Nadie es perfecto, teníamos que vivir con eso.

En mi caso, yo simplemente era la chica que estudiaba y pasaba desapercibida de todo.

—Hola—respondo al final. Casi nunca tartamudeaba al hablar con Eva y Kira, pues eran personas que transmitían confianza, para mí. Eso hacía que yo me sintiera mucho más cómoda.

—Por Mía supe que ya no iras a ver a tus padres, como lo siento—dice Kira—, espero que los veas pronto. Yo te puedo prestar dinero, no es necesario que me lo pagues luego.—sugiere.

La verdad, no era mala idea. Pero yo era de las personas que preferían no deberle a nadie. Sabemos que algo tan simple de papel, como el dinero, provoca muchas cosas negativas. Pero es irónico que de eso se vive para tener lo necesario.

—No, Kira, estoy bien así, pero agradezco que te preocupes por mí—respondo.

—Entonces, ¿qué harás en estas vacaciones?—pregunta Eva.

—Trabajaré para poder pagarle el viaje a Mía, así pasa la Navidad con nuestros padres.

—¿Y tú no irás?—la expresión en el rostro de Kira, es de preocupación.

—No, recuerda que tengo que pagar la Universidad, así que duda que vaya.

A Eva parece iluminarsele el rostro.

—¡Tengo una idea!—anuncia.

—¿Ahora qué tremenda ocurrencia quieres decir?—Kira pone los ojos en blanco.

Algunas veces Eva actuaba como la típica chica rubia, de esas que se hacen las tontas o dicen cosas para llamar la atención. No le veo de nada malo a eso, pero sé que Eva es más que eso. Eva puede lograr lo que se propone.

—No, Kira, no iba a decir alguna mala ocurrencia—ella niega con la cabeza—. Lo que quiero decir es que si tú, Maise, vas con nosotras a trabajar los fines de semana...ya sabes.

Eva a veces dice muchas locuras.

—Eva, Maisie ni siquiera ha dado su primero beso y tú ya quieres que pierda la virginidad en un fin de semana—Kira se pasa las manos por su cabello.

—Oh, cierto. No sabes de lo que te pierdes, Maisie—Eva pone una expresión de picardía.

—Yo, creo que estoy bien así, gracias, Eva—siseo y niego.

—¿Y si vuelves a ser nuestra mesera?—Kira da una muy buena sugerencia.

—Quizás, lo tendría que pensar.

—¿Por qué?—Eva frunce el ceño.

—Es la mafia, Eva, no quisiera verme involucrada en algo así. Recuerden que tengo una hermana y no me gustaría exponerla de esa manera—confieso.

Había llegado a la conclusión de ya no ir más a trabajar con ellas. Tengo una hermana, su seguridad también es una de mis prioridades. No quería que por alguna estupidez mía, le pasara algo malo. Ademas me apuntaron con un arma el primer día, eso era un mal comienzo.

—Bueno, entiendo—dice Kira—, pero si aún quieres, la oferta siempre seguirá en pie.

—Gracias Kira.

Pasamos charlando un rato, hasta que Mía llega a nuestra mesa.

—Hola, chicas—las saluda ella.

—Hola, Mía, veo que te la estás pasando muy bien—le dice Kira.

—Sí, como ya terminó el año escolar, Maisie, como premio, me trajo aquí—comenta Mía, muy feliz. Con su tono de voz tan angelical y tierno.

Que lindo es ver a Mía muy feliz.

—Qué bueno, Mía, ¿qué te parece si yo te invito a un helado?—Eva pone su mano en la mano de mi hermanita.

Mi teléfono comienza a vibrar y es a causa de un recordatorio.

Ir al supermercado.

¡Se me había olvidado por completo!

Creo que Mía tendrá que esperar por su helado.

—Mía, creo que tu helado tendrá que esperar—le digo. Espero que ella no se moleste, pero la conozco, y sé que lo hará.

—¿Por qué, Maisie? Yo me quiero quedar—Mía se cruza de brazos y hace un puchero. Se ve muy tierna.

Eva y Kira, parecen estar al tanto de la situación.

—Maisie, si quieres podemos cuidar a Mía—sugiere Kira.

—Ve a hacer las compras, nosotros la cuidamos.—dice Eva.

Miro a Eva muy sorprendida, ¿cómo es que ella sabía que todos los viernes iba de compras? Somos vecinas, pero tampoco es que ella este al tanto se todo. Además, Mía siempre iba conmigo.

—¿Cómo sabes que tengo que ir a hacer las compras?—no pude evitar preguntar. Parece que mi pregunta la tomó desprevenida.

—Yo..mmmmm pues—balbucea Eva.

—Eva a veces te veía en el supermercado, por eso—dice Kira. Le da una mala mirada a Eva.

Trato de olvidar eso.

—Bueno, me voy chicas—anuncio—, cuiden muy bien a Mía—. Y tú—miro a Mía—, portate bien, ¿ok?

—Sí, Maisie—ella me da un beso en la mejilla.

—Adiós—me despido de ellas.

Eva y Kira se despiden de mí.

Salgo de la pizzería y veo que ya es de noche. Hay un poco de frío, así que me pongo mi abrigo.

Comienzo a caminar hacia el supermercado. Las calles están un poco solas y eso me brinda mucha paz y tranquilidad. Paso por un atajo, que a estas horas, está un poco oscuro. Así que hago todo el esfuerzo para ver mejor.

Veo unos hombres extraños, así que me doy prisa y me regreso.

Las luces de un automóvil no me hacen ver nada. Me asusto y retrocedo. Me doy ma vuelta y veo a un hombre, vestido con un traje negro.

En unos simples movimientos, cubre mi boca y después de eso, ya todo es oscuridad.



Hola, hola, aquí otra capítulo. Espero les este gustando la historia, tendrá un poco de todo.

Gracias por leerme, no olviden comentar y votar.

Booknet: Dinah Lu
Instagram: Itspandemonium
Instagram: dgldeleon
Twitter: dgldeleon


INEFABLE Where stories live. Discover now