35. Es absurdo...

3.6K 550 225
                                    

Jungkook caminaba decaído por una de las principales calles de Seúl.

Había llegado ya el domingo y de las decenas de solicitudes de trabajo que había enviado sólo dos le habían concedido una entrevista.

Se sintió esperanzado cuando lo llamaron, pero había sido en vano.

“Lo sentimos, necesitamos a alguien a tiempo completo”.

Bufó molesto, en el anuncio decía que había medio tiempo también. Él no era estúpido, sabía que no podría con un horario completo.

La segunda entrevista había sido peor, era un trabajo que sin duda no tomaría si tuviese que elegir, pero era algo.

De todas formas no lo aceptaron, no entendía porque, era un trabajo de teleoperador, pero apenas el gerente lo vio le dijo no.

“No es lo que estamos buscando”.

Dijo el tipo, era una estupidez enorme, era atender llamadas, y el hombre sólo lo observó un par de segundos y sin darle alguna prueba indicó que podía marcharse.

¿Qué esperaba aquel tipo?

Observó la hora en su teléfono y se dispuso a ir a su casa, todavía no era mediodía y tendría que preparar algo para el almuerzo.

Había salido apresurado de su casa en la mañana porque la alarma que no había sonado, su estómago crujía por la falta de alimento.

Llegó a su casa en media hora, y fue directo a darse una ducha para ponerse ropa de casa y luego poder prepararse algo.

En cortos minutos salió del baño e iba a buscar su ropa escuchó el tono de llamada de su teléfono.

Pensando que sería su madre tomo el teléfono, pero vio con sorpresa que era el rubio, con aquel nombre con el cual lo había agendado.

Se quedó mirando la pantalla con el “duende maldito” unos segundos, pensando rápidamente en que desde el viernes no había sabido nada del otro.

Había pensando en llamarlo o mandarle un mensaje para saber como estaba, pero siempre que intentaba escribir algo no sabía como, y al querer marcar su número se desanimaba antes de hacerlo.

Cuando al fin iba a contestar vio como aparecía en la pantalla el símbolo de llamada perdida.

Quiso darse un golpe pero justo en ese momento la pantalla de su teléfono se encendía con una nueva llamada del otro.

Esta vez sólo tomó aire un segundo y respondió la llamada.

-Park -dijo apenas la llamada inició.

-Jeon, ¿Qué tal…? -murmuró algo incómodo el rubio al otro lado de la línea.

-Bien, ¿y tú?  -respondió Jeon sentándose en su cama, esperando alguna respuesta del rubio.

-Bien. Llamaba para ver si hoy estabas libre, ya sabes el viernes no pudimos avanzar el trabajo y pensé que hoy podríamos avanzarlo… -comentó el ojimiel.

-Estoy libre.

-Entonces, ¿podrías venir a mi casa? Y sí aún no as almorzado sería mejor- habló el rubio, se podía oír el movimiento de algunas cosas.

-¿Para qué? -preguntó confundido el pelinegro, quien en serio tenía hambre.

-Dijimos que un picnic estaría bien, así que he preparado algunas cosas, y pensé que sería mejor que no hubieras comido… pero si lo has hecho no hay problema, sé que debí avi…

-No, no hay problema, aún no he comido -interrumpió Jeon al rubio, quien empezó a hablar nervioso.

-Entonces… ¿a qué hora puedes venir?

Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMinUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum