28. Bambi, Candy.

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Jeon se sentía frustrado. Había ido a su clase en el laboratorio, todo normal.

Pero el profesor decidió que el día de hoy debían trabajar en parejas, y, no contento decidió juntarlo con un chico que parecía que iba a tener un ataque en cualquier momento.

Sabía que no lo lucía de lo más amigable, y también que no tenía una actitud modelo.

Pero, diablos, no era un jodido matón. Antes se había acostumbrado a ser temido y evitado por todos.

Pero desde que había empezado a hablar con el rubio, Jeon también se había acostumbrado a que le respondiesen y llevaran la contraria.

Pero, volviendo al hámster que era su compañero de clase, el chico no había hablado mas que para decir monosílabos y en tono tan bajo que podría jurar que no había escuchado la mitad.

Además cuando el pelinegro hablaba el muchacho parecía saltar en su sitio para luego alejarse rápidamente.

Jeon se la pasó bufando toda la clase y soltando bajos gruñidos, lo cual hizo que el chico temblara más, lo que también hizo que el gruñera más.

Pero, al fin había terminado aquello, observó con una seria mirada como su compañero tomaba sus cosas y salía huyendo del lugar.

Joder…

Recogiendo él también sus cosas se dispuso a salir.
Había dado unos cuantos pasos cuando fue interceptado por alguien.

-Jeon -saludo el rubio, llegando al lado del pelinegro.

-Park -el pelinegro miro al chico más bajo, pensó que el otro no vendría a por él. Cuando dijo “nos vemos fuera del laboratorio” no había captado el hecho hasta segundos después.

Lo había dicho por impulso, la compañía del rubio ya no le era tan desagradable. Lo había aceptado la noche anterior en medio del análisis de su situación familiar.

Además, siempre comía solo en el receso, y pensó que podrían aprovechar el tiempo para organizarse sobre el trabajo.

Ninguno hablo cuando se dirigieron al comedor del lugar. Iban lado a lado pero con un metro de distancia.

-¿Qué vas a comer? -preguntó el pelinegro cuando llegaron a la fila de comida.

-Bueno, siempre como una ensalada de frutas -respondió el rubio mientras escogía algunas frutas picadas y las colocaba en su plato.

-¿Nada más? -cuestionó Jeon mirando como el otro efectivamente sólo tomaba fruta mientras él tenía la bandeja con comida mas “sustancial”.

-Sí, de todos modos almuerzo en mi casa -el rubio dijo mientras terminaba de elegir sus frutas y echaba un poco de miel sobre esta.

El pelinegro se detuvo un par de segundos a mirar al rubio, pensando en que el comía en el receso y luego en su casa almorzaba…

-Por eso estás tan delgado -expresó Jeon mirando al otro de pies a cabeza, tomando el cuenta por primera vez algo del cuerpo contrario que no fuese la diferencia de altura.

-Hey, no me mires como si estuviera mal, tengo una excelente salud -se  defendió el rubio, siempre decían que debía comer más o que estaba muy delgado, y aunque aceptaba que los meses anteriores no había estado comiendo bien por… bueno, pero estos últimos meses había mejorado notablemente.

-Humm -murmuró Jeon mirando por última vez las piernas del contrario, era la parte que resaltaba mas por los ajustados pantalones ya que en la parte superior llevaba un grande suéter azul.

Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMinWhere stories live. Discover now