-Me afecta saber que ella es feliz sin mi y que pudo salir hacía adelante- caí de rodilla tapando mi cara

-Es igual de feliz que tu, lo más seguro tienes pareja- gire mi rostro matándolo

-No vuelvas a decir eso- como cualquier depredador que ve a su presa tome su cuello dispuesto a golpearlo

-Golpéame, así nunca la recuperaras. Cuando llegue a la casa y me vea golpeado a quien curará será a mi y no a ti- esta vez sentí un puño doble, uno fue directo a mi rostro y el otro a mi corazón

-Niégame que no tienes pareja- sus ojos estaban lleno de enojo

-No tengo pareja, porque tenía esperanza de que ella volvería a mi- mis ojos se llenaron de lagrimas

-Pero en cambio, ella encontró consuelo en tus brazos- limpie mi sangre de mi labio

Me odiaba por perderla.

-Pensé que estarías feliz por su felicidad y la mía, pero veo que eres el mismo egoísta de hace años- camino al sofá y se sentó

-Solo te pido que la cuides- mire mis manos intentando calmarme

-Como te comenté anoche no dejes que llore sola, amala cada segundo más y cuida de tu hijo es hermoso- levante mi mirada y él solo estaba en silencio mirándome desde lejos

-Quizás no podamos ser amigos- sentí como mi pecho se comprimía

-Me gusta tu mujer y no es sano que seamos amigos bajo esta situación- solloce

Estaba perdiendo a la mujer que amo y a uno de mis mejores amigos.

- ¿Enserio quieres esto? - pregunto colocándose de pie mientras escondía sus manos en su bolsillo

-Es lo más sano para nosotros- cubrí mi rostro mientras lloraba en silencio

-Es increíble, no se que paso entre ustedes, pero deberían hablar- su voz se alejaba hasta que sentí como la puerta se cerraba

En un arranque de dolor tire todo lo que estaba en mi escritorio al suelo

Mis gritos eran ahogados mientras lanzaba todo contra el suelo.

-Señor Blake cálmese- escuché a mi secretaria, pero no pare hasta destrozar todo

Cuando la miro su rostro era de miedo

Mis fuerzan no dieron para más y caí contra el suelo sin saber qué pasaría después.

Al despertar estaba en un hospital.

Cuando me senté todo me dolía.

Mis manos estaban vendadas.

-Dios al fin despertó- se acerco Isabel a mi

- ¿Qué paso? – mire mi alrededor

-Destruyo toda su oficina y se desmayo. Los de seguridad lo trasladaron hasta aquí ya que se corto con vidrios al caer contra el suelo- narro mientras tocaba una venda en mi rostro

-Gracias déjeme solo- pedí cerrando mis ojos

Cuando me quede solo suspire.

-Alexander no puedes hacer esto, tienes una princesa que cuidar- sentí como una lagrima traviesa salía de mis ojos

-Cailin te necesita- solloce

-Tu hija te ama- pause respirando

Al abrir los ojos noto que estaba vestido con el típico atuendo del hospital.

Me puse de pie y fui al baño.

No tenía ninguna maquina conectada a mi así que era fácil deambular por la habitación.

Mr. Alexander BlakeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt