48. Solías ser mi héroe

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N/A: Este capítulo fue bastante difícil de escribir debido a que me costó entrar en el mood adecuado. Lo he editado al menos una cinco veces, pero creo que esta vez quedé conforme con el resultado. Para ponerme en el papel de Jensen, usé esta canción como inspiración.

Es la carta de un hijo a su hijo, que cuenta el daño y la desolación al no tener apoyo paterno en la infancia/adolescencia, pero que promete ser mejor para él y ser la luz que él no tuvo cuando necesitó.

Espero la escuchen y analicen. 

Sin más que agregar, espero disfruten el capítulo. 

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Narra Jensen...

Lo segundos siguientes son algo borroso en mi mente.

Siento la voz de Jared detrás de mí, lo escucho decir que espere, que no haga nada tonto, que me detenga, pero estoy tan enojado ahora, tan cabreado por las mentiras de mi papá y tan asqueado de todo el odio que él tiró hacia mi todos estos años, que nada me importa realmente. 

Atrás quedó el momento familiar de hace un rato. La paz momentánea durante el almuerzo. Las sonrisas vacías, las bromas, la pantalla de una familia feliz que no está rota desde sus cimientos.

Una última pelea, que seguramente terminará mal, servirá para sacarme el maldito peso de los hombros; esa pesada mochila que cargué desde que mamá murió, esa que guarda todo el dolor que causó papá al descargar todas sus frustraciones, su duelo y su ira conmigo. 

Voy a gritarle a la cara y dejarle saber lo mucho que arruinó mi vida como un adolescente. Lo mucho que me hizo falta cuando lo necesité, y que sepa de una jodida vez que todas sus decisiones, supuestamente pensadas para mi bien, han afectado mi felicidad.

Que sepa, que en el fondo, él es el responsable de que yo haya creado una máscara superficial de un idiota popular que debe ser amado y admirado por todos, que debe ser un hijo perfecto y sumiso, obediente, servicial. Que debe ocultar sus miedos, sus dudas y sus sueños para que los demás no tengan nada de que hablar. Ese que no puede estudiar lo que quiere, o trabajar en lo que quiere. Ese chico que no puede enamorarse de otro chico porque la sociedad ha dicho que es algo que está mal. Ese que pensó que su mamá lo odiaría por lo que es.

Me cansé de ser ese Jensen que no tiene voz. 

Me cansé de ser una estúpida marioneta. Un peon en un maldito juego de ajedrez.   

Camino hacia papá con la fotografía de mi mamá y la mamá de Jared en la mano y todo el mundo deja de existir. Solo tengo un objetivo en frente, y no me alejaré ni retrocederé como lo hice tantas veces en el pasado.

—¿Eso es todo? ¿Ya te vas? —dice serio cuando llego frente a él, pensando que solo me he acercado para despedirme como el buen hijo que siempre intenté ser incluso si no recibía nada a cambio.

Sin decir nada, le estampo la foto en el pecho, y no mido mi fuerza, porque él se tambalea sorprendido hacia atrás.

—Hey ¿¡Qué rayos pasa contigo!? —espeta frunciendo el ceño y toma la foto polaroid en sus manos. —¿Qué... qué es esto? —frunce el ceño y yo río entre dientes.

Todavía sin decir nada, me acerco un poco más a él y trago saliva.

Esta vez no me siento pequeño, ni indefenso. Esta vez, por primera vez, soy consciente de que soy un poco más alto, más fuerte. Ya no soy el chico de quince años que lloró asustado y adolorido en el piso de su habitación luego de haber recibido una golpiza de parte de esa persona que se suponía, jamás le haría daño. Ese que tuvo que respirar a duras penas, con un par de costillas rotas mientras sentía que se ahogaba con el fuerte olor ferroso de la sangre a causa de los golpes de puño en su nariz y mejilla. 

I'm not gay, bitch! [Jensen & Jared]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora