Train of Time [Kiheon/Kiho] [Monsta X]

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Jooheon siempre ha sido una persona que te obliga a quererla con su hermosa forma de ser. Tan amigable, con un buen sentido del humor, talentoso e inteligente. Quizás a veces podía darte una mala impresión, como le pasó a Lee Hoseok. Jooheon a veces cometía el error de fingir confianza con una persona que apenas acababa de conocer, pero a medida que lo ibas conociendo, te terminabas encariñando con él. En el caso de Kihyun, que le tomó tanto amor que se acabó volviendo una de las personas más importantes en su vida. No quería caer en la idealización de una pareja, verla como un ser de otro mundo. No lo hizo, sin embargo. Porque todo eso que Jooheon le mostraba era todo lo que buscaba en una persona. Todo y mucho más. Y ahí, no estaba inflando una utopía que no era real, porque más allá de las incontables cosas buenas que Kihyun podía contar, también existían cosas malas. Aunque estas no tienen mucha relevancia.

A veces, el ex vocalista del grupo, exigía demasiado a sus amigos. Y ni hablar para él mismo. Los regaños eran constantes y Jooheon fue uno de los primeros en tenerle paciencia y ponerle un alto. Lo acompañó en esa travesía que tenían ambos, esa pasión por la música que terminó convirtiéndose en un fuerte amor mutuo. Pues los dos habían madurado y aprendido a ver el complejo mundo expuesto frente a sus ojos de otra manera. Cuando estaban juntos, podían sentir como si una burbuja los aislara de todo lo demás. Las fuertes ilusiones de Jooheon y el inmenso amor de Kihyun pudo llevarlos hasta un punto donde creían que estaban hechos el uno por el otro. Que los caminos de sus vidas los guiaban para que de una forma u otra pudiesen ser parte de ellos. No creían que estaban llevando su relación a una nube inalcanzable digna de ser una historia ficticia de amor, aunque sí es cierto que, a veces, es real el cuento del alma gemela.

Un alma gemela, mejor forma no podría describirse. Pensaban que estaban entrelazados por el otro, quizás por eso Kihyun cayó en una fuerte depresión luego de que el cruel destino le arrebatara a su pareja. Sin embargo, estaban hechos el uno para el otro y debían reencontrarse. Haciendo que esa misma vida despiadada que le quitó lo que más quería, también lo guió de regreso a él. Aunque esta vez es más extraño. Lo contrario a lo que Kihyun hubiera imaginado que sería un reencuentro con su mitad perdida.

Ese Lee Jooheon que está sentado a su lado tiene el rostro y la voz del que Kihyun conoce. Su forma de hablar es igual, pero sabe perfectamente que no es el que quería. Y eso es lo que más duele: que la persona a la que amaste incondicionalmente y conocías cada rincón de ella, ahora sea un completo desconocido para ti. Y que toda esa historia vivida haya sido borrada en sólo un instante, teniendo la opción de hacer una nueva y dejarla inconclusa, o hacer que ese libro sólo quede como una idea dentro de su cabeza. No deja de mirarlo angustiado, aguantando las ganas de llorar y suplicar entre gritos que acabe esta cruel pesadilla de una maldita vez porque esto ya es demasiado. Lo que Kihyun más quería desde hace tres años no está resultando de la forma que esperaba. Sólo necesitaba un abrazo y un último adiós para poder despedirse de la forma que debía y conseguir su paz mental, no esto. Esto sólo le trae más y más cargas, pensando de que el Jooheon que está frente a sus ojos no es más que una horrible ilusión.

—Sinceramente me siento un poco estafado, creí que sólo seríamos tú y yo, Kihyunnie—y esa tierna voz que le habla con cariño tan conocida hace que despierte de sus pensamientos. Dándose cuenta de que es una realidad. Lo está viviendo.

Kihyun dirige sus ojos hacia los labios abultados de Jooheon, haciendo un puchero mientras sus ojos brillan de cariño hacia el mayor.

—A-ah... lo siento, fueron planes de último momento. No fue mi intensión—ríe con nerviosismo Kihyun, intentando sonar bien. Nada de nervios, nada de angustias.

—No importa, de todas formas—Jooheon busca la mano ajena, tomándola. Su piel cálida que tanto ha añorado Kihyun en volver a tocar, por fin está sobre él. Y se siente extraño, no es como debería serlo—. ¿Puedes venir a casa luego?