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Madison Clayton

Había regresado a la ciudad de Alexander hace un día.

Con Jonathan fuimos hasta mi casa la cual mis hermosas amigas se encargaron de cuidar.

Todo estaba tal cual lo había dejado.

-Hice mal en no traerme la cuna- comenté mientras Jonathan estaba en mi habitación ayudándome a vestir a mi hijo

A penas había logrado comenzar a caminar y había que velarlo para que no corriera.

-Es una copia exacta de su padre- sonreí mientras Jonathan jugaba con él

- ¿Enserio? - sonrío mirando a Leo

Leonardo era una copia exacta de su padre.

Inicialmente sus ojos eran del mismo color de su padre lo cual lo hacía hermoso.

Su rostro en general era igual a la de él.

Lo única que tenía mío era su nariz perfilada.

Jonathan ya tenía su atuendo que lo hacía ver muy elegante.

-Deberías vestirte así más a menudo- no lo mire ya que me estaba colocando mis tacones

-No me gusta este atuendo de jefe solitario- rio mientras tomaba el bulto que había preparado con cosas para mi hijo

-Preciosa es momento de irnos- miro su reloj

Cuando hice lo mismo con mi celular era demasiado tarde.

Me mire por última vez en el espejo antes de salir.

-Camina que estás preciosa- sonreí ante su comentario

Realmente mi maquillaje no era el más elaborado, pero siendo madre no tengo mucho tiempo para arreglarme

Jonathan condujo mi auto mientras que yo me quedaba en la parte de atrás con mi hijo.

Solo tenía su asiento que compramos ayer de emergencia.

Cuando llegamos todos ya estaban empezando a desfilar.

-Creo que nos mataran- escuche a Jonathan

Él se estaciono rápidamente y nos bajamos corriendo.

-Te matare- escuche a mi amiga cuando estuve frente a ella

-Es un placer verte hermosa- sonreí mientras dejaba a mi hijo en el suelo

Una chica le dio una canasta con pétalos.

Como esperaba mi hijo no espero su señal y comenzó a desfilar

Solo podía ver como los pétalos caían en todos lados.

-Querías a mi hijo en esto así que espero que te guste el camino- sonreí antes de comenzar con mi desfile

Solo pasar por el umbral sentí su mirada.

Allí estaba él.

No había cambiado nada.

Mi mirada fue a mi hijo quien estaba al lado de Hannah.

Cuando volví a mirarlo sentí ese amor por él como la primera vez.

Jonathan mantenía nuestros brazos unidos hasta que nos separamos.

Leo se acerco a mi cuando me pare al lado de Hannah.

Alexander no quitaba su mirada de mi y de mi hijo.

Claramente me sentía feliz de verlo.

Moría por lanzarme a sus brazos y sentirme amada por él.

Mr. Alexander BlakeWhere stories live. Discover now