5SOS Imagina. (Luke) #5

3.9K 98 2
                                    

De la parada de autobús a casa me da tiempo a escuchar una canción. Dependiendo de cómo camine la habré terminado de escuchar antes o después de entrar, pero siempre escucho la canción.

Tarareo never say never de Justin Bieber mientras hago el recorrido a mi casa. Según me voy acercando la canción va llegando a su final, pero al abrir la puerta la canción todavía está en sus últimos versos.

Mi hermana aparece corriendo del salón e intenta decirme algo, pero me agacho y le pongo uno de los auriculares para que pueda escuchar lo que queda de la canción.

Never say never, never say it – never say never. —Canturreo a pleno pulmón, cómo la Buena hermana pesada que soy.

—¿Has terminado? —Pregunta quitándose el auricular. — Tengo algo importante que decirte.

—Oh, ¿y qué es eso tan importante que me tienes que decir?

Ella me dedica su sonrisa malévola.

—La vecina de enfrente está en el salón. —Responde. — Y su hijo está con ella.

—No. —Murmuro notando como la vergüenza se apodera de mí.

Me pongo de pie y antes de ir al salón me estiro la camiseta y me peino. Estaré muriéndome de vergüenza, pero al menos estaré presentable.

Mi hermana desaparece por la puerta del salón y tras respirar hondo, sigo sus pasos. Pongo mi mejor cara de póker cuando llego al lado de mi madre.

Primero saludo a mi vecina y después a su hijo, que se está aguantando la risa.

—Hija. —Dice mi madre. — Luz ha aceptado ayudarte con matemáticas.

—No necesito ayuda, mamá. —Me quejo.

—Dos. —Lee mi madre mirando unas hojas. — Cuatro, dos y medio...¿De verdad crees que no necesitas ayuda con matemáticas?

—Esas notas son del trimestre pasado. —Me defiendo. — Creo que este trimestre voy a sacar mejores notas.

—Oh, claro que sí. —Asiente mi madre. — Con la ayuda de nuestra amable vecina Liz.

Miro de reojo al hijo de mi vecina, que parece aburrido de estar aquí.

—No quiero molestar a Liz. —Digo sonriendo.

—Tranquila, no me importa. —Responde Liz. — Como he hablado con tu madre vendrás los sábados por la mañana y por la tarde, así podremos dar mejor los temas.

—¿Qué? —Pregunto. — ¿Los sábados?

—Podemos empezar este sábado, ¿qué te parece?

—Perfecto, muchas gracias. —Contesta mi madre mientras guía a Liz y a su hijo a la entrada.

Cuando oigo que se cierra la puerta, corro hacia mi madre.

—Mamá, te lo suplico. —Digo cogiéndole de las manos. — No quiero.

—Irás todos los sábados a no ser que Liz diga lo contrario. —Sentencia.

—Pero mamá...

—Sin peros, ahora vete a estudiar. —Me interrumpe.

Suelto a mi madre y cojo la mochila que había dejado en la entrada al venir de clase. Subo las escaleras pisando más fuerte de lo normal y cuando llego a mi habitación, cierro la puerta sin ganas.

Durante las dos primeras horas estudio sin distraerme, pero cuando saco el libro de matemáticas me doy por vencida. Prefiero estudiar todo menos matemáticas.

Me giro en la silla, descorro la cortina y me pongo a mirar por la ventana. Paseo la mirada por la calle hasta que mis ojos se fijan en la ventana que da a mi habitación. Puedo ver sin problema la habitación de Luke, donde ahora mismo está él quitándose la camiseta.

Debería dejar de mirar, ¿verdad?

Antes de que aparte la mirada, Luke y yo hacemos contacto visual. Por su parte, Luke se sorprende cerrando las cortinas. Por segunda vez en el día, echo las cortinas avergonzada.

Genial. Ahora Luke pensará que soy una mirona.

La semana se me pasa rápido, y todos mis intentos de convencer a mi madre de que no necesito la ayuda de Liz fallan. Mientras me preparo las cosas para ir a su casa, no puedo evitar pensar en Luke. ¿Me dirá algo? Espero que no.

—Que aprendas mucho. —Me anima mi madre.

—Pásatelo bien. —Se burla mi hermana.

—Adiós. —Me despido.

Cuando llamo a la puerta de Liz deseo que se ella quien me abra, pero en cambio es Luke quien abre la puerta.

—Oh, hola. —Saluda Luke con una mirada acusadora.

—Ey. —Murmuro. — ¿Qué tal?

—Adelante, mi madre ya tiene todo preparado. —Responde Luke sin contestarme.

Tras una hora larga y aburrida de realizar ejercicios y de corregirlos, me encuentro sentada al lado de Luke tomándome un vaso de leche con galletas. Liz se ha empeñado en que es importante tener el estomago lleno cuando se aprende.

No dejo de pensar en cómo sacar el tema sobre el incidente de la ventana. Quiero aclararle que no estaba mirando, pero las palabras no me salen. Solo espero que no se acuerde.

—Oye. —Hablamos los dos a la vez.

—Adelante.

—Respecto a lo del otro día, quería decirte que no te estaba mirando. —Aclaro.

—Oh, por supuesto. —Dice asintiendo. — Tampoco es que yo haya mirado cuando tú te cambiabas de camiseta ni nada.

—¿Perdona? —Pregunto. — ¿Me estás diciendo que a partir de ahora voy a tener que echar las cortinas?

—No. —Responde. — Ósea sí, cualquiera que pase por la calle puede ver tu habitación.

—Claro, la gente de la calle.

—No soy un mirón. —Se defiende.

—Dejémoslo en que yo te he visto sin camiseta y tú a mí.

—Está bien, dejémoslo así. —Asiente.

Durante la siguiente media hora, Luke y yo entablamos conversación sobre cualquier cosa menos de ventanas y cortinas.

—Se ha hecho tarde, deberías volver a casa. —Dice Liz entrando a su salón. — Nos veremos el próximo sábado.

—Gracias. —Digo cogiendo mis cosas.

—Luke, acompáñala a casa. —Ordena su madre. — Es de noche.

—Pero si vive en frente. —Protesta.

—He dicho que la acompañes. —Insiste su madre.

Luke se levanta de la silla a regañadientes y junto a mí se dirige a la puerta. Ambos caminamos en silencio hasta llegar a mi casa.

—Gracias por acompañarme. —Murmuro. — O mejor, dale las gracias a tu madre por haberte obligado a acompañarme.

—Muy graciosa. —Finge reírse. — Acuérdate de echar las cortinas.

—Lo mismo digo. —Me río abriendo la puerta.

Saludo a mi familia y después me dirijo a mi habitación. Me paro delante de la venta para echar las cortinas, pero antes veo a Luke en su habitación. Está bailando y se le ha olvidado echar las cortinas.

Riéndome, echo las cortinas.

Hoy, sin duda, ha sido un día interesante.

I M A G I N A S. #1 [EDITANDO]Where stories live. Discover now