25. Intersección

8.2K 397 6
                                    

POV Daniela

-¿Lista? -pregunté a María José que estaba sentada en el asiento trasero del auto. Ella asintió y puse en marcha el vehículo para ir a la empresa de los Garzón.

Mis amigos, Juana y Felipe decidieron adelantarse. Les había pedido que fueran a la empresa, no sabíamos que podíamos encontrarnos en aquel sitio y es mejor ir preparados. Probablemente solo me esté haciendo una película en mi cabeza dónde ni siquiera habrá un guión pero, mejor prevenir que lamentar. También había quedado que los chicos serían nuestros back up, a partir de ahora, estarían cómo guardespaldas pero andarían en un segundo auto.

En el camino, veía de vez en cuando a María José por el retrovisor, lucía perdida en sus pensamientos mientras miraba por la ventana de a su costado. Por fuera se veía tranquila, pacífica y llena de paz pero por dentro, por dentro estaba destrozada, angustiada y preocupada. Era obvio para todo el que la conociera, era obvio para mí.

Estábamos a unas cuadras de la empresa cuando empiezo a ver una yipeta negra venir rápido hacia mí, mientras más nos acercábamos, la yipeta no bajaba su velocidad, creo que hasta la aumentaba. Decidí orillarme un poco más pensando que la persona que venía en aquel auto estaba ebrío, pero todo cambio en el momento que ví cómo dos personas sacaban la mitad de su cuerpo por las ventanas del coche negro con armas en sus manos. En ese momento, antes de que empezaran a disparar, reaccioné.

-¡Poché abajo! -dije girando el volante hacia el lado izquierdo, la vía contraria. El carro empezó a raspar ¡Mierda! Creo que nos pincharon un neumático. Yo trataba de estabilizar el auto mientras escuchaba a Poché gritar.

El carro se estabilizó en el momento que choqué de costado con un árbol. Los disparos no cesaban, sólo escuchaba los gritos de María José y cómo el auto amortiguaba las balas. Empecé a buscar mi teléfono para pedir ayuda pero simplemente no lo encontraba, así que tomé una pistola que la dejaba siempre en la guantera de todos los autos que usaba. Verifiqué si tenía balas y así fue, para luego cargar mi pistola.

-¡Poché, por nada del mundo te levantes! ¿¡Entendido!? ¡Mantente lo más abajo posible y ni se te ocurra salir del auto hasta que vuelva por tí! -dije para luego asomar un poco la cabeza para ver dónde estaban los tiradores.

-¡Calle no, no salgas maldita sea! -escuché que Poché articuló. Había visto a los dos tiradores colocados al costado de la camioneta negra ¡Bingo!, podría salir. Estaban al lado contrario de mi posición.

-¡Poché, mantente abajo, ya vuelvo! -abrí la puerta y salí del auto lo más agachada posible, la cerré para luego acercarme a la parte trasera del coche, los tiradores no dejaban de dispararle al auto, no tenía chance de dispararles así que sólo espere hasta que tuvieran que recargar, ganaría unos segundos y serían clave para poder apuntar y disparar. De vez en cuando trataba de sacar la cabeza para tener visión pero mayormente no podía. Hasta que ví cómo ambos tiradores dejaron de disparar y se acercaban poco a poco mientras buscaban algo en sus bolsillos ¡Es ahora!.

Me puse de rodillas y saque la mitad de mi cuerpo para disparar al hombre de a mí derecha.

Una bala al muslo y la otra al pecho. Bien, uno menos. Queda uno.

Volví a mi posición completamente detrás del coche ya que el tirador restante comenzó a disparar con otra arma que sacó por detrás. No podía asomarme. Así que en un movimiento rápido, arranqué el retrovisor izquierdo del auto para luego volver a la parte trasera del coche y utilizar el espejo como reflejo para buscar al tirador faltante. Miraba y miraba hasta que pude verlo por unos segundos ya que disparó al espejo haciendo que el se rompiera y yo lo soltara instintivamente. Mierda, está cada vez más cerca pensé así que me acosté en el suelo, por el hueco debajo del auto, busqué con la poca vista que tenía, sus piernas, hasta que veo cómo se asoman poco a poco así que decidí disparar dos veces hasta que veo cómo su cuerpo cae. Me puse de pie rápidamente dando la vuelta al coche para llegar al tirador retorcido de dolor, estaba tratando de tomar su arma nuevamente hasta que la pateé lejos de él. Me quedé apuntando el arma hacía él.

Llegaste sin avisar | CachéWhere stories live. Discover now