40. Cuando estés listo

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—Bienvenido a mi infierno —digo bromeando al abrir la puerta de entrada de mi casa. Jared entra detrás de mí riendo también, con su mochila colgando en uno de sus hombros.

Todo está como lo dejamos en la mañana; en la mesa del comedor todavía están las cajas de cereal abiertas, la taza que suele usar papá para tomar su café y la manzana que Mackenzie dejó a medio comer. 

—¿Seguro que tu papá no vendrá? —pregunta Jared luego de cerrar la puerta. Las gotas de agua caen al piso desde nuestras ropas.

—No puedo estar seguro al cien por cierto, pero a no ser de que se trate de una emergencia, él no debería volver hasta la noche. Mi papá no es de los que mienten con su horario de salida del trabajo, ya dejó sus días oscuros atrás —me encojo de hombros y sonrío. 

Jared se quita la chaqueta mojada y luego mira a su alrededor sin saber muy bien dónde dejarla. Luego me mira expectante.

—Ven, vamos a mi habitación para que te cambies esa ropa —camino hacia él y tomo su mano. —¿Quieres que nos duchemos primero?

El rostro de Jay se enciende con un adorable sonrojo rosado en sus mejillas que lo hace lucir como el adolescente tímido que es; debo morder mi mejilla interna para no reírme por lo tierno que creo que es.

—Me refiero a que si quieres, puedes usar mi ducha mientras yo seco tu ropa, luego me ducho yo. No al mismo tiempo —río mientras ambos subimos las escaleras hasta mi cuarto y caminamos en el pasillo.

Cuando entramos, agradezco a mi yo del pasado el haber dejado mis cosas ordenadas más temprano. Por lo general mi cuarto no luce así de bien con la cama hecha y mi montón de ropa sucia en el canasto de la esquina.

—Yo... sí, creo que me gustaría darme una ducha —dice Jay y asiento sonriente.

Tiro mi mochila a uno de los sillones cerca de mi ventana y me quito mi propia chaqueta, mi sudadera mojada y mi camiseta. Las lanzo al montón de ropa que debo lavar y luego me siento en la orilla de mi cama para quitarme mis zapatos y mis calcetines.

Siento la atenta mirada de Jared sobre mi torso desnudo, pero me hago el tonto y continúo con lo mío sin prestarle mucha atención.

—Pásame tu ropa para ir a meterla a la secadora —digo quitando mi segundo calcetín. —En el baño hay toallas limpias y todo lo demás, jabón, shampoo, mi gel de ducha que tanto te gusta... —levanto mi mirada para guiñarle un ojo y Jared niega con la cabeza, todavía sonrojado y sonriendo.

Él deja su mochila en el piso junto a mi cama y se saca su hoodie, levantando la prenda por encima de sus hombros y por su cabeza. Luego continúa con su camiseta y relamo mis labios al ver su abdomen marcado desnudo. Amo lo tersa de su piel, amo el pequeño camino de vellos castaños que baja de su ombligo y se pierde en sus jeans. Amo sus pequeños pezones levantados por el frío, como se marcan sus clavículas, como sus hombros y sus brazos ya están tan formados con músculos dignos de un jugador de basketball. 

Ahora soy yo quien está embobado mirándolo. Siento mi boca haciéndose agua.

Jay se da cuenta, y antes de abrir su pantalón, me mira divertido con una provocadora sonrisa de lado.

—Ok, ahora me siento observado.

—¿Te molesta? —pregunto con una sonrisa inocente y me levanto de la cama.

Abro mis jeans tomando la iniciativa. Me paro lo suficientemente cerca de mi novio como para sentir su respiración en mi rostro, y Jared se tensa de inmediato por la cercanía y la desnudez de nuestros torsos. Él baja su mirada a mis manos que bajan mis pantalones por mis muslos y luego vuelve a subir sus ojos almendrados a mi cara. 

I'm not gay, bitch! [Jensen & Jared]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora