I M A G I N A S. #1 [EDITANDO]

Antiguo Magcon Imagina. (Cameron Dallas) #1

Vuelvo a llegar tarde al trabajo, algo que hace peligrar mi carrera como fotógrafa en la revista Kennen. 

Al llegar a la entra me encuentro con un grupo de bastantes personas, las suficientes como para impedirme llegar a la puerta con facilidad. Me abro aso como puedo, pidiendo disculpas cuando algunas de las chicas se gira para maldecirme. 

Saco mi identificación, preparada para enseñársela a Lorence en la entrada. A pesar de que me ve todos los días, es muy probable que tenga que mostrarla. 

—Escuche señorita, no puede... —Lorence se calla al verme. — Oh, (A/N). Adelante, siento haberte confundido. Como puedes ver a muchas personas reunidas aquí fuera hoy. 

—No te preocupes. —Sonrío. — Será mejor que suba las escaleras corriendo, o esta será la última vez que me veas entrando por estas puertas. 

Lorence se echa a un lado, dejándome pasar. En cuanto ficho, salgo disparada hacia las escaleras. 

La sala del staff es espaciosa y cada trabajador tiene su taquilla. Tras abrirla y dejar mis cosas, me pongo la camiseta de la empresa y me cuelgo la identificación. 

Una vez tengo todo listo, agarro la cámara y me dirijo al plató. 

—Buenos días, Mike. —Saludo al pasar. 

—¡Por los pelos! —Dice sonriendo. — Primer día que no te veo llegar tarde. 

—La puerta está llena de gente. —Respondo ignorando su comentario. 

—Sí, nuestro cliente de hoy es famoso. —Asiente. — Hablando del rey de Roma, ¡Cameron, pasa!

—Hola, encantada. —Digo estrechándole la mano. — Me llamo (A/N), y seré la fotógrafa de esta sesión.

—Cameron Dallas. —Se presenta el chico.  

Mientras Mike le explica como se va a desarrollar la sesión, Cameron me dedica varias miradas. Por mi parte, decido preparar todo. 

—Bueno, pues dicho esto, puedes cambiarte allí. —Señala Mike la pequeña habitación que tiene detrás. — Cuando salgas, (A/N) te indicará qué hacer dando comienzo a la sesión de fotos. 

Asintiendo, Cameron desaparece por la puerta de la habitación seguido de su estilista y maquillador. 

Mike se gira para mirarme. Sé lo que me va a decir, pero aún así intento poner una sonrisa confiada. 

—Yo estaré aquí sentado, evaluándote. —Advierte. — Esta es una sesión importante, has ganado puntos llegando a tu hora. 

—Vale. 

Tras varios minutos Cameron sale vestido con unos vaqueros negros y sin camiseta. Tanto su estilista como su maquillador salen con más cosas preparadas. 

—¿Empezamos? —Pregunta Cameron colocándose delante del fondo blanco. 

—Por supuesto. 

Como profesional, no me debería costar hacer esta sesión de fotos. Pero, como persona tímida, sí. Al principio me resulta difícil, pero según pasan los minutos empiezo a desenvolverme. Estoy en mi terreno, este es mi trabajo. 

Finalmente la sesión termina y observo como Cameron vuelve a la habitación para ponerse su ropa de calle. 

Mike se acerca a mí. 

—Buen trabajo. —Dice mi jefe. — Haz una selección de 20 fotos. Tienen que estar editadas para mañana por la tarde. 

—Perfecto. —Asiento. — ¿El cliente no va a hacer una selección previa?

—No. —Contesta. — El representante es un buen amigo mío, le he dicho que confíe en tu criterio. 

—Gracias. —Sonrío. — Hasta mañana. 

Mike se despide y yo, una vez cierra la puerta, me giro para mirar el fondo y los focos. Con un suspiro, lo primero que hago es guardar la cámara y hacer una copia de seguridad de las fotografías. Mientras esto se lleva a cabo, empiezo a recoger. 

—Muchas gracias por tu trabajo. —Escuchar a Cameron me sorprende, pensé que ya se habría ido. 

—A ti. 

—Nos veremos por aquí mañana, supongo. —Dice Cameron. 

—Así es. —Respondo. — Mañana es la entrega de las fotografías. 

—Genial. —Sonríe. 

—Nos vemos, entonces. 

—Hasta mañana.