25. Lágrimas por llorar.

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-¿Estás llorando? -preguntó el rubio al oír un leve hipido al lado, confirmando lo dicho al ver los oscuros ojos húmedos.

-No, yo… claro que no -negó el pelinegro, sorbiendo levemente mientras cubría sus ojos con el antebrazo, tratando se ocultarse de la mirada curiosa del rubio.

-Hey… -susurró algo incómodo el pelirrubio. -No tienes porque avergonzarte, es una película triste -dijo en voz baja, tratando de ser solidario con el contrario, sin contar que nunca había sido bueno consolando con las palabras, él era mas de acercarse y abrazar…

Pero no haría eso con el pelinegro, menos por una película. Sin duda no.

-¿Tú por qué no lloras? -preguntó Jeon segundos después, limpiando levemente sus ojos, quitando los rastros de humedad, estaba tremendamente avergonzado, no había notado cuando había empezado a llorar… de hecho, él no lloraba, o bueno, sí lo hacía, era humano después de todo, pero no era alguien sentimental, ese sería el rubio, el cual por cierto ahora lo miraba atentamente sin una pizca de llanto en su rostro.

Bufó levemente, ahora él era un bebé llorón, se suponía que el sentimental era el rubio, ¿Por qué no lloraba? Él mismo lo había dicho, era un película triste, pero, no había siquiera hipado. ¿Park no lloraba?

Desecho aquello al recordar que sí lo había visto llorar antes, de hecho lo había visto llorar de verdad… muchas lágrimas y muchos sollozos.

Entonces, si una película triste no lo hacia inmutarse, ¿qué había pasado para que llorase? Aquella incógnita hizo que soltara aquella pregunta, que aunque había sonado estúpida quería que obtuviese respuesta.

-Eh, bueno… -murmuró el rubio incómodo ante la pregunta del pelinegro, quien ahora lo miraba a los ojos, incomodándolo aún más a pesar de tener sus oscuros cristales enrojecidos.

-¿Qué? -cuestionó Jeon, al ver que el rubio pasados unos segundos no agregó nada más.

-Yo, no sé… -y era verdad, no lo sabía. -Tal vez es porque ya la había visto antes -dijo dudoso, como si estuviese adivinando el motivo. La pregunta del pelinegro lo había tomado de sorpresa, ¿Por qué no había llorado? ¿era por que ya la había visto?

Hasta que un posible motivo golpeó su razón, recordó el momento en que la vio, estaba aburrido y  decidió distraerse con una película. Pero eligió aquella que lo hizo llorar lastimosamente en su habitación. Recordó lo que había imaginado en aquel momento.

Lo doloroso que era perder al amor de tu vida, saber que se fue y jamás volvería. Recordó el miedo que sintió al imaginarse eso sucediendo. Como en aquel momento con fuertes latidos marcó el número de su novio queriendo oír su voz.

Recordó como le respondió entre sueños preocupado, como escuchar su amoroso tono tranquilizó su inquieta alma, luego también como avergonzado se disculpo por despertarlo y le deseo suerte en su viaje para el torneo estudiantil.

Suspirando volvió a la actualidad.

Mirando a la protagonista llorar desconsolada sintió una punzada dentro de si, no iba a llorar.

No iba a llorar porque ya no habían lágrimas que llorar y porque aunque lo lastimara pensarlo, sabía que esta vez si marcaba aquel número, nadie respondería su llamada.

Si lloraba, él ya no estaría para hacerle saber que todo estaba bien...

-¿Park? -llamó el pelinegro, queriendo saber el porque de que a veces el rubio se perdiera en sus pensamientos mientras colocaba aquella mirada nostálgica y aquellos pesados suspiros entre sus labios.

Un hijo... ¡¿JUNTOS?! || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora