice Kingsley que es por todo su trabajo, que ella se ve normal.
-Yo sólo se que no debo estar cerca de ella, es por su bien ...
-¿Y tu bien? ¿Y tu felicidad?
-Las personas como yo estamos convencidas que en nuestra vida sólo tendremos vacíos, fue mi culpa y lo lamento.
-Y ahí vas con tu condición. Trata de repetirlo hasta que te lo creas porqué yo no lo hago.
-¿A qué te refieres?- dijo Remus sentándose en la cama -¿Qué no ves todo lo que estoy haciendo por ella?
-¡Por Merlín, Remus! Deja de molestar con eso, ni tu te lo crees. Si en verdad estuvieras convencido de eso la hubieras dejado desde la primera vez.
-¿Qué clase de cobarde soy?
-Uno muy enamorado -dijo Sirius con una sonrisa-. Ya no se que decirte para que me hagas caso, para que tu puedas entender que tu lugar es a su jodido lado.
-¿Crees que esta sufriendo? -Remus se reprendió inmediatamente por las palabras que pronuncio-. Yo, soy un imbécil.
-¿Te acabas de dar cuenta?, de todas maneras creo que se la esta pasando igual o peor que tú. Remus, recuerda que las mujeres aman más y llegan a hacerlo en menor tiempo, si Dora es feliz a tu lado... ¡No la alejes!
-Yo también la amo- dijo Remus más para sí que par cualquier otro.
-¡Entonces que esperas, pedazo de idiota!- Sirius le lanzó una almohada-. Lucha por ella, a ti no se te complica eso de ser lindo, mucho menos cursi... aprovéchalo, en verdad. Remus, si dejas que Tonks se vaya te prometo que será el peor error de tu existencia.
-Me da miedo ... me da miedo amarla y que el destino no me permita hacerlo como quiero y se merece.
-Sabes que siempre he admirado tu juicio y la manera en la que te comportabas en el colegio- Sirius sonrio-. Eras... eres la combinación perfecta de caballero cursi y loco desenfrenado, ¿crees que no me doy cuenta?
-¿De que?
-De que cuando estas con ella te ves más joven, juegas, te diviertes. Por unos minutos dejas de ser "el ejemplo a seguir" para convertirte en tu yo verdadero, eso yo que hace mucho tiempo no veía y que extraño.
-Tienes razón... -dijo Remus no muy convencido-. Me lo pensaré.
Sirius se levantó de la cama- Remus...
-Mande - dijo levantándose.
-¿El que llegue de último al baño es un gnomo rabioso?
Ambos se miraron al mismo tiempo y emprendieron una carrera al baño.
Sirius empujó a Remus y este casi cae rodando por las escaleras.
-¡Tramposo!- grito Remus sosteniéndose de donde pudo para no caer por estas.
-¡QUE TE HE GANADO Y TE CALLAS!- dijo Sirius desde el baño cuando cerraba la puerta.
Los dos rieron sin saber que esa sería la última vez que se pelearían por el baño o por cualquier otra cosa...

La mañana paso y un sentimiento invadía el número 12 de Grimmauld Place, Sirius ayudó a Molly a preparar la comida, y también a los que tenía cerca.
Cualquiera que lo hubiera visto se quedaría sorprendido, excepto Remus quien lo conocía desde hace mucho tiempo.
-Perderás en dos -dijo Sirius mirando el tablero de ajedrez que tenía enfrente.
-Sólo mueve la pieza, Canuto -dijo Remus rodando los ojos.
-Te amo -dijo Sirius como si fuera la cosa más normal del mundo.
Remus no contesto, hacía más de 10 años que no escuchaba esas palabras de la boca de Sirius, se tomó un momento y miles de recuerdos cruzaron por su mente.
-Yo también lo hago.
-Eres uno de mis mejores amigos, lo digo enserio. Muchos piensan que era James y si, de cierta manera lo era pero no se, siempre has estado conmigo, todo el tiempo me apoyabas, eras... no sé - dijo Sirius mientras movía su alfil-. Y cuando todo terminó y yo desconfíe de ti, yo fui el culpable de que todo terminara.
-¿A que viene eso?- dijo Remus que ya se había resignado a la derrota.
-No lo sé, hoy me siento raro -Sirius en un rápido movimiento sacudió el tablero.
-¿Qué te pasa?- dijo Remus extrañado.
-Terminaremos esta partida en otro momento, me dio hambre.
-¡¿Y por eso tenías que destruirlo?!
-Claro, vamos a comer chocolate.
-Sirius, aunque no seamos los mismos, siempre estaré agradecido por todo lo que pudimos hacer y te perdone hace mucho, cómo tú me perdonaste por creerte un asesino- dijo Remus levantando las piezas del suelo.
Sirius solo se detuvo con las manos en los bolsillos y le dedicó y guiño, cómo en los viejos tiempos.

Todo lo que quedaba de la mañana transcurrió, al igual que gran parte de la tarde. Todo estaba tranquilo en Grimmauld Place, cuando un hermoso patronus se presentó en el recibidor: el patronus de Snape.
"Harry cree que el señor tenebroso tiene a Sirius en la oficina de misterios" fue lo único que se le escucho decir.
Los amigos se quedaron estupefactos unos microsegundos, después se voltearon a ver y se levantaron a toda prisa al salón.
No les sorprendió que cuando ellos llegarán Kingsley, Moody, Tonks y Dumbledore ya estuvieran ahí, todos parecía a extremadamente agitados. -Tenemos que hacer algo- grito Tonks- Harry no supo distinguir y ahora ya debe de estar rumbo al Ministerio.
-Dumbledore, sabes que te respeto pero esta vez iré, no me interesa su éstas de acuerdo o no- dijo Sirius acercándose al director.
-Irás, Sirius- dijo el director-. Está vez te necesitamos.
-Tenemos que ir de inmediato- dijo Remus colocándose a un lado de Tonks-. No podemos perder más tiempo.
Y como si el tiempo se hubiera detenido, Dumbledore, comenzó a explicarles lo que sabía ya que les ayudaría demasiado.
-Vámonos ¡AHORA! - rugio ojoloco.

Llegaron al Ministerio y como si una fuerza los guiará entraron a una sala los cinco.
Tonks no perdió el tiempo, cuando entró lo primero que hizo fue aturdir a Malfoy. Todos localizaron a los chicos y los mortifagos se encontraban distraídos por los que acababan de llegar.
Tonks comenzaba a subir las escaleras del lugar mientras lanzaba hechizos para su tía, Bellatrix.
Harry se encontraba en apuros y Sirius no dudo en ir a buscarle; cuando llegó hasta el comenzó a batirse un duelo con Dolohov, cuando parecía que Sirius iba a recibir un hechizo, Harry tomo su varita y grito: -¡Petrificus totalus!
-¡Bien hecho! Ahora quiero que salgas de...- Sirius y Harry tuvieron que agacharse porque una ráfaga de luz verde se aproximaba, cuando Harry giro, vio el cuerpo de Tonks precipitandose desde la mitad de las gradas y su cuerpo golpeaba los bancos de piedra.
Remus no se encontraba lejos de ahí, mientras luchaba con un mortífago siempre tenía en la mira a Tonks, este se espanto cuando lo vio pelear con Bellatrix pero poco podía hacer, continuo peleando y en un movimiento de cabeza se dio cuenta de que Bellatrix ya no estaba peleando con ella...
Se desespero y comenzó a buscarla sin quitar de todo la atención hacia su oponente, su vista bajo las gradas y vio el cuerpo de Tonks tirando sobre las bancas de dura piedra, con un rápido y seguro movimiento logró desarmar a su oponente y dejarlo tirado.
Cuando se acercaba a verla no había nada más a su alrededor sólo estaba ella y el, corrió con todas sus fuerzas pero alguien fue más rápido que el: Moody.
-Alejate - ordenó Moody-. Sigue peleando.
-Dora, amor... ¿estás bien?- Remus se arrodilló ante ella haciendo caso omiso a lo que Moody decía- Amor, responde.
-Esta inconsciente - gruño ojoloco tomandolo por el cuello del saco violentamente-. Ve y pelea, yo me encargaré de ella.
-Pero... -dijo Remus viendo a Tonks y a Moody alternadamente-. No quiero dejarla sola.
-Ya la has dejado sola anteriormente, una más no será tan malo -escupió Moody-. Ahora, ve y pelea.
-Esta bien- dijo Remus -. Cuidala.
Moody la tomó con sumó cuidado y se la llevo entre luces verdes y rojas.
Remus se quedó ahí parado, luego de parpadear unas cuantas veces supo que ella estaría bien... tenía que estar bien, porque sin ella el estaría vacío.

Vacío, exactamente eso sintió en la boca del estómago cuando a lo lejos vio la caída de su amigo, este no caía de unas gradas y se pegaba contra el suelo...
Sirius Black sé había caído tras el velo, el velo del que ya no podría volver.
Tragó saliva mientras el miedo inundada cada una de las partes de su cuerpo, su respiración se agitó y noto que Harry tenía la intención de seguirle. Remus corrió como nunca lo había hecho, corrió como si su vida dependiera de eso...
Llegó hasta donde Harry, él sabía que no debía dejar que Harry entrase. Su amigo se había ido, su alma y cuerpo no volverían a estar junto a el, ¿qué pasaría con todo? Él ya lo había perdido una vez y había sido insoportable ¿cómo sería ahora?
No podía desmoronarse ahí, tenía que sacar a Harry sano y salvo de ahí, él lo hubiera hecho...
-No podemos hacer nada...- dijo Remus se había aferrado a Harry- Se ha ido, no va a regresar.
Harry seguía convencido de que eso era mentira, pero no lo era...

Sirius se había ido y no regresaría jamás.

Todo terminó. Después de que que el mismo ministro se topó cara a cara con Voldemort, todo terminó. Los heridos fueron curados, y los culpables encerrados.
Ya nada se podía hacer, Sirius Black se había ido, y ya nada lo traería de vuelta...
Con este suceso Remus Lupin se preparó para dejar de ser "Lunático", ya que nadie en el mundo lo llamaría así de nuevo.


Luna de coloresWhere stories live. Discover now