34. Todo de ti

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-Estoy exhausta -me lancé a la cama como si esta me hubiera hecho un embrujo.

-Descansa amor, mientras me iré a dar una ducha -iba a salir de la habitación pero hablé antes de que lo hiciera.

-Dúchate aquí -dije mientras me incorporaba en la cama. Ella se giró para verme con una ceja alzada.

-¿No te importa?

-Obvio no amor -me puse de pie para llegar hacia ella y colocarme de puntillas para dejar un pico en sus labios -anda a ducharte -seguido de eso regresé a la cama para tirarme boca arriba en ella.

-¡Amor! -gritó Daniela desde el baño.

-¿Sí?

-¡Ven un momento, debo decirte algo! -me puse de pie para empezar a caminar hacia la puerta del baño. Al entrar, vi a Calle en la tina mientras acariciaba su pierna que sobresalía un poco del nivel del agua.

-¿Sucede algo? -dije con voz ronca, aquella imagen de Daniela desnuda, acariciadose en mi tina, me hizo sentir un revoltijo y no solo en mi estómago.

-Pequeña, olvidé contarte -fija su mirada en mí -tu padre llamó para hablar de todo lo acontecido. Le expliqué las cosas y me dijo que estará aquí mañana a primera hora del día. Pudo resolver sus problemas y ya estará de regreso -contó Daniela para luego regresar la vista hacia la tina. Sinceramente no presté mucha atención a lo que me acababa de contar ya que era lo que menos me importaba en este momento. No teniendo a tal escultura en frente de mí. Me senté detrás de ella pero en la parte de afuera de la tina para luego tomar sus hombros comenzar a dejar unos leves masajes.

-¿Está todo bien hermosa? -dije mientras masajeaba sus hombros.

-Hmm -pudo articular a lo que sonreí. Acerqué mi boca a su espalda para dejar un beso allí.

-¿Sabes algo? -pregunté mientras comenzaba un camino de besos lentamente por sus hombros.

-Hmm ¿Que cosa? -continué mi camino de besos pero esta vez hacia su cuello. Dí una leve mordida a lo que ella soltó un jadeo y eso me hizo tener el valor de colocar mis manos en sus hombros para luego descenderlas por su torso lentamente y aterrizando en sus pechos. Los apreté levemente haciendo que esta vez, soltara un gemido inaudible.

-No sé si te acuerdas pero... -continuaba mi camino de besos por su cuello mientras masajeaba sus senos lenta pero profundamente -Cuando estuvimos en aquella bódega, dije algo, algo en francés, ¿Puedes recordarlo preciosa? -dije mientras soltaba uno de sus senos para comenzar a bajar más mi mano libre por su abdomen.

-No, ¿Me lo recuerdas? -dijo mientras cerraba sus ojos y se dejaba llevar por mis caricias y toques.

Subí mi boca a la altura de su oreja para luego morder su lóbulo y jalarlo lentamente. Susurré:

-J'avais dit je t'aime chèrie -susurré en su oído. Continué mi camino hacia su punto más débil -Significa Te amo, mi amor -a continuación de aquello, introducí sin permiso alguno mi dedo anular a lo que ella suelta un gemido.

Mientras hacia movimientos con mi dedo dentro de ella, fui dejando un paseo de besos por su cuello, llegué a su mejilla y luego solté su pecho para tomar su mentón y girar su cara hacia mi y la besé. El beso se tornó tenso, muy pasional a lo que introduje otro dedo en ella haciendo que gimiera nuevamente ahogándolo en mi boca.

-No es... justo -decía Calle entre gemidos.

-¿Que no es justo hermosa? -dije con voz ronca con nuestros labios chocando entre sí.

-Que... hmm... estés con ropa -comencé a elevar el ritmo de las embestidas en el momento que sentí que sus paredes se apretaban en mis dedos dando paso a la llegada de un orgasmo.

Llegaste sin avisar | CachéWhere stories live. Discover now