Capítulo 50

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Zac Harrison.

Estaba sentado en la gran silla de cuero que solía utilizar frecuentemente mi abuelo por algunos años. Estar en esta oficina me hacia recordar los constantes regaños que recibía de parte de él cuando sus arrebatos de furia eran presentes por causa mía. No era tan paciente enseñando las lecciones de finanzas que me daba en las mañanas a mí corta edad.

Caminaba de un lado a otro no sabia que hacer con Alaia todo sobre ella hacia que mi cerebro acompañado de mi cuerpo actuaran de manera diferente con ella, no podía ser el "temible y desalmado" Zac Harrison que solían decir que era, era todo lo contrario.

Bebo de golpe el whisky que se encontraba en vaso, sentía que recorría mi garganta de manera molesta, cierro mis ojos y trato de pasar la reacción de la bebida.

Fuí directo a mi habitación para darme una ducha rápido y cambiarme, me coloque un pantalón de pana gris junto a una camisa blanca manga larga acompañada de un suéter verde oscuro y tenis blancos.

Camino directo a la sala principal y allí  me encuentro  con Melanie

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Camino directo a la sala principal y allí me encuentro con Melanie.

-señor Harrison- saluda.

-Melanie- asiento en forma de saludo.

Al instante una sonrisa aparece por su rostro.

-¿sabes algo de Alaia?- pregunto.

-la Señorita Losh- piensa por unos segundos-¡si!, la vi bajar, creo que cruzo directo al patio trasero- habla.

-bien, gracias Melanie.

Voy directo a donde se encontraba Alaia. Entre por la puerta corrediza y a poca distancia logro verla, estaba sentada debajo del gran árbol de cerezos estaba tenía fija su vista en un libro de pasta dura que llevaba en sus manos. Voy a pasos cortos hasta llegar a su lugar.

-¿Romeo y Julieta?-pregunto al ver el nombre de la portada.

Ella se sobresalta y coloca una mano en su pecho.

-me asustaste- cierra el libro rápidamente y lo abraza en su pecho para luego levantarse -no sabia que estabas aquí- dice seria.

Me quedo observado lo hermosa que estaba.

-no sabia que el romanticismo era tu estilo- continuo.

-hay muchas cosas que no sabes de mi- su seguridad era presente.

-es un clásico- señalo el libro en sus brazos.

-no creí que le interesara este tipo de libros, Señor Harrison- había cierto sarcasmo en su voz.

-ni yo lo sabia- digo en un susurro.

(Eres increíble Alaia Losh)(pienso)

-¡ey!- toca mi hombro para captar mi atención-Vamos ya es tarde- dice con una sonrisa.

Losh Harrison & AsociadosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora