Dieciséis. Libre

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Muchas veces estamos tan sumergidos en nuestro sufrimiento que olvidamos que alguien más, nuestro propio vecino, está teniendo su propia batalla. Los recuerdos la golpearon con fuerza. Un joven Jason siendo maltratado en la escuela por ser muy callado, o por demostrar cualidades en el arte y ser pésimo en deportes. Un joven Jason que iba a visitarla y no se molestaba en jugar al té y las muñecas con ella. Lo que no recordaba era en que momento todo eso cambió.

- ¿Qué? - fue lo único que abandonó sus labios.

- Admito que no me siento orgulloso de las siguientes palabras; te engañe, Raven, pero no fue de la forma en que piensas- había lágrimas en sus ojos.

- Pero ¿Cómo? Yo...- cubrió su rostro con sus manos. Él inmediatamente se acercó y rodeó su pequeño cuerpo con sus brazos, pero Raven retrocedió. - No me toques.

- Raven, por favor. Eres la única que puede entenderlo, no tengo a nadie más- su rostro comenzaba a arrugarse mientras intentaba contener las lágrimas. Los ojos marrones de Raven ya hacían lo suyo, desbordando lágrimas como riachuelos.

- No, no puedo, lo siento. No puedo escucharte- Raven sacudió la cabeza y comenzó a retroceder.

- Raven dijiste que siempre ibas a estar para mí.

- Tú rompiste tu promesa hace mucho, Jason- tragó un sollozo que estaba atorado en su garganta y salió corriendo en dirección opuesta a él. Jason apartó las lágrimas de su rostro y entró a la casa, pero no sé detuvo. Pasó como una bala frente a todos dejándolos sorprendidos y salió dando un portazo.

- ¿En dónde está Raven? - preguntó Rose quién estaba sentada a un lado de Niall.

- Yo iré a buscarla- le dijo y salió hacia el patio notando que estaba vacío excepto por las mesas y sillas. Niall frunció el ceño y miró el lago que estaba a unos cuantos metros de la casa y luego se encontró con un gran árbol, que ocultaba una casa de color blanco desvalido, con sus frondosas hojas. Niall miró la sala que aún seguía animada y camino hacia el árbol.

Había pedazos de madera pegados al tronco del árbol con cuerda a los lados para sostenerse formando una escalera.

Niall colocó un pie para probar la resistencia de la escalera y comenzó a subir. Había un pequeño porche con tablas de forma horizontal simulando un balcón. Él se paró en las tablas comprobando que eran resistentes y notó lo pequeña que era la casa, a los seis años el podía entrar fácilmente por la puerta rosa pálido. Ahora, con su metro setenta y cinco, lo dudaba.

Había ventanas sin vidrio con el marco del mismo color rosa. Sobre la puerta había una letra y un número pintado en color oro. R20.

- ¿Raven? ¿Estás aquí? - Niall tocó la puerta dos veces y luego entró agachando la mitad de su cuerpo.

Era como la perfecta casa de muñecas. Una réplica de un pequeño candelabro caía en medio de la habitación y tenía una pequeña cocina con una gran ventana a la izquierda con gabinetes y una pequeña cocina de juguete, una mesa pequeña de color rojo y tres sillas. A la derecha había una sala con muebles pequeños de colores morados, rosa y azul y en frente un televisor.

Raven estaba junto a los muebles envuelta en una manta verde mientras miraba por la ventana de la cocina a la luna que estaba en todo lo alto del cielo.

- Hola.

- Hola- ella sorbió por la nariz.

- ¿Qué pasó? - se acomodó junto a ella notando que la casa era realmente pequeña. Sus piernas estiradas casi llegaban al otro lado de la casa. Raven era pequeña, asi que aun podía estar dentro de la casa con completa comodidad.

Meet me in the hallway |N.H| #PGP2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora